Periferia

2 de Noviembre de 2020

Argentina y Bolivia buscan avanzar en un proyecto para industrializar el litio

Es parte de la agenda que trazó el canciller Felipe Solá con el ex vicepresidente boliviano Alvaro García Linera. Acuerdos comerciales y de infraestructura, el panorama con la nueva gestión de Luis Arce.

El triunfo político del Movimiento al Socialismo (MAS) en Bolivia, relanzó la agenda de acuerdos comerciales y de infraestructura con Argentina, y es por ello que la semana pasada, el canciller Felipe Solá mantuvo un encuentro con el ex vicepresidente del país, Alvaro García Linera.  

Durante el encuentro hablaron de relanzar proyectos de infraestructura en común, entre los que se encuentra la industrialización del litio, teniendo en cuenta que el norte de la Argentina y Bolivia, junto con Chile, resultan ser una potencia mundial en producción de este mineral necesario para la fabricación de baterías. 

Durante el encuentro se apuntó a que los estados exijan a las empresas mineras que el litio no sea extraído de manera directa sino que pase por un proceso de manufacturación en cada país a fin de generar puestos de trabajo y ofrecer un producto terminado.  

La Argentina tiene la experiencia de la empresa italiana SERI, en Jujuy, que produce baterías de litio, asociada con la provincia gobernada por Gerardo Morales.  

En tal sentido, la semana pasada la Universidad Nacional de La Plata avanzó en un convenio con Jujuy para producir baterías de litio y convertir a energía con propulsión eléctrica la plaza de micro-omnibus de la provincia.  

Sin embargo, la mayoría de las compañías de China, Corea del Sur, Japón, Canadá, Australia y Estados Unidos que explotan yacimientos de litio en el norte argentino no producen las baterías sino que se llevan directamente el mineral para la producción local en sus respectivos países.  

Programa de protección estatal 

En cambio, cuando Evo Morales gobernó en Bolivia y así lo prevé Arce también, contempla un programa de protección estatal muy riguroso del litio con producción local.  

Esto es parte de lo que García Linera le transmitió a Solá y que se comprometieron a desarrollar en forma conjunta en un futuro inmediato. No hay detalles aún de cómo se desarrollaría este trabajo conjunto pero la intención política está abierta por completo. 

Según se pudo saber, este tema de la colaboración conjunta entre Bolivia y la Argentina en proyectos de infraestructura y de minería también se abordó en la cena que mantuvo Alberto Fernández con Evo Morales en la residencia de Olivos el día después que ganó Arce las elecciones. 

Cabe mencionar que en un informe del Banco HSBC para el 2020, consignaron que en los próximos cinco años el valor del carbonato de litio aumentará hasta los u$s 12.000 por tonelada, y que el precio del litio aumentará para este año un 150%. 

“La demanda del litio debería seguir teniendo un robusto crecimiento de 2,5 veces a 420.000 toneladas a 2025, impulsado por los vehículos eléctricos y aplicaciones de almacenamiento de energía. Teniendo en cuenta el aumento de los precios de litio, una plétora de proyectos están comenzando a ser explorados/anunciados. Sin embargo, podría tomar entre 4 y 5 años que la mayoría de éstos entren en funcionamiento y de manera significativa se sumen al suministro global, en nuestra opinión”, explicó la entidad en un reporte de 90 páginas elaborado exclusivamente para analizar el futuro del mercado del litio. 

En este sentido, el banco detalló que, para satisfacer este fuerte aumento de la demanda, es necesario que en los próximos 10 años se pongan en marcha proyectos “de envergadura”. Se refirió a proyectos con una capacidad de 20.000-25.000 toneladas anuales, lo que ve difícil dado el bajo éxito en la exploración de este mineral, cuando Argentina tiene capacidad para 40.000 toneladas anuales. 

¿Nos encaminamos a industrializar el litio? 

El panorama geopolítico, determina que Argentina, Chile y Bolivia son mercados atractivos para los inversores extranjeros, pero para extraer el litio en estado puro y llevarlo a sus países para la industrialización. 

Es que lo que atrae es el bajo costo de producción para las empresas en comparación con China o Australia, pues según sus cifras en esta parte del planeta los costos alcanzarían los u$s 3.000-4.000 por tonelada, inferiores a los proyectos de salmuera en China (u$s 5.000 por tonelada), en Australia (u$s 6.000 por tonelada) y hard rock en China (u$s 8.000 por tonelada). 

Sin embargo, Chile movió el tablero geopolítico internacional, cuando, durante la gestión de Michelle Bachelet, determinó que el litio dejaría de ser concesible para las empresas internacionales, por considerarlo “un mineral estratégico”.  

La determinación del país trasandino se materializó en la decisión de que Codelco, la productora estatal de cobre, ingrese al negocio del litio dentro de algunos años ?está previsto que empiece a producir en 2022, lo que modificó las expectativas de los inversores privados radicados en ese país. En concreto, frente a ese escenario, los grandes jugadores de la industria empezaron a mirar la Argentina como un mercado de oportunidades.  

Claro está, que esperan poder extraer el carbonato de litio en estado puro e industrializarlo en sus países, algo que, de avanzar el acuerdo con Bolivia, podría mover el tablero nuevamente. Habrá que esperar que decisión concreta toma el gobierno de Alberto Fernández.  

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