La vacuna en desarrollo “ARVAC Cecilia Grierson”, que desarrolla la Universidad Nacional de San Martín (UNSaM) junto al CONICET, y que se alista como el principal proyecto de vacuna, entre los cuatro que se desarrollan en el país, para inmunizar a la población, recibirá un aporte de 60 millones de pesos.
El proyecto, coordinado por la investigadora Juliana Cassataro, es el primer proyecto seleccionado del llamado realizado por la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i) en el marco de la Unidad Coronavirus que integra junto con el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación y el CONICET.
ARVAC Cecilia Grierson
El equipo de investigación del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas de la Universidad Nacional de San Martín y el CONICET está a cargo del diseño y desarrollo de “ARVAC Cecilia Grierson”, uno de los proyectos argentinos de vacunas contra el COVID-19.
Los investigadores e investigadoras del equipo son el Dr. Diego Alvarez, la Dra. Karina Pasquevich, la Dra. Lorena Coria y la Dra. Eliana Castro, así como los becarios y becarias: Lucas Saposnik, Celeste Pueblas, Julieta Alcain y Tec. Laura Bruno.
Su fórmula se basa en proteínas recombinantes, una tecnología que ya se aplica en las vacunas contra la Hepatitis B o el VPH. El conocimiento previo acerca de la seguridad de este tipo de vacunas, vuelven a la “ARVAC Cecilia Grierson” en una candidata posible a ser aplicada en bebés, niñas/os, adolescentes, personas embarazadas o inmunosuprimidas, como así también en la población en general.
Además, las vacunas de subunidades basadas en proteínas recombinantes son más estables y menos dependientes de la cadena de frío, lo que las hace más económicas, fáciles de producir y de distribuir.
El grupo interdisciplinario de investigadores e investigadoras obtuvo dos prototipos de vacuna que en estudios en modelos animales demostraron capacidad para inducir muy buenos niveles de anticuerpos neutralizantes del virus y respuesta inmune celular T, en línea con los requerimientos actuales para vacunas que previenen la COVID-19. En este contexto, la Agencia I+D+i aprobó un apoyo de $60.000.000 para concluir la etapa preclínica de la realización de los ensayos de seguridad y capacidad inmune correspondientes y avanzar hacia las etapas clínicas que evalúen la seguridad y eficacia de las ?ARVAC Cecilia Grierson? en humanos.
De este desarrollo también participa la Fundación Pablo Cassará encargada de producir, bajo normas de buenas prácticas de manufactura, los antígenos seleccionados para las formulaciones vacunales. También colaboró en este proyecto el grupo de investigación del Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y SIDA (INBIRS) dirigido por Matías Ostrosky para el desarrollo de los ensayos para medir anticuerpos neutralizantes.
Acerca de la convocatoria
La Agencia I+D+i, a través de FONARSEC, abrió la ventanilla “Ensayos in vivo de vacunas argentinas COVID-19” dirigida a proyectos de instituciones públicas sin fines de lucro dedicadas a actividades de I+D para el fortalecimiento de las capacidades nacionales para el desarrollo y la producción de vacunas argentinas contra el SARS Cov-2. El objetivo es financiar proyectos de instituciones públicas que busquen continuar y/o concluir la fase pre-clínica de ensayos in vivo de un candidato vacunal, escalable a nivel industrial.
Al momento de presentación del proyecto es requisito que se haya obtenido previamente una prueba de concepto in vivo preliminar demostrable para dicho candidato vacunal en términos de inmunogenicidad, inducción de respuestas de anticuerpos neutralizantes y respuesta inmune celular.
Las vacunas argentinas
Argentina tiene en marcha cuatro proyectos de desarrollo de vacunas contra el avance del SARS-CoV-2. Además del proyecto de la Universidad Nacional de San Martín y el CONICET, junto a la Fundación Pablo Cassará, existen dos universidades más y un organismo de ciencia y tecnología.
Se trata de las iniciativas de la Universidad Nacional del Litoral, en Santa Fe, y del Conicet, a través de la Facultad de Ciencias Biológicas, en conjunto a las empresas Cellargen Biotech y Biotecnofe, para desarrollar proteínas que puedan ser utilizadas en vacunas y kits de diagnóstico para prevención y monitoreo del COVID-19.
El proyecto tiene financiamiento del Ministerio de Ciencia y Tecnología y es un desarrollo a través de una proteína que forma parte del virus. Esa proteína está en fase de purificación para luego hacer las pruebas en animales.
Las dos vacunas se encuentran actualmente en fase preclínica, de prueba en animales.
La tercera iniciativa es la de la Universidad Nacional de La Plata y el CONICET, a cargo de los científicos Omar Azzaroni y Guillermo Docena, que articularon el trabajo de los Institutos de de Estudios Inmunológicos y Fisiopatológicos (IIFP) y de Investigaciones Físicas, Teóricas y Aplicadas (INIFTA), para crear ArVac221.
El fármarco está en etapa de ensayos preclínicos y, si se cumplen los plazos estipulados, a partir del 2023 comenzarán las pruebas en humanos.
Por último, en Bariloche, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), desarrolla un proyecto de vacuna, con la coordinación del investigador Juan Sebastián Pappalardo.
Este es un desarrollo entre el INTA y Laboratorios Bagó que financiarán estudios para avanzar en investigaciones vinculados al COVID-19. El acuerdo representa un esfuerzo público-privado nacional y tiene como objetivo obtener datos en la generación de la respuesta inmune en ratones y la evaluación de futuros desarrollos contra el SARS-CoV-2.