Macri inauguró las sesiones legislativas del Congreso confirmando que, en ciencia, la acción del Estado será la de intervenir de forma periférica a la actividad económica privada.
Por eso en su discurso para el área científica tuvieron más peso términos como “economía” y “exportaciones”, que “investigación”, “desarrollo” o “transferencia”.
El presidente llamó, además, “tesoro” a las reservas energéticas de Vaca Muerta, pero no dio señales al sector científico sobre las potencialidades que podrían abrirse a la investigación.
ARSAT-SAOCOM
Incluso, al referirse a ARSAT, hizo hincapié en el acceso masivo a la red de fibra óptica, que es parte de sus áreas, pero eludió referirse a la suspensión de proyectos espaciales.
Recientemente el propio director de ARSAT, Henoch Aguiar, dijo, en una entrevista radial, que la ?postergación? de Arsat III se debió a que su tecnología estaba precaria.
Sin embargo, a los días el gobierno debió comprar un satélite en desuso a la empresa SES (Europa), por 7M de euros, para no perder la posición orbital que ARSAT III debía ocupar.
Si bien Macri hizo referencia al lanzamiento del SAOCOM 1A, un satélite observacional, el impacto tecnológico y científico de ARSAT es mayor, por ser de telecomunicaciones.
Economía del Conocimiento
?Necesitamos seguir potenciando la economía del conocimiento. Hoy ya se exportan 6300 millones de dólares?, manifestó el presidente Macri durante su presentación.
La referencia en el proyecto que el oficialismo prepara para reemplazar la actual Ley de Promoción del Software.
La iniciativa tiene como ejes facilitar la contratación y capacitación de ?talentos?, promover las exportaciones e incentivar la innovación (I+D) y la creación de nuevos emprendimientos.
Pero además apunta a beneficiar a las empresas del conocimiento, que hoy intervienen en 22% del PBI, con una baja del impuesto a las ganancias y un adelanto del mínimo no imponible.
Energías renovables
?La energía renovable es un sector con un potencial enorme. Hay 27 proyectos nuevos de energías renovables en marcha y al día de hoy hay 98 en construcción? explicó el presidente.
Los proyectos existen y se traducen en casi 5.941,068 MW de potencia (Casi 6 GW de potencia a instalar) al sistema energético.
Sin embargo, si se compara el aporte de las energías renovables hacen al Sistema Eléctrico Nacional (SEN), el discurso presidencial pierde volumen.
Es que las energías renovables aportan apenas un 2,11% al sistema contra las centrales térmicas que aportan un 62,65%; las hidroeléctricas un 32,23%; y la nuclear un 5,30%.
El problema es a futuro, porque para 2040 con la tasa actual de crecimiento del consumo energético (3% anual) la capacidad energética instalada debería duplicarse para evitar el desabastecimiento.
El problema de las energías renovables es que es difícil tenerlas en cuenta en una planificación que contemple el abastecimiento pleno del sistema energético en los próximos 20 años.
?La intermitencia de las energías renovables y la falta de sistemas de almacenamiento de energía eléctrica a costos razonables impiden que sean tenidas en cuenta en el cálculo de la potencia instalada necesaria para cubrir los picos de demanda?, explicaba Juan José Gil Gerbino en una nota de noviembre para el portal Infobae.
Inteligencia Artificial
En otro tramo del discurso, Macri se refirió a un proyecto de Inteligencia Artificial, un Plan Nacional de Inteligencia Artificial, del que no dio mayores explicaciones sobre qué consistiría.
“Es una incoherencia”, aseguró Sebastián Uchitel, director del Instituto de Investigación en Ciencias de la Computación (ICC), de CONICET.
Es que su instituto recibió, en 2018, apenas 75 mil pesos para investigar, cuando en 2016 había recibido 280 mil.
Recursos naturales
Otra de sus frases fue que “el mundo habla del litio y tenemos en Catamarca, Salta y Jujuy enormes reservas de litio”.
“El mundo habla del gas no convencional y nosotros tenemos Vaca Muerta, un tesoro energético que se está despertando”, continuó Macri.
Si bien los recursos naturales abren un panorama potencial para la investigación, la planificación y la inversión constante desde el Estado son fundamentales para acompañarlo.
Ese no parece ser el caso cuando el 90% de los centros de investigación de CONICET (unos 200 institutos) reclaman contra el ajuste del 30% en los gastos de funcionamiento.
La protesta en las puertas del ex MinCyT apuntó, además, a la falta de dinero para reuniones científicas, de subsidios para equipamiento de laboratorio; caída de capacidad de compra de los salarios de investigadores y becarios cercano al 30%; reducción de ingresantes en la carrera de investigador (CIC); La suspensión de fondos para proyectos de unidades ejecutores (PUE).
Pensar a la ciencia y la tecnología como subsidiaria de la actividad económica le quita peso como sector estratégico, además de recursos, infraestructura y capacidad innovadora.
Al menos en el discurso del presidente Macri, lo referido a ciencia y tecnología parece quedar subordinado a la suerte de la actividad económica.
Una apuesta que hace peligrar la sustentabilidad y la capacidad económica de un sistema que requiere inversión constante.
