Los 248 mil millones de pesos pedidos para 2020 por las universidades nacionales en el 82º Plenario de rectores, realizado en la Universidad Nacional del Nordeste, representan algo más del doble de lo que les asignó el Ministerio de Educación para este año.
Los rectores advierten que si no se llega a esa cifra las actividades académicas, de investigación y de extensión universitaria se verán seriamente comprometidas.
En números reales, en 2019 el Gobierno le asignó 144 mil millones de pesos a las casas de altos estudios nacionales pero esa cifra no le correspondía por completo a la administración directa de las universidades, ya que una parte quedó destinada a la gestión de la Secretaría de Políticas Universitarias.
Justamente, las autoridades de las universidades públicas aseguran que si bien Educación habilitó para este año un Presupuesto de 144 mil millones, lo que fue asignado para que las universidades administren de manera autónoma son alrededor de 122 mil millones de pesos.
De hecho los rectores denunciaron esto como una maniobra encubierta de ajuste presupuestario que se suma al deterioro de los recursos producido por la inflación.
Por eso, si se compara el presupuesto del que realmente dispusieron las universidades para gestionar con lo pedido para 2020 el valor se duplica.
Es más, los rectores reclamaron una partida extra de 4 mil millones de pesos para ampliar lo presupuestado para este año, a raíz del incremento de la inflación luego de la megadevaluación del mes pasado.
Es que al momento de presupuestar las sumas de este año el cálculo inflacionario era del 30% y hoy las estimaciones llegan al 50%. La suba de la divisa norteamericana compromete el presupuesto porque gran parte de los gastos de insumos y de funcionamiento son en dólares.
51% más en 2020
Para 2019 el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) pidió $144.115 millones de pesos para que las universidades puedan funcionar con normalidad. La suma representa 104 mil millones menos de lo que ahora reclaman para 2020.
Sin embargo, pese a que el Ministerio de Educación habilitó el pedido de las casas de altos estudios, al momento de asignarlo lo fragmentó de tal manera que parte de ese presupuesto no correspondió a la administración directa de las universidades.
Los rectores denunciaron esto como un ajuste encubierto por parte de la cartera educativa ya que lo recibido para la administración directa quedó reducido a unos 122 mil millones.
Por ello, para el cálculo presupuestario del presupuesto 2020 las universidades estimaron necesario un incremento cercano al 102% de esa cifra. Así en el encuentro realizado en la Universidad de Nordeste pidieron que se asigne 248 mil millones a la administración directa de las universidades.
“Hay un grupo de más de 50 rectores que no llegan a cumplir con los compromisos asumidos. Tenemos la necesidad de aumentar becas, atender comedores, residencias, transporte”, detalló el rector de la Universidad Nacional de Hurlingham.
“Es importante sostener un sistema universitario fortalecido, unido en la defensa de la educación pública, de una universidad gratuita, laica e inclusiva como la que tenemos y queremos seguir fortaleciendo en el futuro”, señaló la rectora de la UNNE y Vicepresidenta del CIN, Delfina Veiravé en su discurso de bienvenida.
El recorte de Cambiemos en números
En julio de este año un informe del IEC-Conadu, el instituto de la gremial que representa mayoritariamente a los docentes universitarios, dio cuenta del ajuste sufrido por las universidades nacionales entre 2015 y 2019.
Si no se amplía el presupuesto vigente, el ajuste acumulado por inflación llegará a más del 72%. Pero, además, los fondos para becas cayeron un 65% en cuatro años.
“Bajo la presidencia de Mauricio Macri, el presupuesto de las universidades nacionales cayó en su participación en el PBI, cayó en su participación en el presupuesto total y también cayó con respecto a los índices de inflación”, concluye el informe, que además advierte que una porción cada año mayor debe dirigirse a salarios y gastos de funcionamiento, mientras disminuye la capacidad para sostener planes de desarrollo y de infraestructura.
El informe documenta los montos y modalidades del ajuste que viene denunciando la comunidad académica, retomando datos del Ministerio de Hacienda.
Durante la gestión Cambiemos la inversión nacional en las universidades pasó de representar un 0,83% del Producto Bruto Interno (PBI) entre 2012-2015 a un 0,77% durante 2016-2019.
Por su parte el presupuesto universitario se retrajo un 14,8% en términos reales con respecto a 2015, debido al fuerte proceso inflacionario en curso.
Si se toma la evolución del presupuesto universitario contra la inflación acumulada el presupuesto universitario perdió 23,7 puntos porcentuales con respecto a la inflación durante el período 2016/2018. Si se considera el impacto de la inflación esperada en 2019, y si no se amplía el presupuesto vigente para disminuir la brecha, la pérdida llegará a 72,5 puntos porcentuales.
Sub-ejecuciones de Presupuesto más inflación
Las subejecuciones son otro ítem que agrava el horizonte de funcionamiento para las universidades, porque del presupuesto asignado, 740 millones de pesos quedaron sin ejecutar en 2017 y 6200 millones de pesos en 2018, cifras que representan el nivel de ejecución más bajo de los últimos siete años.
En el primer semestre de 2019, el nivel de ejecución llegó al 46,7 por ciento, lo que proyectado a todo el año indica una subejecución mayor a la de 2018.
Por su parte las ampliaciones presupuestarias fueron bajas, a pesar que durante todo el período macrista la inflación tuvo niveles más elevados que en el período anterior, revela el informe de CONADU.
Es decir que el presupuesto destinado a universidades se amplió en porcentajes cada vez menores con respecto a lo establecido originalmente en la Ley de Presupuesto de cada año. Durante 2019 el presupuesto al 30/6 no sólo no fue ampliado sino que sufrió una disminución del 0,02 por ciento.
Otro de los datos que arroja el estudio del Instituto de Estudios y Capacitación de la CONADU apunta a la composición del presupuesto universitario durante la gestión macrista. El informe marca que Cambiemos pronunció la concentración del presupuesto en las partidas destinadas a salarios y gastos de funcionamiento.
Mientras que en 2015 sueldos y gastos se llevaban el 93,9 por ciento de los fondos, hoy ese destino insume el 97,2 por ciento.
Es decir, “cada vez hay menos recursos para nuevos proyectos, obras, refacciones e incluso para atender el crecimiento de la matrícula”, manifiesta el informe.
En simultáneo a este proceso, disminuyeron las transferencias para financiar los Programas de Desarrollo Universitario que se concentran en el Fundar, alcanzando el piso más bajo en 2018 y el primer semestre de 2019.
Algo similar sucede con las becas, al registrar que durante 2017 se otorgaron menos becas para carreras prioritarias y becas para estudiantes de bajos recursos que en 2016.
En el mismo sentido, el programa Progresar, que desde el año pasado empezó a depender de la Secretaría de Políticas Universitarias, también fue víctima del ajuste. La cantidad de Becas Progresar disminuyó en 190.313 becas con respecto a 2015, y en 303.571 con respecto a la cantidad máxima alcanzada en 2016.