El físico e investigador, Andrés Kreiner, quien se encuentra al frente de la Asociación de Profesionales de la Comisión Nacional de Energía Atómica (APCNEAN), salió al cruce de las declaraciones del director de Nucleoeléctrica S.A., Lucas Castiglioni, por afirmar que “Argentina ya ha decidido la tecnología del futuro, uranio enriquecido y agua liviana”, para el desarrollo de las futuras centrales nucleares.
Las declaraciones de Castiglioni, formuladas en una entrevista con el Observatorio de la Energía, Tecnología e Infraestructura para el Desarrollo (OETEC), tuvieron mala recepción entre quienes, dentro del sector nuclear, defienden la continuidad del acuerdo con China con base en el desarrollo de una central nuclear de tipo CANDU.
“Realmente sorprende la temeridad con la que el Sr. Castiglioni da el porcentaje de participación nacional en el Proyecto de Extensión de Vida (PEV) de la central nuclear de Embalse”, asegura Kreiner, al referirse al 19.84% mencionado por el director de Nucleoeléctrica. “Esa afirmación trata de bajar el precio de la participación nacional en una actividad madura y exitosa que pasó por grandes obras como ser Atucha I (40% de participación nacional), Embalse (67%) y Atucha II, 2da etapa (93%)”, dijo Kreiner.
El físico e investigador le apuntó a Castiglioni por considerar que intentó “minimizar la proeza que significó darle a nuestra central CANDU 30 años más de vida útil con un gran trabajo coordinado entre el Estado y el sector privado”.
“Como dato adicional digamos que el proyecto de terminación de Atucha II, otra de las epopeyas del sector nuclear, insumió 3.380 millones de U$S equivalentes desde su inicio en el año 2006 hasta su PEM (puesta en marcha) y entrega en diciembre del 2014”, dijo Kreiner, y agregó que “estos dólares no se insumieron como tales, solo el 7 % de esta suma (253 MMU$S) se pagó en dólares por compra de bienes y servicios en el exterior”.
Kreiner aseguró que “el 92,5% de la inversión, 35.380 millones de pesos actualizados a diciembre 2014 se volcaron íntegramente a la economía nacional” y afirmó que “la participación de la Industria Metalúrgica Nacional en el PEV de Embalse alcanzó casi el 100% de los suministros electromecánicos”.
El investigador se refirió a los 4 generadores de vapor y los tubos para los mismos, 395 tubos de presión y de calandria, 760 alimentadores para tubos de presión, Intercambiadores de calor para el sistema principal del moderador, End fitting cannel-closure shield plugs, Soportes de los alimentadores de canales combustibles, Válvulas y bombas. Piping y accesorios, Tubos de acero inoxidable y tubos para generadores de vapor, Precalentadores, Servicios de ingeniería y montajes electromecánicos.
Kreiner citó un informe de ADIMRA sobre la puesta en valor de la central Embalse, en la que afirma que “La conclusión más importante del Programa de Extensión de Vida de la Central Nuclear Embalse es que la fabricación local e instalación de equipos y componentes confirma que Argentina se encuentra en condiciones de construir una central nuclear de potencia de tecnología CANDU, fabricar casi la totalidad de los componentes nucleares y convencionales, con la excepción de la turbina, bombas del primario, y parte del piping”.
Kreiner apuntó que “la participación nacional en una futura CANDU sería del 70%” y señaló que “en unas jornadas realizadas por APCNEAN (Asociación de Profesionales de la CNEA y la Actividad Nuclear) en junio de 2019 algunos de los máximos especialistas de Embalse afirmaron que el 95% de los componentes del reactor fueron fabricados en la Argentina y que el 97% de participación de la mano de obra fue nacional”.
“Es evidente que el Sr. Castiglioni ha usado un método equivocado para evaluar lo que se considera un producto hecho en Argentina. Está claro que la producción de bienes industriales requiere de insumos importados. Casi ningún país produce todo lo que necesita. Y en la industria nuclear argentina hay insumos, como aceros, materiales especiales o componentes electrónicos entre otros, que no se fabrican en el país”, sostuvo el investigador y apuntó que “lo importante es saber si el valor final del producto (con el valor agregado por el diseño, la integración y la producción local) excede significativamente el valor de la componente importada. Esto está ratificado por el hecho de que la industria nacional exporta estos productos de manera competitiva”.
Kreiner afirmó que “nuestro país necesita desarrollarse tecnológicamente e industrializarse, generar empleos de calidad dándole trabajo a las empresas argentinas. Este es nuestro único camino posible como país para lograr una sociedad más justa y equitativa”.