Los nuevos dueños de la empresa de infraestructura tecnológica de la provincia de Mendoza Impsa, primera empresa privatizada por el gobierno de Javier Milei, firmaron un Acuerdo Preventivo Extrajudicial con sus principales acreedores para empezar a pagar recién en 2036 los vencimientos de deuda que arrancaban en 2025. Los desembolsos se extenderán hasta 2044, es decir, que terminaría de pagar en 19 años.
En un comunicado a la Comisión Nacional de Valores, la empresa IAF informó que Impsa, “ha iniciado formalmente el proceso necesario para el reperfilamiento de su deuda, con el objetivo de fortalecer su posición financiera y continuar avanzando en su proceso de recuperación y crecimiento”.
La reestructuración propuesta no prevé quitas de capital, sino un estiramiento de plazos, con términos y condiciones específicas de una oferta que será presentada ante el Juzgado.
“El reperfilamiento ordenado de la deuda permitirá a Impsa mejorar su perfil financiero, optimizar su flujo de caja operativo y consolidar su presencia en los mercados internacionales”, destaca Fabián D’Aiello, responsable de Relaciones con el Mercado de Impsa.
Acreedores de IMPSA
Los principales acreedores de IMPSA, que son quienes tienen derecho a reclamar la deuda, son el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Nación, el Banco BICE, el BICE y el grupo Moneta. Otros acreedores importantes son el Banco de la Provincia de Buenos Aires, el Banco Hipotecario, Export Development Canadá, la Corporación Andina de Fomento, el banco brasileño Bradesco y tenedores de Obligaciones Negociables (ON). Impsa le debe al Banco Nación más de 14.000 millones de pesos.
Jason Arceneaux, representante de ARC Energy, nuevos dueños de IMPSA junto al gobernador de Mendoza Alfredo Cornejo. Foto Gobierno de Mendoza.Jason Arceneaux, representante de ARC Energy, nuevos dueños de IMPSA junto al gobernador de Mendoza Alfredo Cornejo. Foto Gobierno de Mendoza.
Aunque la oferta completa del acuerdo extrajudicial se presentará luego de las asambleas de acreedores, en el comunicado de la empresa se menciona cuáles son los puntos centrales que se han alcanzado con los principales acreedores de Impsa:
IMPSA, la “INVAP” mendocina
Impsa fue fundada en 1907 por la familia mendocina Pescarmona. Comenzó como un taller metalúrgico, fabricando repuestos para maquinaria de hierro fundido, equipos para la industria vitivinícola y compuertas para canales de irrigación. Y se expandió a la fabricación de estructuras metálicas, equipos electromecánicos y proyectos de generación de energía.
Es una empresa que fue clave para la atracción de capital científico-técnico de universidades y centros de investigación de nuestro país para áreas como ingeniería en energía y defensa.
Más de 100 años después, en 2021 y tras un largo período de crisis, fue estatizada por el gobierno de Alberto Fernández. Y el 11 de febrero de 2025, fue la primera privatizada en la era de Javier Milei.
El fondo inversor de Estados Unidos que logró la preadjudicación de Impsa tiene presencia en más de 40 países y genera equipamiento para la industria de petróleo y gas, y de la energía hidroeléctrica, nuclear, eólica y solar fotovoltaica.
La cartera de Impsa incluye componentes para centrales nucleares y equipos para la industria de proceso. La empresa opera a través de diversas unidades de negocio: Hydro, Wind, Nuclear, Servicios, Oil & Gas/Hidrógeno, Fotovoltaico, Inteligencia Artificial, Grúas y Defensa.
Si bien la empresa, que fuera nave insignia de Mendoza, fue “rescatada” tanto por el Estado Nacional como por el provincial en 2021, las turbulencias en Impsa se remontan a varios años atrás. Entre 2010 y 2014, la compañía enfrentó un acontecimiento crucial, ya que durante ese período no logró cobrar importantes sumas de dinero por proyectos energéticos llevados a cabo en Brasil y Venezuela.
Crisis de IMPSA
Además, atravesó un largo periodo sin proyectos de gran magnitud. La crisis para Impsa llegó con el colapso de su subsidiaria en Brasil, Wind Power Energy (WPE), la cual acumuló una deuda total de US$ 850 millones, sumándose a los US$ 250 millones que ya tenía la empresa. Este impacto fue tan severo que la compañía no pudo hacer frente a sus obligaciones y se vio obligada a iniciar un proceso de reestructuración en 2014.
Después de varios años de negociaciones, se llegó a un acuerdo para transferir el 65% de las acciones de Impsa a bonistas, bancos y organismos internacionales. Este proceso fue aprobado en octubre de 2017 y finalmente se concretó el 25 de abril de 2018.
En noviembre de 2020, la firma realizó una reestructuración de su deuda en la cual se acordó con los acreedores cancelar los pasivos con un período de gracia hasta 2025. Además, se logró una reducción significativa de los intereses al 1,5% y que los pagos de capital comenzaran en 2028.