En concreto, sostuvo, tiene que ver con la paralización en el proyecto de construcción de Arsat-3 (SG1), decisión eminentemente política: “Está todo pago. Los créditos los tiene el Tesoro”.
Este nuevo proyecto, explicó Marin, “tiene un lugar, una órbita, ya asignada por la regulación internacional”, por lo que el país corre el riesgo de perder ese lugar si no ocupa pronto.
Sin ARSAT SG1, con Milei
“Arsat-3 tiene que ocupar esa órbita donde ya debería haberse ubicado por un satélite testigo. No fue ocupado y no sabemos qué va a suceder. Pero empieza a haber problemas”, advirtió.
Y añadió: “Porque el 1 y el 2 empiezan a ser obsoletos y empiezan a quedarse sin combustible. Así que corregir la órbita para que siga cubriendo el mismo territorio se torna cada vez más difícil”.

A esto se le suma que, por los bajos salarios, muchos trabajadores se fueron a otros lugares: “Y mes a mes los trabajadores van perdiendo su poder adquisitivo porque no hay ni siquiera una actualización salarial mínima”.