La Federación Argentina del Trabajador de Universidades Nacionales (FATUN), conducida por Walter Merkis, ratificó el paro nacional y llamó a una movilización masiva para persuadir a los legisladores sobre la necesidad de revertir el veto a la Ley de Financiamiento Universitario de Javier Milei, argumentando que el veto representa una «obstinación ciega» contra los más vulnerables y ignora las recientes elecciones bonaerenses, interpretadas como un rechazo popular a las políticas de ajuste.
Las universidades nacionales amanecieron el viernes de la semana pasada, paralizadas por un paro total de 24 horas convocado por los principales gremios docentes y nodocentes, en una contundente respuesta al veto impuesto por el presidente Javier Milei a la Ley de Financiamiento Universitario.
La medida, que afecta a miles de estudiantes y trabajadores en todo el país, ha ganado un amplio respaldo de autoridades universitarias, rectores, la comunidad educativa y hasta sectores de la salud pública, consolidándose como una de las protestas más masivas del sector en los últimos meses.
Este paro no solo visibiliza la crisis salarial y presupuestaria, sino que anticipa una escalada en la lucha, con la promesa de una tercera Marcha Federal Universitaria cuando el Congreso debata la reversión del veto.
Los no docentes de universidades, contra el veto
Es por eso que, desde el Frente Sindical de Universidades Nacionales, integrado por federaciones como la Federación de Docentes de las Universidades (FEDUN), la Federación Nacional de Docentes Universitarios (CONADU) y la Federación Argentina de Trabajadores de las Universidades Nacionales (FATUN), lidera la iniciativa.
Por su parte, CONADU, bajo la dirección de Carlos De Feo, enfatizó la necesidad de «tomar las calles de punta a punta del país» para presionar a diputados y senadores, destacando que «la población apoya mayoritariamente el reclamo» y que hay un «importante nivel de visibilización del conflicto universitario». La FEDUN, liderada por Daniel Ricci, ha sido una de las voces más críticas, denunciando que desde la asunción de Milei, los trabajadores universitarios han sufrido «la peor pérdida salarial de la historia», con una caída superior al 50% del poder adquisitivo el año pasado y aumentos mensuales inferiores a la inflación.
Ricci subrayó el compromiso de los docentes por sostener la universidad pública de calidad y anunció que, si el veto persiste, «la lucha continuará y se profundizarán las medidas de fuerza», incluyendo una movilización nacional al Congreso. El gremio extendió sus actividades de visibilización hasta el 14 de septiembre, reafirmando que la universidad es «la principal institución de igualación y ascenso social» defendida no solo por universitarios, sino por «el conjunto del pueblo argentino».
La masividad de la protesta se evidencia en el respaldo popular, recordando las marchas previas que movilizaron a cientos de miles. Los gremios coinciden en que esta es solo la antesala de la tercera Marcha Federal, donde se espera una convocatoria aún mayor para revertir el veto y garantizar el financiamiento universitario, en un claro desafío al ajuste gubernamental.