En el marco de las reuniones y negociaciones entre el oficialismo y la oposición en la Cámara de Diputados de la Nación, el bloque de Juntos por el Cambio reclamó la presidencia de la Comisión de Ciencia y Tecnología que, hasta diciembre, tuvo a la legisladora sanjuanina, Daniela Castro.
Desde el bloque de Legisladores de la Alianza Cambiemos postularon como uno de los nombres posibles al de la legisladora radical Brenda Austin, quien durante 2019 participó de algunas de las reuniones que la Comisión mantuvo con representantes de organismos de ciencia y tecnología, para escuchar el reclamo por el brutal ajuste implementado por su gobierno.
Austin, fue, prácticamente, la única legisladora del entonces oficialismo que asistió a las sesiones de la comisión cuando desfilaban los referentes del CONICET INTI, el INTA, la CONEA, la CONAE y otros organismos científicos y universidades, denunciando el ajuste del 43% sobre el sistema de ciencia y tecnología, que impactó en proyectos, salarios e infraestructura.
Es más, la legisladora coincidió con los reclamos y los validó como legítimos, aún cuando su presencia le valió enfrentamientos con referentes del campo científico como Alberto Kornblihtt, hoy integrante del Directorio de CONICET.
Sin embargo, la falta de acompañamiento y empatía del bloque de Juntos por el Cambio con las demandas del sector científico, pusieron en una situación de aislamiento a la legisladora radical, para avalar y aunar consensos al interior del radicalismo.
El vacío en la Comisión de Ciencia
La ex diputada del Frente de Todos por San Juan, Daniela Castro, se encargó de la presidencia de la comisión durante los últimos cuatro años, y desde allí dejó permerar el espacio a las demandas y reclamos de la comunidad científica y académica que padeció el ajuste de Mauricio Macri.
Con la asunción de Alberto Fernández, Castro, se hizo cargo de la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Industria para la Defensa, acompañando, en el Ministerio de Defensa, a Agustín Rossi.
Con su salida de la Cámara de Diputados, y con la confirmación de Roberto Salvarezza en el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MinCyT), la Comisión de Ciencia perdió a sus dos principales referentes.
Es que su labor daba luz verde al impulso, en Diputados, de iniciativas que la comunidad científica y tecnológica viene reclamando desde hace años, como es, por ejemplo, el proyecto de Financiamiento escalonado del sistema científico.
El proyecto de Financiamiento escalonado para la ciencia
La iniciativa, elaborada por el ex Senador y actual Gobernador de la provincia de Santa Fe, Omar Perotti, en 2017, y que obtuvo la media sanción de la cámara alta, buscaba fijar por Ley la suba de recursos para el sector científico, estableciendo un piso y un techo históricos, con proyección para los siguientes 13 años.
En el texto de la ley se planteaba como punto de partida del escalonamiento el año 2018, para llevar el presupuesto para el sector del 0,51% al 1,5%, en 2025, y al 3% del PBI en 2030.
De esta manera el presupuesto de la Finalidad Ciencia y Técnica (que comprende a programas e instituciones científicos repartidos en 9 ministerios, entre los que se encuentra CONICET, CONEA, CONAE, INTA, INTI y el propio Ministerio de Ciencia) hubiera tenido un crecimiento del 66% para 2018, si se lo comparaba con el 0,34% del PBI, que la Ley de Presupuesto asignó al sector en 2017.
Sin embargo, el proyecto que entró en Diputados quedó obturado por la Comisión de Hacienda, presidida por el diputado PRO, Luciano Laspina, en 2018, y en 2019 perdió finalmente el estado parlamentario.
De esa manera el macrismo impidió que la norma fuera debatida en el recinto de la cámara baja y logró descartar una norma clave para el sector científico.
Nueva coyuntura
Con la asunción de Alberto Fernández en la presidencia de la Nación, la coyuntura política para el sector científico dio un giro radical. Es que a horas de haber asumido, el actual mandatario re-jerarquizó el área científica, convirtiendo la degradada Secretaría de Ciencia, de Lino Barañao, en Ministerio.
La asunción de Roberto Salvarezza al frente de la cartera, así como la de Ana Franchi en la presidencia de CONICET, de Fernando Peirano, al frente de la Agencia Nacional de Promoción Científica (ex ANPCyT); y de Juan Pablo Paz y Diego Hurtado al frente de la Secretaría de Articulación y de Planeamiento del ministerio, devino con anuncios y señales muy concretas a la comunidad científica.
Entre las primeras medidas del gobierno de Alberto Fernández, se destacó el aumento de becas para realizar investigación científica y tecnológica, la casi duplicación del número de investigadores y técnicos que ingresarán en 2020 al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y el aumento de los subsidios para investigar en un 25%.
Esas medidas fueron destacadas por Salvarezza como resoluciones destinadas a brindar señales de corto plazo a la comunidad científica para frenar la migración de investigadores del país.
¿Que implicancias tendría para el proyecto científico del gobierno?
Ahora bien, la decisión definitiva se conocerá en los próximos días, pero la posible presidencia de la comisión a cargo de la Alianza Cambiemos abre interrogantes sobre las chances que puedan tener las iniciativas tendientes a fortalecer el presupuesto del sector, teniendo en cuenta la brutal asfixia presupuestaria que implementaron durante los años que estuvieron al frente del gobierno.
Es que esa comisión podría ser el pilar parlamentario que el Gobierno necesita para su proyecto científico y tecnológico de largo plazo, a partir de movilizar iniciativas legislativas que consoliden y doten de una ingeniería legal a la recuperación de la inversión en el sector.
Así funcionó al menos hasta 2015, desde donde abrió la discusión y visibilizó el brutal ajuste del macrismo a ciencia y tecnología.
A juzgar por el rol que tuvieron los diputados y senadores de Juntos por el Cambio en ese período, cuesta creer que, si la presidencia queda en sus manos, puedan impulsar proyectos en esa dirección.
Sin embargo, otros afirman que podría haber un giro por parte de los legisladores que antes obturaban los proyectos, puesto que su rol opositor y las reglas de juego de la sustentabilidad política pueden modificar su papel en el escenario legislativo.
No hay que olvidar que cuando un proyecto entra a Diputados, proveniente del Senado, antes de ser debatido en el recinto, debe contar con el dictámen de dos comisiones. Una de ellas es Hacienda, que quedará en manos del oficialismo.
Cómo sea, desde el Ejecutivo y desde el Ministerio de Ciencia, edifican el proyecto político que impulsan para el sector, con un pie en el Parlamento.
Si bien desde la cartera científica, gestionada por Roberto Salvarezza, no cuentan en el horizonte próximo del 2020 con el impulso de una nueva Ley de Financiamiento, lo real es que esa iniciativa puede cobrar fuerza en los próximos años.
Es por eso que la conformación de la Comisión de Ciencia y Tecnología en diputados es una cuestión que mantiene atentos a los funcionarios nacionales del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación.