Periferia

17 de Julio de 2025

Motosierra contra la ciencia: El Gobierno disolvió el Instituto Nacional de Medicina Tropical

Es un organismo clave en el estudio de enfermedades endémicas como el dengue con 300 publicaciones en revistas internacionales. Según el Gobierno tiene "funciones superpuestas". El decreto.

En su avanzada sin miramientos sobre el sistema científico y tecnológico, el gobierno de Javier Milei disolvió el Instituto Nacional de Medicina Tropical (INMeT), ubicado en Puerto Iguazú, Misiones, eliminando la Ley 26.534 que lo creó.

“Para nosotros fue una gran sorpresa” indicó Cristian Humeres, director del instituto, ya que se encontraban comenzando la planificación de la temporada de dengue. “El Inmet deja de existir como tal, algunas líneas de investigación pretenden que absorban diferentes instituciones”, anunciaba Humeres en la asamblea de trabajadores formada pocas horas después de la publicación en el Boletín oficial de la disolución del organismo nacional.

El edificio del INMeT es una referencia regional en la triple frontera, posee una superficie de 11 mil metros cuadrados de laboratorios, emplea directa e indirectamente a 49 personas, de los cuales 26 son contratados de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (ANLIS) y 10 del CONICET cuyo objetivo es la investigación y desarrollo de políticas públicas sanitarias.

Nació de la decisión política del gobierno de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner en el año 2011, luego de dos brotes de dengue en la región con miles de contagios. La necesidad fue controlar y establecer estrategias para evitar la proliferación de enfermedades vectoriales históricamente asentadas en esta zona tan vulnerable.

La medida publicada en el Boletín Oficial: https://www.boletinoficial.gob.ar/detalleAviso/primera/328021/20250708

Decreto y cierre de un instituto de investigación clave

La indignación es tal que tuvieron que salir a desmentir los argumentos esgrimidos en el decreto de cierre del instituto. El ex Director, Daniel Salomón, enumeró que se publicaron 286 trabajos en revistas internacionales y 32 capítulos de libros, editó 16 libros técnicos, se concluyeron 36 tesis y 15 más están en desarrollo.

En el presente tiene 42 proyectos financiados o con financiación externa sobre diagnóstico de situación, estudios de foco y estrategias de prevención de eventos de salud en el área tropical y subtropical. Entre los temas están Hantavirus, bacterias como Rickettsia, Bartonella y tuberculosis en animales silvestres, enteroparásitos urbanos, rurales y en comunidades aborígenes, patógenos transmitidos por garrapatas e insectos como Leishmania, fiebre amarilla, accidentes producidos por animales venenosos locales, etc.

El INMeT, durante su creación.

¿Superposición de funciones?

Entre la comunidad también desmienten a Milei, que justificó la desición por “superposición de funciones” con el Malbrán y la presunción de “falta de resultados concretos”. Daiana comentó que “mi hijo fue atendido y medicado por la picadura de un gusano venenoso. Nos salvaron la vida porque sino solo Brasil tiene esa medicación”.

La relación laboral del personal está determinada al tiempo que los actos administrativos se completen para la implementación del decreto, según indica el artículo 3.

Salomón también recordó que el INMeT ha sido reconocido por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) como centro de referencia para la vigilancia y control de leishmaniasis, por el TDR-OMS regional para realizar cursos de capacitación, por el IDRC de Canadá para liderar proyectos de los tres países de la Triple Frontera. “Ha realizado cursos de prevención a comunidades, grupos de trabajadores específicos en riesgo, e investigadores nacionales y de América latina, recibiendo y aceptando solicitudes de pasantía de Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, España, Italia, Brasil, Paraguay, Ecuador, Bolivia y Uruguay. Investigaciones

El INMeT, bajo la motosierra

En octubre del 2024, El Instituto Nacional de Medicina Tropical de la ANLISIS Malbrán, publicó una comunicación donde se registra el primer caso de tuberculosis causada por Mycobacterium bovis en un mono caí (Sapajus nigritus) en vida libre en el área de uso público del Parque Nacional Iguazú.

El año pasado, fue publicada en la revista Emerging Infectious Diseases -del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos- un estudio que reveló la presencia de anticuerpos contra Orthohantavirus en roedores de áreas protegidas de Misiones, Argentina. La investigación fue liderada por el grupo de zoonosis -pequeños mamíferos (roedores y murciélagos) del ImeT respondiendo a la notificación de pocos casos de síndrome pulmonar por hantavirus en el noreste de Argentina, a pesar de la alta incidencia en áreas vecinas, sugiriendo un posible subregistro en la región.

Comunicado de las autoridades del INMeT

Comunicado ante el cierre del Instituto Nacional de Medicina Tropical (INMeT)

Declaración de las autoridades del Instituto de Estudios Sociales y Humanos (CONICET-UNaM).

CIENCIA, PACIENCIA, IMPOTENCIA

Desde el Instituto de Estudios Sociales y Humanos (IESyH-CONICET-UNaM) expresamos nuestra profunda preocupación y solidaridad con las y los colegas del Instituto Nacional de Medicina Tropical (INMeT), ante el intempestivo cierre de esta institución, que no sólo representa un retroceso para la Ciencia Nacional, sino también un duro golpe a quienes dedicaron años de trabajo, vocación y compromiso a construir un centro de referencia en salud pública desde una perspectiva federal. El INMET se dedica a la investigación y trabaja en la prevención y control de enfermedades transmitidas por vectores, como el dengue, la leishmaniasis y la fiebre amarilla, así como en zoonosis y enfermedades infecciosas emergentes y reemergentes, incluyendo el hantavirus.

La medicina tropical y las enfermedades desatendidas requieren atención continua, investigación rigurosa y sostenida presencia territorial. Durante más de catorce años, el INMeT sostuvo líneas de investigación de alta calidad, produjo conocimiento estratégico, formó recursos humanos especializados y colaboró con organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Su vaciamiento pone en riesgo tanto ese legado como las capacidades instaladas en una región históricamente relegada.

El personal científico y técnico del INMeT no está compuesto por “comodines” que puedan ser reubicados sin consecuencias. Se trata de profesionales que han elegido construir su vida personal y laboral en Puerto Iguazú, una zona estratégica transfronteriza lo cual implica establecer vínculos con la comunidad, desarrollar proyectos a largo plazo y apostar al arraigo en una zona de frontera atravesada por profundas desigualdades. Disponer su traslado sin consulta previa ni planificación participativa no constituye simplemente una decisión administrativa: es una forma de violencia institucional que desconoce los tiempos, los procesos y los sentidos de una investigación comprometida con la ciudadanía y el territorio.

El desmantelamiento de laboratorios, la incertidumbre sobre el destino de muestras y equipamiento adquiridos con fondos públicos, y el desarraigo forzado del personal no son gestos menores. Son ataques directos a la soberanía nacional, científica y sanitaria del país, y son heridas que socavan la capacidad de producir conocimiento desde y para el lugar donde más se lo necesita.

Acompañamos a quienes hoy, entre lágrimas y perplejidad, deben abandonar un edificio construido con esfuerzo colectivo, y reafirmamos nuestro compromiso con una ciencia pública, crítica y situada, al servicio de las necesidades del pueblo argentino.

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