El presidente del CONICET canceló una visita a un instituto de investigación del CONICET localizado en la ciudad de Puerto Madryn, tras haber sido cuestionado por su rol ante el ajuste brutal del gobierno de Javier Milei al sistema científico.
Hace dos días, Periferia publicó una nota en la que subrayó que a Daniel Salamone, el presidente del máximo organismo de ciencia del país, se le empezó a complicar su visita a los centros científico-tecnológicos del país a los que estaba yendo semanalmente para exponer el “plan libertario” para el sistema científico.
De hecho este medio se comunicó con el presidente del CONICET para consultarle su opinión sobre los dichos de Javier Milei quien llamó “casta” y “canallas” a los científicos y científicas argentinas, pero no obtuvimos respuesta.
En cada puerto un reclamo
Claro que si bien no responde a los medios, Salamone si se ve obligado a hacerlo a los científicos ya que fue increpado tres veces en una semana por investigadores y empleados del área administrativa del organismo que preside, como consecuencia del ajuste que lleva a cabo el gobierno de Milei sobre el sistema científico.
El primero reclamo se dio en Mar del Plata cuando fue interceptado por miembros de ATE, y el segundo en la ciudad de Bariloche, donde tuvo que ingresar velozmente y sin dar declaraciones al centro científico-tecnológico de la ciudad, ante la avanzada de investigadores que se le avecinaban.
No es para menos, el gobierno de Javier Milei ya ajustó un 30% al sistema de ciencia y tecnología, algo que se visibilizó en retiros voluntarios de personal técnico especializado, despidos, cierre de dependencias, reducción salarial y pérdida acentuada contra la inflación, desabastecimiento de insumos a laboratorios, problemas de institutos para funcionar, derrumbe de programas de incentivo a la investigación en institutos y universidades y eliminación de todo tipo de prácticas que hacen al ecosistema de trabajo de la actividad científica.
Como si el actual panorama para la ciencia y la educación en Argentina no fuera desolador, las proyecciones para el próximo año a partir del Presupuesto 2025 presentado por el presidente Javier Milei pintan un escenario aún peor. Amparándose en la emergencia pública declarada por la Ley de Bases, se plantea la suspensión durante el año que viene del cumplimiento del artículo 9 de la Ley de Educación Nacional, así como de otros artículos cuyo incumplimiento garantiza un combo de desinversión y desfinanciamiento de la ciencia y la técnica en el país.
Todo ese combo se da en medio de una semana en la que Javier Milei llamó “casta” y “canallas” a científicos e intelectuales durante un encuentro en la Casa Rosada. Pues bien, ahora a Salamone está padeciendo el oprobio de la comunidad científica en la que forjó su trayectoria y así le llegó el tercer rechazo de investigadores. Si, “casta”. A doctores y doctoras que dedican su vida a la investigación científica para devolverle a la sociedad, la cultura, la salud, la actividad económica y la actividad productiva el agregado de valor del conocimiento teórico y práctico que obtuvieron en su formación. Investigadores e investigadoras, de carrera o becarios, que son la fórmula celosamente secreta del desarrollo para cualquier país que pretenda encaminar su soberanía.
Mar del Plata, Bariloche y ahora… Puerto Madryn
El presidente del CONICET iba a viajar el próximo viernes 20 de septiembre pero, antes de emprender la visita, recibió una carta desde el CENPAT en la que le cuestionaban su rol en la actual gestión libertaria, en el marco de las recorridas que viene llevando adelante por distintos institutos del CONICET.
“En el CENPAT se lo espera con un extenso petitorio de reclamos, que incluyen el enorme retraso en el poder adquisitivo de sus profesionales, la suspensión de ingresos a carrera del investigador a colegas que ya han sorteado exitosamente todo el ciclo de evaluación, la detención de programas estratégicos destinados a equipamiento e infraestructura, el ataque a cualquier línea de investigación y transferencia en materia de género y diversidades, o a temáticas centrales como el Cambio Climático, el despido injustificado de personal contratado bajo el pretexto de supuestas evaluaciones que nunca vieron la luz, la merma en fondos para el normal funcionamiento de nuestros institutos y la clausura total de subsidios de la Agencia I+D+i y otras fuentes de financiamiento. Desde el envío del presupuesto al Congreso de la Nación, se suma a este listado la suspensión de los artículos 5, 6 y 7 de la Ley 27.614 de Financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación”, le advirtieron desde el instituto de investigación.
El pez por la boca (de Milei) muere
Entre otros reclamos, Salamone fue interpelado por el clima de expulsión de científicos, científicas y becarios del organismo; el “permanente agravio de las Ciencias Sociales que usted mismo ha verbalizado” y las “reiteradas groserías del Presidente de la Nación” contra la comunidad científica. Claro, es que Milei llamó “canallas que se esconden detrás del Estado” a los científicos.
“¿Es usted quien le aconseja al Presidente desestimar estas disciplinas científicas a las que les debemos la comprensión de nuestros orígenes, nuestro presente social, y que proporcionan las herramientas de navegación para trazar el rumbo de nuestro futuro como país?”, sostiene el comunicado.
Pese a pedirle explicar su política institucional durante sus visitas al CENPAT, Salamone decidió suspender el viaje. “Su paso por el CENPAT estará pura y exclusivamente jalonado por un listado lamentablemente extenso de reclamos de quienes vemos con tristeza cómo el CONICET, un organismo reconocido en el mundo entero, es desvalijado por la ideología libertaria y su accionar político”, sostiene el comunicado y retruca que “a los insultos presidenciales respondemos con más tesón, más compromiso por vincular nuestras investigaciones con la comunidad, y más compromiso de trabajar para un proyecto de país desarrollado, inclusivo, justo y soberano”.
Si bien desde el CENPAT exigieron “respeto” el presidente del organismo no contestó y declinó su viaje a Chubut poniendo como excusa cuestiones de agenda.
En menos de un año, Salamone cancela sus viajes
Hace días fue en su visita a Mar del Plata que fue increpado por trabajadores del organismo que le reclamaron por salarios, por el incumplimiento de la Ley de Financiamiento de Ciencia y por la (inexistente) política científica del gobierno de Javier Milei.
Durante una reunión con directores del CCT Mar del Plata debió atender a los trabajadores que lo alcanzaron y le llevaron un petitorio con las demandas.
A menos de una semana, Salamone volvió a padecer el rechazo de la comunidad científica en su visita a Río Negro. Los trabajadores de la ciencia de Bariloche se autoconvocaron en las afueras de CONICET Patagonia Norte de avenida de los Pioneros, por la llegada del presidente de la institución, Daniel Salamone.
Con vestimentas negras y un pasacalle que decía “No seas cómplice de la destrucción de la ciencia”, recibieron al funcionario nacional. Sumaron cartelería que refleja la problemática actual del financiamiento del sector de Ciencia del país: “En luto: nos están destruyendo”, “Están negando la posibilidad de desarrollo en Argentina” y “La paralización de la ciencia argentina”.
Otros hablan de un pasado al que nadie quiere retornar “Esto ya pasó: fuga de cerebros”, “Tu mercado no nos interesa”, “Agencia de CyT desmantelada). Salamone ingresó al edificio sin dialogar con los científicos.
De refugiarse de sus colegas ¿a refugiarse en el laboratorio?
El presidente del organismo, que a cada viaje planificado es increpado por la comunidad científica a la que supo pertenecer, ya evalúa cambiar su agenda de visitas, agobiado por los constantes reclamos. Es que cada viaje tiene que planificarlo pensando en huir escondido de los científicos que aprovechan para llevar sus reclamos por la asfixiante situación presupuestaria.
Es más, en su entorno perciben que el presidente del organismo lamenta haber postergado su actividad frente al laboratorio para ser la cara visible del plan político de asfixia presupuestaria que emprende el actual gobierno sobre el sistema científico y tecnológico argentino.
Es que, cada vez más está padeciendo el rechazo de sus colegas (al punto de tener que refugiarse de ellos) y el entorno adverso de la comunidad en la que forjó su trayectoria y prestigio.
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