A dos semanas de los resultados de las elecciones primarias en Argentina, en las que el candidato Javier Milei, de La Libertad Avanza, quedó como el candidato más votado, la Fundación Alem, el think tank radical que reúne a intelectuales de diversa procedencia, se pronunció en contra de la privatización del CONICET y el arancelamiento de las universidades nacionales.
La Fundación Alem, que reúne desde escritores, funcionarios como Danya Tavela, hasta personalidades del sector científico y tecnológico (incluso actores, como Luis Brandoni), salió a manifestar que “cambiar no es destruir”. “Ante el debate que se ha abierto en estos días acerca de la
eventual privatización o cierre del CONICET, los abajo firmantes manifestamos públicamente que cualquier nueva política debe ser compatible con la necesidad de fortalecer nuestro sistema científico tecnológico”, expresan.
A favor del CONICET y las universidades públicas
En un documento que lleva la firma de referentes del sector científico y tecnológico, entre otros, plantean que “la ciencia y la tecnología son esenciales para el desarrollo de cualquier país. En todo el mundo, los gobiernos ejecutan políticas para potenciarlas y aprovechar inteligentemente sus múltiples beneficios en un sinfín de áreas específicas. Una sociedad que renuncia a ello no tiene interés en su propio futuro”.
“En cualquier sociedad capitalista, en el pasado y en el presente, el desarrollo requiere del Estado y del mercado. Particularmente en el ámbito
de la ciencia y la tecnología, por las propias características del sector y el tipo de productividad asociada, suponer que el mercado puede suplantar al Estado en todas sus funciones es producto de la ignorancia, la liviandad, y/o la cerrazón ideológica. Todo desarrollo tecnológico privado necesita de una inversión previa en conocimiento científico básico. No hay país del mundo que pretenda desarrollarse que no lo haga. Solo la demagogia es capaz de vendarse los ojos ante esta realidad”, sostienen.
El radicalismo conformó la coalición que en 2015 obtuvo el triunfo en las elecciones nacionales de la mano de Mauricio Macri, quien durante su gestión implementó un ajuste al sector científico y tecnológico del 42%, lo que derivó en la escasez de presupuesto para becas de investigación, gastos de mantenimiento, creación de nuevos institutos, reducción del ingreso al CONICET y hasta la degradación del Ministerio de Ciencia y Tecnología.
Ahora, los referentes de la Fundación Alem, salieron a manifestarse, sin embargo, en contra de la propuesta del libertario, Javier Milei.
“Hoy, más que nunca, la Argentina necesita diagnósticos sofisticados sobre los difíciles problemas nacionales y globales que debe enfrentar. El estudio del calentamiento global, la transición energética, la bioeconomía, la inteligencia artificial, la digitalización de la producción y de la vida social, los desafíos de la educación, la estructura social, la dinámica de la economía, entre tantos otros, requiere instituciones, proyectos y personas con conocimientos técnicos muy específicos. Formar a esas personas y construir su ámbito de trabajo (universidades, centros de investigación, empresas tecnológicas, bibliotecas, museos, archivos o servicios de estadísticas, entre otros) lleva décadas y constituye un ámbito de reconocimiento internacional para nuestro país, y representa miles de oportunidades de ingresos y ahorros en términos de patentes, regalías y eficiencia en las políticas públicas”, sostienen.
“Sin ningún argumento razonable”
“¿Realmente vamos a despreciar todo esto y dinamitarlo sin ningún argumento razonable?”, se preguntan desde la Fundación Alem, en el documento y plantean que “el CONICET es un instrumento muy importante en el sistema de ciencia y técnica de la Argentina. Concentra gran parte de la producción de investigaciones de calidad. No es fácil entrar a la Carrera del Investigador Científico, porque requiere de años de trabajo. Por supuesto que el CONICET, y otros organismos del sistema, tienen problemas”.
“Quienes trabajamos en instituciones de ciencia los reconocemos y estamos convencidos de que se necesitan reformas, porque cuando se trabaja con fondos públicos es preciso que las prioridades sean claras y estén justificadas, y su ejecución sea eficaz y transparente, y su control eficiente, riguroso y profesional. En este sentido, las líneas básicas de mejora para todos los organismos de ciencia y tecnología son claras: asegurar el pluralismo y la neutralidad política, establecer prioridades que fijen un rumbo, planificar con objetivos claros y realistas,
gestionar con responsabilidad, mantener estándares de calidad internacionales, evaluar con objetividad y fortalecer los lazos con la producción”, concluyen.
El documento completo:
https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSfJHh24JYLpiGCpmnkwSFFPbeOrHdGOyrKBMGYYIO2rfO5WTw/viewform
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