El vicepresidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), Diego Hurtado, se refirió al acuerdo con China para construir la cuarta central nuclear del país (Atucha III), tras el viaje del presidente Alberto Fernández al país asiático.
Hurtado, quien se desempeña además como Secretario de Planeamiento y Políticas del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, y es el encargado del Plan Nacional de Ciencia 2030, sostuvo que “Atucha III, modelo Hualong, una central de uranio enriquecido y agua liviana, se viene trabajando hace ocho años”, remarcó, haciendo referencia al inicio de las negociaciones durante el gobierno de Cristina Fernández.
“Se incorporarán 1150 megavatios al sistema energético cuando se termine de construir esta central”, dijo Hurtado. El funcionario aseguró que “la energía nuclear es una de las que menos emite gases de efecto invernadero”.
Locomotora para el sector nuclear
El vicepresidente del máximo organismo de ciencia y técnica ligado al sector energético manifestó que “la energía nuclear es una energía de base y que además no emite y para la Argentina esto significa una enorme oportunidad, para nosotros la transición energética como motor de industrialización, de generación de capacidades autónomas, de poder plantear como un desafío de exportación a países de la región”.
“La firma del acuerdo con China supone también agregarle al sector nuclear, un sector emblemático de la Argentina porque el país ahí sabe gestionar tecnología, innovación, sabe producir efectos multiplicadores hacia el sector satelital que es un desprendimiento del sector nuclear, es volver a darle al sector nuclear una locomotora”, dijo Hurtado.
El acuerdo por la cuarta central de Atucha podría abastecer de electricidad a 11 millones de argentinos. “Los cortes de hoy de energía eléctrica no tienen que ver con la potencia sino con la distribución”, dijo Hurtado, y afirmó que “la energía es un buen medidor de desarrollo, cuando generás capacidades productivas necesitás energía”.
Hurtado sostuvo que “las responsabilidades de Argentina con el cambio climático no pueden ser las mismas que las de Estados Unidos, Japón, Alemania o Gran Bretaña”, y afirmó que “necesitamos generar energía, agregar megavatios a la matriz energética, nucleoelectricidad, esto tracciona industria nacional y capacidades nacionales”.
¿Y las CANDU?
Hurtado se refirió a las críticas que se realizaron al acuerdo por no contemplar la construcción de una central de tipo CANDU (Con uranio natural y agua pesada), en la que Argentina tendría un potencial de transferencia tecnológica más consistente puesto que se trata de tecnología de la que el país cuenta con el “Know How”.
Las críticas provinieron desde la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP), en Neuquén, la planta que provee el combustible refrigerante para las centrales nucleares existentes hoy en Argentina.
“Argentina prefirió maximizar capacidades autónomas por eso apuesta ya en los años ´60 al uranio natural y al agua pesada, que es como están hechas las centrales de Atucha I, Atucha II y Embalse”, introdujo Hurtado, y sostuvo que por eso “durante el gobierno de Cristina se negoció con China comprar dos centrales, una que siguiera en la línea histórica del plan nuclear argentino, de uranio natural y agua pesada, y una que es la que hoy se está comprando de uranio enriquecido y agua liviana”.
“¿Que pasó que ahora estamos comprando sólo una central de uranio enriquecido y agua liviana y en el medio se perdió lo que llamamos CANDU?”, se preguntó Hurtado, y argumentó que “pasó Macri, y cada vez que aparece este nombre sabemos que estamos hablando de desmantelamiento, desguace, endeudamiento, financierización, eso ocurre, el acuerdo que evolución con el gobierno de Crisitina, lo toma el gobierno de Macri, y esta gente se sentó con China y reformuló el acuerdo”.
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