La reciente exposición antivacunas realizada en el Congreso de la Nación volvió a encender la polémica sobre la desinformación en torno a las vacunas contra el COVID-19. Una de las voces más resonantes fue la de Lorena Diblasi, licenciada en biotecnología, quien sostuvo públicamente que las dosis contenían óxido de grafeno y provocaban efectos como un supuesto “magnetismo” en las personas vacunadas. Sin embargo, un análisis científico solicitado por ella misma en 2022 al Conicet contradijo por completo sus afirmaciones.
Durante su intervención, Diblasi acompañó su discurso con una demostración cuestionada: un hombre con el torso desnudo mostró cómo se le adherían imanes al cuerpo, hecho que ella atribuyó a componentes desconocidos de las vacunas.
Diblasi había pedido en 2022 un análisis al Instituto de Materiales (INTEMA) del CONICET para identificar si las vacunas contenían óxido de grafeno, y los resultados fueron concluyentes: no estaba presente.
Di Blasi afirma falsedades, pese a los resultados del iNTEMA
Entre ellos, mencionó el óxido de grafeno, un material que desde el inicio de la pandemia circuló en teorías sin sustento científico. No obstante, la biotecnóloga había pedido dos años atrás un análisis para identificar justamente ese material, y los resultados fueron concluyentes: no estaba presente.
El estudio fue realizado por el Instituto de Investigaciones en Ciencia y Tecnología de Materiales (INTEMA), dependiente del Conicet y ubicado en Mar del Plata. Investigadores del laboratorio recibieron ampollas de vacunas Moderna, Pfizer y Sputnik enviadas por el grupo solicitante, ya previamente abiertas, y realizaron un procedimiento completo documentado en video para garantizar la transparencia del proceso.
Cómo se realizó el estudio del INTEMA
La prueba se llevó a cabo mediante micro-espectroscopía Raman, una técnica internacionalmente validada para detectar nanomateriales como grafeno, grafito y óxido de grafeno. Tras analizar cuidadosamente todas las partículas depositadas sobre portaobjetos, los especialistas concluyeron que ninguna muestra presentaba señales compatibles con esos compuestos. “La metodología es sensible y reconocida; de existir grafeno, hubiese sido perfectamente detectable”, explicó uno de los investigadores.
A pesar de la evidencia científica, Diblasi miente
El equipo del Conicet elaboró dos documentos: un informe técnico detallado con los resultados y un segundo archivo que reconstruye el intercambio con el grupo solicitante, incluyendo el envío del video con el procedimiento completo y la propuesta de formalizar el estudio como servicio científico. Pese a ello, no hubo respuesta. “Los resultados contradecían la hipótesis inicial y nunca volvimos a tener contacto”, señaló el investigador Leonel Silva.
Los hallazgos coinciden con investigaciones independientes, tanto nacionales como internacionales, que también descartaron la presencia de grafeno u óxido de grafeno en vacunas contra el COVID-19. Aun así, el informe nunca fue mencionado por Diblasi en sus presentaciones públicas ni en su reciente intervención en el Congreso.
El episodio vuelve a poner en debate la responsabilidad de quienes difunden afirmaciones científicas sin respaldo y el impacto que esto tiene en la confianza pública en la vacunación, uno de los pilares más efectivos de la salud pública moderna.