Desde el punto de vista ambiental los gobiernos comienzan a incluir en la agenda de las políticas públicas la transformación de sus matrices energéticas.
Así lo hizo el presidente de la Nación durante la apertura de las sesiones ordinarias 2019, en el Congreso, al hablar sobre los proyectos energéticos ligados a las energías renovables.
“La energía renovable es un sector con un potencial enorme. Hay 27 proyectos nuevos en marcha y al día de hoy hay 98 en construcción”, explicó el presidente.
Si se los desagrega, en realidad, estamos ante 157 proyectos de generación en el Programa RenovAr y Resolución 202 que representan un total de 4.931,488 MW (5 GW) de potencia a instalar.
En rigor hay 41 proyectos solares fotovoltaicos, 41 eólicos, 14 pequeños aprovechamientos hidroeléctricos, 3 de biogás de relleno sanitario, 19 de biomasa y 37 de biogás.
Sin embargo, a estos se suman 41 proyectos con prioridad de despacho asignada en el Mercado a Término de Energía Eléctrica de Fuente Renovable (MATER).
Estos proyectos se traducen en casi 5.941,068 MW de potencia (Casi 6 GW de potencia a instalar). Con lo cual, en total, son 197 las propuestas de inversión desde 2016.
La cifra no es para nada desdeñable, y Argentina está haciendo un esfuerzo por introducir un cambio en la matriz energética que bien podría obviar
Discurso y realidad
Ahora bien, si se compara el aporte de las energías renovables al Sistema Eléctrico Nacional (SEN), el total del sistema el discurso presidencial toma un volumen electoralista.
Es que las centrales térmicas aportan un 62,65% de la energía; las hidroeléctricas un 32,23%; la nuclear un 5,30%; y las renovables apenas un 2,11%. Sin embargo, el problema es a futuro.
Es que, para 2040, con una tasa de crecimiento de consumo energético como la que tenemos hoy (3% anual) la capacidad eléctrica instalada debería duplicarse.
El problema de las energías renovables es que es difícil tenerlas en cuenta en una planificación que contemple el abastecimiento pleno del sistema energético en los próximos 20 años.
“La intermitencia de las energías renovables y la falta de sistemas de almacenamiento de energía eléctrica a costos razonables impiden que sean tenidas en cuenta en el cálculo de la potencia instalada necesaria para cubrir los picos de demanda”, explicaba Juan José Gil Gerbino en una nota de noviembre para el portal Infobae.
Por eso es difícil pensar que un proyecto científico y tecnológico de Estado pueda quedar ligado a la suerte de ese desarrollo, al menos hoy.
