El legislador de Juntos por el Cambio, Hernán Reyes, presentó un proyecto en la Legislatura porteña para crear un Fondo de Promoción a la Innovación, Ciencia y Tecnología en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La iniciativa sorprende en un marco en el cual la Ciudad de Buenos Aires, a lo largo de la gestión Cambiemos, nunca superó el 0,02% del total del presupuesto anual en ciencia y tecnología, cuando la ley 2.511 obliga al gobierno porteño a invertir el 1%.
Es decir que la ciudad (con 9 investigadores cada mil habitantes) desde 2007 debería haber incrementado paulatinamente sus recursos hasta la actualidad, pero nunca cumplió la ley.
Otros datos para destacar son que, por relevancia política, la ciencia en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires está gestionada apenas por una Dirección, el rango más bajo (después de Ministerio y Secretaría) en términos de jerarquía política.
Por ejemplo, la provincia de Catamarca, 8 veces menor en cantidad de población e investigadores cada mil habitantes, decidió jerarquizar el área convirtiendola en Ministerio, algo que en la Ciudad de Buenos Aires, no parece asomar ni como plan a largo plazo.
Esto implica que las problemáticas vinculadas con la ciencia y la tecnología tienen menos posibilidades de introducirse en la agenda de la jefatura de gabinete del Gobierno de la ciudad, por la magnitud y el peso que representa el área en la estructura general del Estado.
Para tener una idea, la Dirección General de Actividades Científicas y Tecnológicas de la CABA, hoy conducida por Federico Saravia (un hombre de Lousteau, proveniente de la Universidad de Buenos Aires), ejecutó, en 2014, un presupuesto de $490 mil pesos.
La única norma que rompió este horizonte de desinversión fue la sancionada en diciembre de 2020 (la Ley 6.394) que creó el Régimen de Promoción de Economía del Conocimiento en la Ciudad, otorgando beneficios fiscales a quienes, a través de su trabajo, promuevan el crecimiento de esta nueva industria basada en el uso del conocimiento y la digitalización de la información.
Nuevo proyecto, en un contexto de desinversión
El proyecto de Reyes aparece en un contexto en el cual el Gobierno de al Ciudad de Buenos Aires no da señales de priorizar algún tipo de política científica sólida.
“La ciudad de Buenos Aires tiene una potencialidad para explotar en el ámbito de la investigación y producción en ciencia, tecnología e innovación como ninguna otra ciudad de Argentina. La concentración de universidades con carreras de grado y posgrado en las diferentes ramas de la ingeniería y en las ciencias exactas, físicas y naturales, indica que estamos en condiciones de explotar la investigación y, a su vez, la producción gracias a la gran cantidad de empresas y emprendedores radicados en nuestra ciudad”, señaló el legislador de Vamos Juntos en los fundamentos de la iniciativa.
Y añadió: “En primer lugar, es indispensable entender lo que significa ser un emprendedor. El emprendedor de un proyecto dinámico se trata de quien desarrolla un tipo de emprendimiento que tiene la potencialidad de un crecimiento en sus ingresos exponencial sin alterar de manera significativa sus costos. Este tipo de emprendimientos tienen un bache relevante entre la inversión inicial y cuando logran generar su clientela, este bache es conocido como el ?valle de la muerte? con un flujo de caja en negativo prolongado hasta asentarse. Consecuencia de ello, es necesaria una intervención de instituciones de financiamiento que puedan mantener estabilizado el flujo hasta que logren generar sus propios ingresos. Es así que los Estados, motivados por el gran impacto positivo posterior, generan estrategias tendientes a generar soluciones financieras a este tipo de emprendimientos”, en diálogo con Alejandro Lazo, del portal ADN Ciudad.
Mediante el proyecto que ingresó este jueves el diputado Hernán Reyes propone crear un Fondo de Promoción a la Innovación, Ciencia y Tecnología para “seguir fortaleciendo el sistema de innovación de la Ciudad, aportando al crecimiento en infraestructura, la formación de nuevos talentos, la transformación hacia un gobierno digital, el fortalecimiento de la economía digital y la inclusión digital en barrios populares y de menores recursos”.
Brecha de conectividad
En primer lugar, los proyectos de infraestructura a los que apunta el Fondo tienen como principal objetivo cerrar la brecha de conectividad que existe en la ciudad de Buenos Aires. Si bien el 96% de los habitantes de la Ciudad tienen acceso a internet, muchos no tienen conectividad Wifi en los barrios ni tampoco en sus hogares.
En segundo lugar, el Fondo se propone fortalecer los programas de formación digital ya existentes y también crear o modernizar programas para seguir capacitando a los ciudadanos con el objeto de hacer crecer el empleo y formalizar una economía digital.
Por otra parte, tiene como objetivo aprovechar los avances tecnológicos existentes para ser utilizados a nivel gubernamental. Con esto se busca lograr un gobierno digital abierto, transparente y eficiente que, a través de la innovación y de la inversión en proyectos de esa índole, permita el desarrollo de nuevas industrias.
Otro de los objetivos es el fortalecimiento de la economía digital de la Ciudad, generando proyectos de coinversión con aceleradoras científico-tecnológicas radicadas en la ciudad de Buenos Aires, explicaron a través de ADN Ciudad.
Según el legislador de la Coalición Cívica “en este aspecto, la figura del fideicomiso otorga la suficiente flexibilidad para realizar estas estrategias tanto en asociación con aceleradoras, fondos ángeles y de capital semillas, como también en forma directa. Las estrategias deberán obedecer exclusivamente a aquello que resulte más conveniente para los emprendimientos y para la estrategia del Gobierno de la Ciudad en su ambición de potenciar proyectos que tengan un gran impacto social. Esto puede ser por tratarse de tecnologías exponenciales, desarrollos con impacto ambiental positivo o desarrollos que logren mejorar significativamente la calidad de vida de los vecinos en los barrios populares”.
Asimismo, con este Fondo se busca invertir en instituciones de investigación científica y tecnológica para promover sus proyectos, especialmente aquellos que estén liderados por mujeres, aquellos que tengan aplicación en economía circular y desarrollo sostenible, que tengan destino a la aplicación en tecnologías de alto impacto y aquellos tengan por destino la aplicación en la economía popular y social o en la mejora de la calidad de vida en los barrios populares. En esto cobra real importancia la cuestión de los proyectos liderados por mujeres.