Legisladores de distintos bloques se mostraron de acuerdo en la necesidad de retomar las iniciativas que no se pudieron aprobar la semana pasada en Diputados – Juntos no dio quórum- y que proponen la creación de nuevas casas de estudio en Buenos Aires, Córdoba y Entre Ríos.
Al respecto, Susana Landriscini, legisladora por el Frente de Todos, afirmó que “nunca sobra una universidad nacional, en la medida que abre posibilidades de estudio en un tiempo que se destaca por ser el tiempo del conocimiento”, y agregó que “son espacios en los que se construye y se difunde conocimiento, se forman jóvenes, no solo en el conocimiento en términos de informar, sino de formar, relacionarse socialmente y comprometerse con proyectos”.
Por su parte, el diputado Nicolás Del Caño (PTS – Fte. de Izquierda) sostuvo: “Nosotros vamos a acompañar. Esperamos que finalmente se puedan crear todas las universidades nuevas. Se ha demostrado que, para muchos jóvenes hijos de trabajadores, la cercanía es un elemento clave para el acceso a la educación universitaria”.
Los proyectos que quedaron pendientes la semana pasada contemplan además de la creación de la sede en Ciudad de Buenos Aires de la Universidad Nacional Madres de Plaza de Mayo, otras siete casas académicas.
Se trata de la Universidad Nacional del Delta, Universidad Nacional del Pilar, Universidad Nacional de Cuenca del Salado (Cañuelas), Universidad Nacional de Saladillo, Universidad Nacional de Río Tercero (Córdoba), Universidad Nacional de Ezeiza, Universidad Nacional “Juan Laurentino Ortíz” (Paraná, Entre Ríos).
Sesión especial fallida
La semana pasada la Cámara de Diputados se disponía a aprobar diversos proyectos, entre ellos el que establecía la creación de ocho nuevas universidades, luego de que la sesión ingresara en un clima tumultuoso que impidió su continuidad ante la falta de quórum provocada por Juntos por el Cambio (JxC).
La sesión fue levantada debido a que el cuerpo quedó sin número suficiente cuando el diputado Maximiliano Ferraro, de la Coalición Cívica-JxC, pidió votar la suspensión, en el momento en que se registraba la ausencia de cinco diputados del Interbloque Federal que inicialmente colaboraron para habilitar el debate.
La sesión especial impulsada por el Frente de Todos (FdT) se inició con el quórum estricto de 129 diputados, ya que colaboraron para conformarlo las bancadas de Provincias Unidas, la izquierda y el Interbloque Federal, que minutos antes de que se abortara el plenario le solicitó a referentes del oficialismo que intentaran reencauzarla.
Juntos por el Cambio ingresó cuando el oficialismo había obtenido el quórum y sus legisladores empezaron a gritarle a Moreau que la sesión -cuyo horario se reprogramó dos veces- era inválida.
La principal bancada opositora argumentaba que la hora de inicio de la sesión no se puede reprogramar por una simple nota del secretario parlamentario, tal como sucedió, sino que debe hacerse con acuerdo de la mayoría de los bloques.