La Junta Interna de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) reclamó que el gobierno nacional acelere los tiempos para el acuerdo de construcción de una central nuclear de tecnología CANDU.
En agosto, el propio presidente de Nucleoeléctrica, José Luis Antúnez, aseguró que esa posibilidad está en proceso de materialización, como parte del acuerdo con China.
La iniciativa del gobierno, dijo Antúnez, es que para los próximos 15 años, el país sume una central nuclear (llave en mano) China, tipo Hualong, y una segunda central con tecnología y conocimiento “nacional”, tipo CANDU.
Se trata de la tecnología, con uranio natural y agua pesada, con la que están desarrolladas las centrales de Atucha I, Atucha II y la central Embalse, para las cuáles hoy la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) es proveedora de los insumos y el material refrigerante.
Por eso, desde ATE, reclaman que se aceleren esos tiempos y se concrete el acuerdo que prevé la construcción de una central nuclear tipo CANDU.
Es que la PIAP (Neuquén), la planta industrial de agua pesada más grande del mundo, padeció el desfinanciamiento y la falta de proyectos que encauzen su desarrollo. A tal punto que de los 600 trabajadores que supo tener, hoy son 105 los que se encargan del mantenimiento y conservación de la planta tras un acuerdo establecido con el gobierno que finalizaría este año.
Sin embargo, el tiempo sigue pasando y se van degradando los equipos, por lo que, desde la Junta Interna de ATE en la planta señalaron que “es necesario que los tiempos políticos se acorten” y se tomen decisiones que definan qué va a pasar con la planta.
Los trabajadores cubren puestos diarios de ocho a 12 horas por turno, buscando así que siempre haya personal en la planta. Sin embargo, estos trabajadores no compensarían las necesidades del establecimiento en caso de reactivarse su funcionamiento normal.
Así, le contaron al “Diario de Río Negro”, que “estamos buscando las reuniones necesarias porque necesitamos ya una certeza, si vuelve a producir va a llevar alrededor de 20 meses acondicionarla por lo que ya sería necesario empezar a formar la gente y contratar porque no hay el personal necesario”.
En 2019 la empresa dispuso de un programa de retiro por mutuo acuerdo para los trabajadores y el pase a la Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería (ENSI), reduciendo así la planta de unos 450 a unos 90 empleados. Por esta razón señalan que deben capacitar nuevos “para que las planta se ponga en marcha y hacer todas las reparaciones de todos los equipos para que vuelva a producir”.
Con tres centrales nucleares en funcionamiento en Argentina, desde la Junta Interna ven una oportunidad de reactivar la PIAP para abastecer del producto que, por el momento, está siendo importado.
En la actualidad sirve para refrigerar y moderar en los reactores nucleares. “Cuando nos reunimos con Adriana Serquis, titular de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), le planteamos que nosotros entendemos que sí o sí mínimo se tiene que hacer el stock para las centrales nucleares que están en funcionamiento”, detalló Nicolás Ventura, de la Junta Interna. Sin embargo, expresaron que a pesar de notarse la intención de reactivar la planta desde organismos nacionales, no hay novedades concretas para hacerlo.
Serquis, en diálogo con la Universidad Nacional de San Martín, explicó que todavía se habla de la posibilidad de construir una central nuclear de tipo CANDU, lo que “implicaría resguardar todo lo que significa la recuperación y preservación de la PIAP” y señaló que su reactivación permitiría “proveer agua pesada para las centrales argentinas, y además exportar agua pesada, lo que sería una gran alternativa”.
Sin embargo, señaló que no hay respuestas rápidas pero que dejar caer la planta sería “una falta importante en la decisión”.
Testimonios de Miquela Danil Juárez, para Diario de Río Negro.