Periferia

18 de Julio de 2025

En Rosario ya renunciaron 45 profesionales del Conicet por el ajuste del Gobierno

Es uno de los principales centros de producción científica y tecnológica del país. La falta de fondos para proyectos y los bajos salarios alientan la fuga de cerebros. El presidente del organismo, Daniel Salamone, cómo si nada.

Por los salarios bajos y la falta de financiamiento a proyectos de investigación ya son 45 los profesionales que renunciaron al CONICET Rosario.

Se trata de uno de los principales centros de producción de conocimiento científico del país y de transferencia tecnológica. Allí emerge uno de los polos biotecnológicos más importantes del país y de la región, después de San Pablo.

De hecho, Santa Fe es una de las provincias en las que más virtuosamente se dio a nivel nacional la vinculación entre las universidades, los centros de investigación y el sector productivo, al punto que la provincia tiene medio centenar de empresas biotecnologicas propias. Entre las más emblemáticas están Bioceres, Terragene y Keclon, todas emergentes de los laboratorios de las universidades del Litoral (UNL) y de Rosario (UNR). Pero además, producen conocimiento en Salud, Energía, Ciencias Sociales y hasta Desarrollo Aeroespacial.

El escenario allí es de virtuosismo entre la ciencia y la actividad productiva, algo que está en el vértice opuesto del cuadro que suele describir Milei, sus funcionarios y sus tuiteros cuando buscan justificar el ajuste llamando “casta” y “canallas” a los investigadores.

Daniel Salamone, el presidente del CONICET, mientras tanto no da muestras de que la situación le importe. De hecho, busca modificar el directorio del organismo para dejar de oir los reclamos de los científicos de todo el país.

Motosierra al CONICET

Debido al ajuste del gobierno de Javier Milei los profesionales buscan mejores horizontes de trabajo. Es decir que la motosierra no tiene contemplaciones.

El síntoma habla de la crítica salud del sistema científico porque esta situación se replica a nivel nacional de manera dispar.

A la drástica reducción de financiamiento a proyectos en general se suma otra novedad: este año no habrá becas doctorales para las ciencias sociales.

Así lo determinó el presidente de la institución local, Guillermo Labadie, en diálogo con el medio local, La Capital.

De ese número, 21 renunciaron (ocho administrativos, seis investigadores y seis becarios), 11 tomaron licencias sin goce de sueldo y sin tener la certeza de volver (siete investigadores y cuatro personal de apoyo), otras diez personas se jubilaron (1 personal de apoyo y nueve investigadores), dos administrativos fueron despedidos en el marco del ajuste, y uno fue trasladado a otro Centro Científico y Tecnológico.

Hay que tener en cuenta que la planta local contaba en mayo de 2024, y según los datos en la página oficial, de 1.043 profesionales, de los cuales 474 conformaban el staff de investigadores científicos.

Situación critica para la ciencia

La situación macro del Conicet es alarmante. No hay una ley de presupuesto en el 2025 ni tampoco la hubo en el 2024.

Esto quiere decir que muchas de las instituciones están funcionando con presupuesto prorrogado de 2023.

“Lo que está autorizado y asignado es una cifra ínfima, a valor de 2023. Todo lo demás que se consigue es resultado de negociaciones políticas en las que a veces se gana y a veces se pierde”, sostuvo el director del Instituto de Investigaciones Socio-Históricas Regionales (ISHIR) del Conicet de Rosario, Darío Barriera.

Salarios y programas de investigación

Lo cierto es que los salarios están planchados, las asignaciones para financiar investigaciones fueron suprimidas por lo que tampoco hay dinero para hacer proyectos específicos.

Según expresó el investigador, se redujeron las plazas para cubrir puestos de investigador y becas.

“La reducción real del presupuesto es del 55% y la del personal del 5%”, afirma Barriera.

Según datos del Grupo Economía, Política y Ciencia del Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia , Tecnología e Innovación (EPC-CIICTI), los sueldos volvieron a perder terreno debido al dato de inflación de junio anunciado por el INDEC. Los científicos ya acumulan un 36% de pérdida del poder adquisitivo desde que asumió Javier Milei.

Cientificos sin admisión con Milei

Pero hay otros problemas a nivel macro: “A nivel nacional hay 853 personas designadas sin admitir. No está el dinero para pagarles, pero ganaron sus concursos y hay voluntad de resolver apenas 400 casos de años anteriores, sobre lo cual todavía no hay un criterio fijado”, sostuvo.

“No hay como referente un ministerio, y la Secretaría no tiene posibilidad de negociación sin pasar por el jefe de gabinete. La persona que tiene que llevar adelante la negociación es el presidente del Conicet, que fue designado por el Ejecutivo. Tiene más sintonía con Milei que con el Directorio”, denunciaron en el organismo.

“No es un proceso lento. Si esto dura dos o tres años el Conicet queda en coma”, asegura Barriera.

Ciencias sociales, el chivo expiatorio libertario

Este 2025 se suprimieron las becas doctorales destinadas a las ciencias sociales. En la propia página del Conicet este hecho está claro: según remarcaron las autoridades, las becas se asignaran según los planes de trabajo que se enmarquen en el listado de “Temas Priorizados”, esto es, los que fueron elaborados “teniendo en cuenta los sectores económicos estratégicos del país y las áreas del conocimiento que este Consejo Nacional propone impulsar”. En este nuevo esquema, las ciencias sociales no tienen lugar.

“No hay becas para las ciencias sociales. No hay para historia, geografía, literatura, antropología. Desaparecieron del edificio de la ciencia. Y lo cierto es que ya está discutido que la ciencia es una gran casa en que todos los espacios tienen una función. Las sociales forman parte de las ciencias básicas, que muchas veces resuelven problemas”,

“Al cercenar las becas se está atacando al sistema por su base de alimentación. El sistema de investigación se nutre transformando egresados universitarios en doctores y si eso no ocurre, el sistema envejece con rapidez”, explica Barriera

Además, el director del ISHIR subrayó: “Las ciencias duras, mal llamadas productivas, tienen un lugar predominante ahora. Sin embargo, todos los científicos trabajamos todo el día, todos los días, asesorando, evaluando. Tenemos un montón de trabajo y cooperamos con las otras ciencias. Por lo demás, la física, la química, la ciencias de la computación, todo lo que es ciencias naturales y duras, ocurren y se desarrollan en un ambiente social, un marco histórico que no estudian. Las ciencias reposan en esa sociedad en la que hay alguien que las está pensando”.

“La economía es una ciencia social, y el presidente es economista, debería tener más consideración”, sentenció Barriera y agregó: “La historia, por ejemplo, sirve para pensar otros pasados como otros presentes. Puede ser que todo esto moleste. En los ataques del gobierno nacional a las ciencias sociales hay mucho de ideológico. Pero no tanto en relación a izquierda/derecha sino en el sentido más novedoso de si hay que pensar o no hay que pensar, de racionalismo/irracionalismo. Es una visión absurdamente antigua como cuando alguien que razonaba tenía que argumentar que no estaba cometiendo pecado”.

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