El conflicto en la Planta Industrial de Agua Pesada volvió a retomar su escalada ayer cuando los empleados tomaron la sede administrativa, ante la falta de fondos y la incertidumbre laboral. Podrían volver a la ruta 22 con cortes.
Desde las 8 de ayer, martes, los trabajadores de la Planta Industrial de Agua Pesada, ocuparon la planta administrativa luego de que la gerencia indicara que “no hay fondos y el futuro es incierto”. No descartan volver con los cortes en la Ruta 22.
Trabajadores de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) toman la planta administrativa en reclamo de la deuda de la mitad de los sueldos de junio y del medio aguinaldo.
Así lo confirmó al medio “LU5” Pablo Sosa, delegado de ATE, luego de una reunión con el gerente general de la firma en la que “dijo que no hay fondos y el futuro es incierto”.
Los trabajadores ingresaron de manera pacífica al lugar pasadas las 8 de este lunes como medida de fuerza y no descartan trasladar el reclamo a la Ruta 22.
Sosa indicó que “la semana pasada terminamos de envasar un remanente de agua pesada y no se despachó porque no hay contrato” y consideró que allí habría dinero suficiente para cubrir el reclamo de los operarios.
Por otra parte confirmó que alrededor de 100 trabajadores se sumaron a la opción del retiro voluntario. “Actualmente quedamos 214. Hace dos años que venimos con esta situación, es algo insostenible”, enfatizó Sosa.
El vocero confirmó que permanecerán en el edificio por tiempo indeterminado hasta que “se liberen los fondos, hasta que pase algo”.
El referente de ATE sostuvo que “por ahora es sólo la ocupación pacífica del edificio pero en la semana veremos si es necesario endurecer las medidas y, en ese caso, cortaríamos la ruta 22 de nuevo”.
Un Gobierno sin plan de desarrollo nuclear
La Planta Industrial de Agua Pesada abastece a las centrales nucleares Atucha I, II y Embalse del material refrigerante necesario para que funcionen.
El conflicto en la planta viene desde hace largo tiempo y el panorama se ensombreció con la cancelación del acuerdo con China para construir Atucha IV, de tecnología CANDU.
Carta de APCNEAN
Hace días la Asociación de Profesionales de la CNEA (APCNEAN), coordinada por el Físico e Investigador, Andrés Kreiner, emitió un comunicado, justamente, en el que reclamaron por la reactivación de la construcción de la cuarta central con tecnología CANDU, fundamental para reactivar la PIAP.
Bajo de la órbita de la CNEA, (Comisión Nacional de Energía Atómica), creada bajo la presidencia de Perón en el año 1950, para la coordinación de las investigaciones y el desarrollo de la energía atómica en nuestro país, la PIAP integra una de las 5 empresas (PIAP, INVAP, NA-SA, CONUAR, DIOXITEC) que absorben y contienen el capital científico, tecnológico y profesional de nuestro país.
Los problemas de la PIAP
La PIAP estuvo detenida casi 7 años y fue reactivada durante el gobierno de Néstor Kirchner con una inversión cercana a los US$ 1.000 millones. A partir de esta inversión, la planta ENSI (Neuquén) obtuvo la capacidad de abastecimiento de agua pesada para 4 Centrales Nucleares de Uranio Natural.
“En la actualidad esta enorme capacidad instalada se encuentra subutilizada”, explica un informe del Centro de Economía Polìtica de la Argentina (CEPA). El acuerdo con China genera aún más incertidumbre sobre el futuro de la empresa y los más de 400 profesionales, operarios y técnicos especializados que en ella trabajan.
Adicionalmente, no continuar con la tecnología CANDU, significaría una dependencia total de los combustibles nucleares de uranio enriquecido, sólo provisto por las grandes potencias.
La industria nuclear explica el 6% de nuestro sistema energético, pero su crisis es una señal política contundente, puesto que la apuesta por fortalecer este sector implica una jugada mucho mayor que es la de ofrecer energía a las industrias y PyMEs del país.