La senadora nacional por Río Negro, Silvina García Larraburu, sumó su voz a quienes, desde diferentes sectores del sistema de ciencia y de tecnología, comenzaron a requerir que el país avance con el proyecto de contar con un lanzador espacial propio.
Larraburu preside la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación del Senado de la Nación, y es la autora, junto con la legisladora Silvia Sapag, de un proyecto de financiamiento escalonado del sistema de Ciencia (hoy existen tres), que pretende elevar, por ley, el presupuesto del sector al 2% del Presupuesto Nacional, en 2030.
Pero, además, lo significativo, es que sus palabras se dan en un contexto en el cual acaba de ingresar al Congreso el Proyecto de Ley de Presupuesto, en cuyo avance el Gobierno declaró “primordial” la inversión en ciencia y tecnología, para “revertir la tendencia a la disminución presupuestaria del sector”.
En una columna de opinión publicada en la Agencia APP, Larraburu consideró “la Ciencia y la Tecnología vuelve a posicionarse como política de Estado” y que en este marco, “el Plan Espacial Nacional ocupa un lugar preponderante”. Por eso consideró que “a fin de completar el ciclo de la tecnología satelital, es fundamental que se materialice el Proyecto Tronador III y contar con un lanzador propio que garantice la soberanía plena en un área geoestratégica”.
De esta manera, la legisladora nacional se sumó a voces como la de Raúl Kulichevsky, Director Ejecutivo de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, Marcos Actis, director del Centro Tecnológico Aeorespacial e integrante del directorio de la CONAE, el ministro de Ciencia, Roberto Salvarezza y el Gerente de Proyectos Espaciales de INVAP, quienes afirmaron que es necesario avanzar con esta iniciativa.
“El país dará un paso decisivo en el dominio de la tecnología espacial, y en particular dentro del programa Arquitectura Segmentada y se podrá poner en órbita desde Argentina a una nueva generación de satélites, de diferentes tamaños, que conformen asimismo constelaciones propias”, dijo Larraburu.
En cuanto al impacto productivo, la senadora analizó que “posibilitará un círculo virtuoso de crecimiento de las empresas del sector espacial argentino y de generación de nuevas empresas de base tecnológica que podrían ingresar en mercados internacionales espaciales y no espaciales con grandes capacidades competitivas
El proyecto del lanzador ya se encontraba en la hoja de ruta del primer Plan Espacial Nacional, aunque “con ritmos divergentes el país avanzó en su capacidad de acceso al espacio”, consideró la senadora.
La actualidad de una industria en desarrollo
Actualmente, Argentina ejecuta el programa ISCUL (Inyector Satelital de Cargas Útiles Livianas), que comprende el desarrollo del Vehículo Lanzador Tronador III, con capacidad de situar en órbita a satélites de hasta 1000 kg. Además de la empresa VENG, este proyecto incorpora a Universidades Nacionales, INVAP y distintas empresas privadas de tecnología.
En los centros espaciales CETT y CEPI, se dispusieron un conjunto de facilidades con el objeto de fabricar prototipos y el equipamiento necesario. Además, se emplazaron bancos de ensayos para motores de propulsión de primer nivel.
La CONAE informó sobre el desarrollo del vehículo que se encuentra avanzado en un 55%. El equipamiento y facilidades para su producción en el 80%; la infraestructura de tierra que posibilitará el seguimiento, telemetría y control en un 85% y aquella que da soporte al lanzamiento en un 40%.
“Por otra parte, ya se está trabajando en otro vehículo lanzador de cargas livianas, el VLE. El mismo tiene un 40% de avance y cuando se concrete, le permitirá a Argentina posicionarse en el corto plazo en el segmento de los micro lanzadores”, dijo Larraburu.
La senadora nacional concluyó que “como país debemos fijar prioridades, y en materia de Ciencia y Tecnología estos proyectos son urgentes”.
Testimonios de la columna de opinión publicada en “Agencia APP”