La candidata a diputada nacional por la Ciudad de Buenos Aires de Juntos por el Cambio, Sandra Pitta Alvarez, volvió a utilizar las redes sociales para visibilizarse, esta vez acusando, sin fundamentos, al físico e investigador, Jorge Aliaga y al designado ministro de Educación de la Nación, Jaime Perczyk.
Su reaparición en la escena mediática no es casual. Es que la candidata aparece novena en la lista de María Eugenia Vidal, y tiene escasísimas chances de llegar al Congreso, porque la Ciudad de Buenos Aires renueva 13 bancas.
El sistema d´Hont, y su método de equilibrio en la representación de las fuerzas políticas para acceder a bancas, le da un corto margen a Sandra Pitta para acceder a un escaño en el parlamento para las elecciones generales de noviembre.
Sucede que la lista conformada por María Eugenia Vidal fue la vencedora, y tras un acuerdo entre las propuestas de la misma coalición, Pitta ingresó a la lista definitiva para las generales pero muy lejos de la chance de entrar al Congreso, a pesar de la alta adhesión que tiene Juntos por el Cambio en la Ciudad.
Es que, hasta este año, Sandra Pitta, aparecía como la referente más fuerte de JxC, desde el radicalismo, para el sector de ciencia y técnica, lo cual le allanaba el camino (casi sin turbulencias) para acceder a un cargo ministerial si la alianza opositora volvía a posicionarse con aspiraciones reales para ganar la elección nacional para los próximos años.
Eso sucedió en las primarias, al mismo tiempo que el PRO frenó sus proyectos, cuando la desplazó al noveno lugar de la lista definitiva para noviembre y, además, le dio aire a la carrera política de una candidata pura del PRO: Sabrina Ajmechet.
Claro, es que el Congreso es, además, una plataforma para muchos legisladores para lanzarse a un cargo de gestión.
A días de ese acuerdo, Pitta utilizó Twitter nuevamente para sembrar sospechas (ya lo había hecho con Nora Bar y Andrea Gamarnik, entre otras) sobre “negociados” entre Aliaga y el nuevo funcionario de Educación, a partir del desarrollo de medidores de dióxido de carbono que el propio Aliaga impulsó a través de la Universidad Nacional de Hurlingham, donde Perczyk fue rector hasta 2019.
En diálogo con Periferia, Aliaga aclaró, al igual que lo hizo en redes sociales, que su responsabilidad con respecto a los medidores de Co2 fue difundir un código abierto para que diferentes instituciones educativas como la UNAHUR, el Instituto Balseiro, el Mariano Acosta, Escuelas Técnicas, la Facultad de Ciencias Exactas, diseñen sus propios medidores.
Pocas horas después de la difamación, Aliaga le respondió desde su cuenta personal de Twitter: “Candidata a diputada hablando de negocios con medidores de dióxido de carbono e invocando mi nombre. Les recuerdo que si quieren armar un medidor puse las instrucciones públicas a fines de diciembre con el detalle de circuito, componentes y código”.
El link que incluye su réplica remite a la página web personal del físico, donde expone su proyecto: “Desde hace meses que un grupo liderado por el investigador José Luis Jiménez viene insistiendo en el rol destacado que tienen los aerosoles como vía de contagio de COVID-19. Este grupo ha impulsado en España la iniciativa Aireamos. Tomé de este grupo la idea de colocar en ambientes cerrados medidores de CO2 como un indicador de la ventilación, en particular para controlar si hay suficiente renovación de aire”.
“Agarré uno de los equipos hechos en casa con partes compradas que se muestra en el sitio de Aireamos y lo adapté en función de los componentes que pude comprar en Buenos Aires por internet ?cuenta Aliaga-. Si bien yo he enseñado electrónica para físicos durante 30 años, no soy un ingeniero electrónico. He usado placas Arduino, pero tampoco soy un experto. Por lo tanto traté de escribir un instructivo bastante básico de manera que se pueda seguir con pocos conocimientos técnicos?”.
A través de un hilo, Aliaga informa que la Universidad Nacional de Hurlingham, la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, el Colegio Mariano Acosta, la Escuela Técnica Nº 3100 República de la India (provincia de Salta) y el Instituto Balseiro tomaron su código y construyeron los equipos medidores de dióxido de carbono. “Y podría seguir mostrando ejemplos en todo el país. ¿negociado con código abierto? Sólo en una mente enferma y limitada -dice Aliaga sobre Pitta, sin nombrarla-. Se logró que se entendiera la importancia de la ventilación continua cruzada, distribuida y medida, controlando con medidores de CO2. Hay formas más dignas de llegar a diputada que difamando”.
“¿Negociado con código abierto? Sólo en una mente enferma y limitada”, twitteó Aliaga en respuesta al comentario de la investigadora del CONICET.
Trasfondo electoral y aspiraciones personales
La realidad es que Pitta esperaba que María Eugenia Vidal le diera un lugar más destacado en la lista definitiva para lanzarse como referente del sector de cara al 2023, con aspiraciones ministeriales.
Esto (de mínima) ralentiza sus anhelos políticos personales puesto que su proyecto era acceder a un escaño para mostrar gestión desde el Congreso, y en 2023 o 2027, presentarse como aspirante a ocupar el Ministerio de Ciencia.
En la Ciudad de Buenos Aires, Juntos por el Cambio presentó 3 listas de candidatos para las primarias: “Juntos podemos más”, liderada por la ex gobernadora bonaerense (2015-2019); “Republicanos”, encabezada por el ex ministro de Economía (2001) y que tenía en segundo lugar a Sandra Pitta; y “Adelante Ciudad”, con el ex ministro de Salud (2018-2019) Adolfo Rubinstein.
Esta última boleta no alcanzó la barrera mínima del 15% de los votos de la alianza (cosechó el 8,31%), por lo que no incorporará candidatos a la lista final.
Por otro lado, la boleta que se presentará a las elecciones generales se formará con candidatos de la lista que más votos consiguió -“Juntos podemos más”, con el 68% de los votos de la alianza- y la que se posicionó en segundo lugar, “Republicanos”, que obtuvo el 23% de los votos de la alianza.
El “acuerdo” (imposición) en el acta constitutiva de la alianza, es lo que lapidó las aspiraciones inmediatas de Sandra Pitta, puesto que la lista que se presentará en las elecciones generales la ubica novena, entre los 13 escaños que la Ciudad de Buenos Aires pelea.
Lo más probable es que, por el caudal electoral de Juntos por el Cambio, accedan como máximo a siete escaños desde la Ciudad de Buenos Aires.
Sucede que Pitta, aspiraba a quedar mejor posicionada y así lograr visibilizarse desde el Congreso Nacional, aprovechando el envión mediático que habrá luego del triunfo en las primarias, para escalar a un cargo como ministra. Pero, el problema para ella es que, en poco más de 60 días, puede quedarse apenas con su cuenta de Twitter para activar su carrera política.
La decisión del PRO de desplazarla debajo de la investigadora del CONICET, Sabrina Ajmechet (que quedó séptima y con chances ciertas de acceder al Congreso), más joven, con mayor proyección y con un protagonismo similar en redes sociales, embarró sus posibilidades electorales, y la sacó de pista.
Así, la investigadora, padeció el predominio del PRO sobre el radicalismo en la Alianza Juntos, con una nueva candidata del sector que la ensombrece, y que (peor aún) fue propuesta desde el riñón dura del partido fundado por Mauricio Macri y que, hoy, preside Patricia Bullrich.
La lista del PRO para las elecciones generales
Maria Eugenia Vidal
Martín Tetaz
Paula Oliveto Lago
Ricardo López Murphy
Carla Carrizo
Fernando Iglesias
Sabrina Ajmechet
Fernando Sánchez
Sandra Pitta
Pablo Walter
Sandra Claudia Ruiz
Gustavo Lazzari
Florencia Teuly
