Con un nuevo decreto, el 585, el gobierno de Javier Milei modificó la estrucutura del INTA, luego de haber eliminado, la semana anterior la Dirección Nacional del organismo científico.
Lo hizo en respuesta al Congreso Nacional que, hace diez días, en la Cámara de Diputados votó por amplía mayoría el rechazo del Decreto 462/2025, que le quitaba la autarquía y degradaba institucionalmente al INTA y otros organismos dependientes de la Secretaría de Agricultura y la de Industria. Ese decreto 462, este jueves que viene, el Senado podría convertirlo en ley, dando automáticamente marcha atrás la decisión del Poder Ejecutivo.
Pero, claro, en el camino de una cámara a la otra, el gobierno nacional intenta avanzar a puro decreto con su estrategia para desmantelar el organismo. Hacia allí apunta el nuevo decreto (publicado con esta nota), modificando lo que pueda y diluyendo lo que considere “innecesario”.
Para evitar que el gobierno avanzar con nuevos decretos como el 585, la semana pasada, el senador, José Mayans (UxC) le propuso a los líderes del bloque de la UCR, Martín Lousteau, y del PRO, Guadalupe Tagliaferri, que se avanzara inmediatamente con la media sanción que implicaba la anulación del decreto 462/2025 para impedir cambios. Sin embargo, para no votar con el peronismo, se negaron y le dieron, así, una semana más al gobierno para realizar cambios en este, y otros organismos de ciencia y tecnología.
El propio DNU aclara, por otra parte que las modificaciones de la estructura se dan en el INTA y no en el INTI, debido a la cautelar avalada por la Justicia para frenar cambios en el organismo industrial.
La oposición “soft” del Senado le dio una semana más de motosierra a Milei
Como en el INTA no pesa una cautelar avalada por la Justicia Federal en lo Contencioso Administrativo (como si lo hace en el INTI), el Gobierno aprovechó la ventana y sacó dos decretos más sobre el INTA. Uno de ellos elimina la Dirección Nacional del INTA, y el otro transforma su estructura.
Si el Senado aprueba esta semana la anulación del decreto original, las cosas podrían cambiar pero el presidente Javier Milei, mientras tanto, avanza con decretos como el que publicó hace horas, donde define una nueva estructura organizativa para el Instituto de tecnología agropecuaria, del cual ya excluyó de la conducción a las organizaciones rurales para concentrar todo el poder en un úncio funcionario.
“Apruébase la estructura organizativa de primer nivel operativo del INTA, organismo desconcentrado dependiente de la Secretaría de Agricultura, de conformidad con el Organigrama y la Responsabilidad Primaria y Acciones” contenidos en diferentes anexos que deberían ser publicados el lunes en el Boletín Oficial. Eso es lo que establece el artículo 22 del nuevo decreto que el presidente Milei firmó el jueves 14, y que abarca múltiples decisiones también vinculadas a otros organismos que han perdido su autarquía en las últimas semanas.

Gobernar sin el Congreso, la estrategia libertaria
La normativa, que desconoce por completo la votación negativa en Diputados y la probable derrota de la posición oficial también en la Cámara de Senadores, donde se votaría el próximo martes, también aprueba una nueva estructura organizativa de segundo nivel operativo para la Dirección nacional del INTA, Los Centros regionales y los Institutos de Investigación dependientes de ese Instituto, al cual el Ejecutivo ha quitado todo rasgo participativo para generar una estructura vertical dependiente de Nicolás Bronzovich, el productor ligado a Aapresid que actúa como presidente.
“Mantiénese la vigencia de las unidades organizativas de nivel inferior al primer nivel operativo del INTA, aprobadas por la Resolución del INTA 513 del 22 de mayo de 2019 y sus modificatorias, con excepción de las que se detallan en la Planilla Anexa al presente artículo, que forma parte integrante del presente decreto”, define el artículo 23 del nuevo decreto presidencial, el último dedicado al Instituto.
Modificación de la Dirección Nacional del INTA
Más allá de los detalles, hay que hacer una lectura política del nuevo decreto, que se suma a otra que Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo, dictaron la semana pasada disponiendo la eliminación de la figura del director nacional del INTA, un cargo ejecutivo que ocupa históricamente un investigador del riñón del organismo tecnológico elegido por concurso. Ese puesto está actualmente cubierto por Ariel Pereda, que todavía no ha presentado su renuncia y se ha mostrado abiertamente opositor a los cambios que se promueven desde el Ejecutivo, en abierto desafío a Bronzovich.
Lo cierto es que esta estrategia de forzar los cambios pro decreto choca de bruces con el rechazo legislativo a esta reforma en diversos organismos autárquicos del Estado Nacional que como el INTA enfrentan la misma suerte: una subordinación total al Ministerio de Economía y sus políticas de ajuste. En el caso del organismo agropecuario, que tiene unos 6.000 agentes en todo el país, el palacio de Hacienda pretende reducir la plantilla en unas 1.500 personas, además de poner a la venta miles de hectáreas de los campos experimentales.
¿Qué pasa si el Senado anula el DNU 462?
El escenario, en caso de que el Senado ratifique la votación de Diputados y rechace el primer DNU impulsado por el ministro Federico Sturzenegger, será de franca colisión, y obligará a las entidades de la mesa de Enlace, que han estado coqueteando hasta aquí con el gobierno de Milei, a definir su posición respecto del INTA.
Como afirma el medio Bichos de Campo, si el Congreso vota en contra del DNU 461, éste será inválido y entonces en el INTA deberán reestablecerse los mandos naturales, definidos por ley, es decir que debería volver a reunirse y gobernar el Consejo Directivo conformado por tres representantes del Poder Ejecutivo (incluyendo a Bronzovich), dos de las universidades nacionales, y cinco de entidades agropecuarias).
En los hechos concretos, más allá de sumisión completa de aquella estructura de gobernanza colectiva al poder político de turno, el nuevo decreto de Milei confirmaría con la nueva estructura varias podas de importancia en el INTA, como la eliminación por decreto de todos los Institutos dedicados a la problemática de la Agricultura Familiar y todas las Agencias de Extensión de la regional AMBA, además de todas las estructuras administrativas de nivel nacional, que eran cubiertas por técnicos elegidos por concurso.