El futuro de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) ganó expectativa con la convocatoria del gobierno de Neuquén para registrar potenciales compradores del insumo. El llamado, que se efectuó a través de cartas de intención, fue respondido por cinco empresas, en su mayoría internacionales.
Lo consignó el medio Diario de Río Negro con fuentes del ministerio de Planificación, que tiene a su cargo el manteniendo del complejo ubicado en Arroyito a través de la Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería (ENSI).
Desde la cartera que conduce Rubén Etcheverry explicaron que en total cinco firmas contestaron la invitación que realizó el Ejecutivo con la finalidad de tejer acuerdos para futuras ventas de agua pesada.
Indicaron que los acuerdos, que no implican un contrato efectivo de comercialización, se sellaron por plazos de hasta siete años y para «las dos líneas de producción que tiene la planta».
PIAP y Atucha
La PIAP es clave para el Complejo Nuclear Atucha donde funcionan las centrales nucleares Atucha I y II, sobre el margen derecho del río Paraná de las Palmas, a 100 km de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en la localidad de Lima del Partido-Municipio de Zárate.
Es que las centrales son refrigeradas y moderadas con el agua pesada (D2O) de la PIAP para hacer funcionar los reactores tipo de reactores PHWR (reactor de agua pesada a presión). Atucha cuenta con una potencia eléctrica bruta de 362 megavatios y emplea como combustible uranio levemente enriquecido al 0,85%.
Interés en el agua pesada de la PIAP
Los nombres de las compañías que respondieron por ahora no se darán a conocer y varios de los convenios suscriptos se hicieron bajo la condición de confidencialidad, se detalló oficialmente.
Al anunciar la convocatoria, el Gobierno había mencionado que las empresas que podían convertirse en socias para la PIAP ya «estaban identificadas» y que se trataba de un mercado «con pocos jugadores» .
Las empresas
Algunas de las compañías citadas fueron Isowater, Candu Energy, Wuhan Spectral Isotope Technology y Merk.
La fecha límite para enviar las cartas de intención se había fijado para el 15 de septiembre. Pero algunos problemas logísticos y burocráticos extendieron el plazo otras dos semanas, hasta el pasado martes 30.
Desde el Gobierno esperaban que esta medida funcionara como una suerte de incentivo para la planta y el financiamiento que todavía se necesita de cara a su puesta en marcha. La reactivación de la planta, según estimaciones oficiales, demandaría inversiones multimillonarias por un periodo de al menos dos años.
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