Un estudio elaborado por EJES (Enlace por la Justicia Energética y Socioambiental) denunció la brutal transferencia de ingresos generada por la política energética de Cambiemos.
El documento titulado “Ocaso de la ilusión liberal: la política energética de Cambiemos” señala que los cuadros tarifarios diseñados por el gobierno nacional de Mauricio Macri definieron, en cuatro años, una transferencia fenomenal de ingresos de toda la población a un grupo reducido de empresarios.
Esos grupos empresarios quedaron reflejados en la conformación de los cuadros técnicos que ocuparon el Ministerio de Energía, a cargo de Juan José Aranguren, ligado a la firma Shell.
De allí para abajo, las secretarías, subsecretarías, organismos y entes reguladores dependientes de la cartera fueron ocupadas por representantes de empresas como Edenor, Edesur, TGS, Axion, Panamerican, Total y Esso.
“Esa lógica se tradujo al interior de las empresas energéticas con la flexibilización laboral, avalada por el gobierno de Cambiemos?, afirma el economista Marco Kofman, investigador de EJES, quien estuvo a cargo de la presentación del informe.
Aumentos del 3500%
EJES estimó que, entre 2015 y 2019, el aumento total de la energía eléctrica osciló entre 3.000% y 3.500% que recayó por completo en la economía de los usuarios y se transfirió directamente a esas empresas, con la mediación del Estado nacional para alentar ese proceso.
Según EJES, en esos cuatro años el gobierno llevó los subsidios a la energía del 9,6% al 4,3% por lo que los hogares debieron hacerse cargo del 100% del precio de la energía eléctrica y el gas haciendo que los aumentos en las facturas sean superiores al 1.000%.
Con esa baja, advierte EJES, se orientó el uso del dinero público al pago de intereses de la deuda externa contraída por Macri. Por ello este ítem aumentó de 7,6 al 19,6%, a lo largo de los cuatro años.
“El gobierno determinó que los subsidios se irían eliminando en forma gradual para que los usuarios terminen pagando la totalidad del precio del gas en octubre de 2019, mediante aumentos de precio que irían de 1,29 dólares/MBTU hasta 6,77 dólares/MBTU” explica el informe.
Sin embargo, el Gobierno estableció, además, el aumento de las tarifas de transporte y distribución de gas, que elevó los otros dos componentes de la factura de gas que pagan los usuarios además del gas en boca de pozo.
Vaca Muerta: el paradigma de la flexibilización
En el informe repasana la firma del acuerdo por Vaca Muerta junto a empresarios y sindicatos que incorporó modificaciones al convenio colectivo de trabajo, eliminando beneficios salariales, reduciendo dotaciones técnicas de personal e incorporando modalidades de contratación flexible.
Con las medidas, afirma EJES, se terminó de afianzar el modelo de privatización energética y desregulación del Estado a las relaciones laborales que llevó en 2018 los salarios del sector a una caída del 16%. Pero, además, generó la pérdida de 9 mil puestos de trabajo respecto a 2015.
EJES repasa que el ciclo que definió la política energética de Cambiemos comenzó a cerrarse cuando se creó Desarrolladora Energética S.A., controlada por Rogelio Pagano a través de una red de empresas offshore que conformó un monopolio en la provincia de Buenos Aires con el control de Eden, Edea y Edelap.
La empresa se convirtió en latercera distribuidora más importante del país detrás de Edenor y Edesur. Las tres empresas controlan el 49% de la distrubución eléctrica.
Dolarización de combustibles
Ya a fines de 2017 comenzó a regir la liberalización del precio de los combustibles que hasta entonces era fruto de un acuerdo entre el Estado Nacional, las provincias y el sector privado.
Las empresas allí tuvieron libertad para fijar el precio interno en función del precio internacional y de la cotización del dólar.
Según el informe, ello no hizo más que acelerar la transferencia de ingresos en la sociedad argentina y profundizar la crisis social y económica del país, que volvió inviable la política del gobierno.
“Cambiemos retomó la agenda neoliberal de la energía con el marco regulatorio vigente desde los 90. La ?fe en los mercados? justificó la eliminación de subsidios y permitió reasignar fondos para atender una deuda que fue el respirador artificial de la economía macrista”, afirma EJES.
En ese sentido, “el costo político del aumento tarifario fue creciente”, dice el informe de EJES que apunta que “la política energética naufragó entre la inviabilidad política y la económica”.
EJES concluye que “el tarifazo expandió la pobreza energética con hogares que destinan más del 10% del ingreso en atender sus necesidades energéticas por todo el país del 1% al 20% desde 2015”.
De esta manera, en el sector empresario “las empresas distribuidoras y transportistas multiplicaron sus ganancias haciendo que un conjunto reducido de empresarios como Midlin, Pagano, Rocca, Britto y Caputo incrementen su poder en el sector” sin incentivar la industria nacional de componentes.
Pero, además, “el Estado se desprendió de valiosos activos y la empresa YPF quedó relegada en una producción de hidrocarburos que acentuó su carácter privado y contaminante”.