El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el argentino Rafael Grossi, se refirió al desarrollo actual de la industria nuclear en la región, y aportó una mirada internacional y desde la geopolítica, respecto al camino en que puede orientarse el sector.
Durante un webinar organizado por la Asociación Brasileña para el Desarrollo de las Actividades Nucleares (ABDAN), Rossi aseguró que “en la industria nuclear existe un consenso bastante desarrollado de que quizás los SMRs sean el tipo de reactor que le dé sustentabilidad y futuro al sector ya que en la actualidad las grandes centrales nucleares de 1500 megavatios y más son obras difíciles de encarar para economías en desarrollo”.
El diplomático aseguró que “Argentina y Brasil tienen desarrollos interesantes”, en este sentido, y afirmó que “cada país tiene un SMR pero no he visto muchos que se estén construyendo. En la Argentina hay uno, se puede tocar y está construido prácticamente en un 65%. Por lo tanto creo que nuestros países ?y esto lo digo con humildad porque ya no soy un funcionario argentino? podrían hablar un poco más porque tienen un aporte que hacer”.
“Brasil tiene desde hace muchos años el proyecto de Labgene y está trabajando y avanzando con una idea muy clara de propulsión naval nuclear, que también es extrapolable a los reactores medianos y pequeños”, dijo Grossi y agregó que “la Argentina, mi país, es uno de los pocos que está construyendo un SMR (reactor modular pequeño)”.
Grossi, un especialista en no proliferación y desarme que asumió la conducción del Organismo Internacional de Energía Atómica en 2019, se refirió también a la dicotomía existente a nivel internacional entre las percepciones y la realidad del sector.
“La percepción (del público) es que la energía nuclear es obsoleta, hasta peligrosa, en decadencia”, dijo. “La realidad es completamente diferente. Nos muestra 30 países actuando en el marco de la energía nuclear, 442 reactores (operativos) y una cantidad de estados que se están acercándose a la energía nuclear no como una aspiración lejana sino como una realidad”.
Respecto al impacto en el medioambiente, Grossi aseguró que “La energía nuclear constituye un tercio de las energías limpias. Es imposible, es acientífico, es irracional hablar de modelos de economía descarbonizada sin considerar el aporte de la energía nuclear”.
“Esto no es una consideración de naturaleza ideológica o comercial, es una comprobación fáctica. ¿Qué sucedería si EEUU dejara de explotar la energía nuclear con sus 99 centrales, o Francia, o China? Cualquiera que se aproxime al cambio climático desde un punto de vista medioambiental y con una posición de buena fe y honestidad intelectual no puede negar este factor evidente”, dijo Grossi.
El diplomático aseguró que “la energía nuclear tracciona el desarrollo tecnológico y económico. Brasil es un ejemplo perfecto, con su desarrollo de propulsión naval y proyectos de altísima sofisticación tecnológica”.
“La energía nuclear no es para cualquiera, exige un sólido basamento científico y tecnológico, un entramado y sólido basamento normativo”, aseguró Grossi.
Respecto a la pandemia, Grossi contó que el Organismo Internacional de Energía Atómica montó “el operativo de asistencia más grande en la historia del OIEA”, con 124 países solicitando asistencia y ayuda principalmente para la provision de equipos RTFR (y otro tipo de asistencia)”.
“Hemos llegado a la conclusión después de interactuar con laboratorios de todo el mundo que esta pandemia no será la última. Estamos frente a un patrón muy claro de situación recurrente. SARS, MERS, ébola, zica, dengue, covid19. El covid 19 es una enfermedad zoonótica”, dijo Grossi.
Fuente: Latintrade.
