Después de dos años sin da una mínima señal propositiva de hacia dónde el gobierno nacional pensaba orientar los destinos de la ciencia y la tecnología, hoy 30 de octubre, apareció un documento en el que se apoyan para definir “lineamientos estratégicos”.
El documento, publicado en el Boletín Oficial, no fue expuesto a los sectores sociales involucrados para gestar un consenso mayor en torno a la medida, y es por ello que lo único que se observa es un documento plagado de intenciones en medio de un tan ajuste brutal a la ciencia que vuelve difícil pensar de qué manera planean implementarlo.
El documento presenta, en primer lugar, “los sectores/áreas económicas estratégicas que serán promovidos en el próximo período: Agroindustria, Energía y Minería, Economía del Conocimiento e Innovación y Salud”.
verticales
La firma del documento pertenece al Secretario de Ciencia, Darío Genua, quien tiene entre sus tópicos de gestión más visibles tiene la eliminación de programas de financiamiento a la investigación, despidos e incumplimiento de la Ley de Financiamiento de Ciencia.
Según publica el gobierno nacional “las cuatro verticales constituyen los pilares sobre los cuales se orientará la política nacional de innovación, ciencia y tecnología, en tanto representan sectores de alto impacto económico y social, con capacidad de generar empleo calificado, incrementar las exportaciones con valor agregado y fortalecer la competitividad internacional del país”.
La “orientación” no define, sin embargo, con claridad si son fondos para investigar, recursos que ya existen o apenas buenas intenciones de parte de funcionarios que vienen ejecutando el ajuste más brutal sobre el sistema de ciencia y tecnología.
El “Plan Estratégico” plantea articular con cadenas de valor consolidadas y en expansión y “potenciar” la diversificación productiva y de integración territorial.
El Plan Estratégico del gobierno nacional: https://www.boletinoficial.gob.ar/detalleAviso/primera/333751/20251031
Los sectores “a desarrollar”
Según el documento la inversión en el sector científico se apoyará en el desarrollo de Inteligencia Artificial (IA), Biotecnología y Nanotecnología, Tecnología Espacial y Satelital y Tecnologías de la Información y la Comunicación, todas áreas que paradójicamente vienen padeciendo el desfinanciamiento del gobierno libertario.
“Estas tecnologías, de carácter habilitante y convergente, constituyen los vectores principales de modernización del aparato productivo. Su desarrollo integrado potencia la productividad nacional y mejora la eficiencia en el uso de los recursos, favoreciendo la complementariedad de las acciones y una visión integrada del SNCTI”, sostienen desde el gobierno nacional y apuntan que “en el período 2025-2027 de implementación de la estrategia en materia de innovación, ciencia y tecnología, se estipula promover, de manera prioritaria la Agroindustria, la Energía y la Minería, la Economía del Conocimiento e Innovación y la Salud.
El documento, que parece elaborado en base a Inteligencia Artificial por lo desconectado que está de la realidad que todos esos sectores padecieron en los útlimos dos años, habla de “tecnologías transversales priorizadas” que actúan como “potenciadoras de estas verticales estratégicas”, así como de otras áreas del sistema productivo y científico.
En términos de intenciones, apuntan que buscan “facilitar la integración tecnológica” y promover “sinergias multisectoriales con un enfoque pragmático orientado a generar resultados tangibles y escalables”.
El Plan “Estratégico” de Ciencia de Milei
La Secretaria de Ciencia plantea que buscarán que esto se traduzca en generación de empleo de calidad, diversificación y sofisticación de la matriz productiva, aumento de las exportaciones con valor agregado, e impacto social positivo y desarrollo federal.
A continuación, se ofrece para cada sector/área económica y tecnología transversal un diagnóstico inicial, que sintetiza sus características, desafíos y oportunidades, y una justificación estratégica que explica los criterios que fundamentan su priorización.
El documento supone que ese plan de “sinergias” y “tecnologías integradas”, se implementará en un sistema que atraviesa congelamiento de fondos, derrumbe salarial de investigadores, cierre de los ingresos a las carreras de investigador y personal de apoyo del CONICET, incumplimiento de la Ley de Financiamiento de Ciencia, parálisis de proyectos estratégicos como el reactor nuclear CAREM-25, RA-10 y el satélite ARSAT SG1 e intento de desmantelar organismos claves para la transferencia de conocimiento científico a la sociedad como son el INTA, el INTI, el INV y el INASE.
Un Plan de Ciencia para aplicar en un sistema devastado por el ajuste
El salario de los investigadores e investigadoras de nuestro país volvió a perder contra la inflación, y ya marca una tendencia que se puede traducir en la voluntad política del gobierno de Javier Milei de descartar a la ciencia y la tecnología como motor del desarrollo.
Mientras tanto, los sueldos de los profesionales dedicados a la investigación científica en la Argentina volvieron a perder poder adquisitivo y ya registran pérdidas de hasta 121 puntos base respecto de noviembre de 2023.
Estas cifras dejan marcas claras de un sistema científico y académico (su periferia) en el que será muy difícil implementar el Plan Estratégico de Ciencia que anunció el Gobierno.
Principalmente por el cierre de los ingresos al CONICET (confirmado por Guillermo Francos en el Congreso), el derrumbe del presupuesto del CONICET en el orden del 30%, el año pasado; la caída de programas de financiamiento en la Agencia I+D+i (el organismo encargado de articular la labor del sistema científico y tecnológico con el productivo de las PyMEs y empresas); la cancelación de proyectos estratégicos como los reactores nucleares CAREM y el RA-10 o el satélite de telecomunicaciones ARSAT SG1; el incumplimiento de la Ley de Financiamiento del Sistema de Ciencia (aprobada por el Congreso y convertida en Ley para que Argentina invierta el 1% de su PBI en ciencia y tecnología); el derrumbe de la inversión pública en ciencia y tecnología hasta un piso histórico del 0,2% del PBI; el deterioro en equipamientos, funcionamiento, salarios de los 330 centros de investigación del CONICET; los planes para modificar el Estatuto del CONICET o la posible fusión con otros organismos como el INTA y el INTI.