En lo que fue la segunda Asamblea de la Universidad Nacional de los Comechingones, la magister Agustina Rodríguez Saá fue electa rectora para el período 2022-2026.
Será su segundo mandato, luego de haber sido elegida en 2018 como la primera rectora de la historia de esta institución académica, que tiene sede en Villa de Merlo, en el norte de la provincia de San Luis.
La votación de las y los consejeros docentes, estudiantiles y nodocentes fue unánime, a excepción de la lógica abstención de Agustina Rodríguez Saá. Una vez electa, y en uso de sus atribuciones, nominó y consiguió apoyo también unánime para la elección de su nueva vicerrectora, la licenciada Mariela Gabriel. Hasta ahora, ese cargo lo había ocupado el licenciado Marcelo Amitrano.
Antes de estas decisiones, la Rectora desarrolló frente a las consejeras y consejeros –y frente a la comunidad universitaria que asistió a la Asamblea– un informe de gestión en el que rindió cuentas sobre los logros alcanzados en el período 2018-2022, un período signado por la pandemia de coronavirus.
“Podemos hablar de crecimiento en todos los ámbitos de la universidad, tanto docente como nodocente, en nuestras carreras, en investigación y formación. Nos propusimos una mirada compleja, siempre con la vista en nuestro territorio, nuestras raíces y nuestro entorno”, sintetizó Agustina Rodríguez Saá.
Edificio académico
Entre los puntos más destacados de su gestión resaltó la construcción del primer edificio académico de 2.177 metros cuadrados, que registra más de un 90 por ciento de avance; la acreditación de las dos primeras ingenierías que dicta la universidad; la validación nacional de todos sus títulos de pregrado y grado y los planes de becas y asistencia que apuntan a la igualdad de oportunidades para la educación superior.
La rectora también brindó precisiones sobre el plan para la construcción del campus, que ya tiene fondos nacionales aprobados para el desarrollo de obras complementarias –caminos internos e iluminación– y que está cerca de recibir los fondos para levantar el segundo edificio académico, de más de 2.200 metros cuadrados.
Este campus de tres hectáreas –tierras cedidas por el Gobierno de San Luis, al que la Rectora agradeció en dos tramos de su discurso– se agregan a 7 hectáreas donadas por la familia Sarmiento, que aún no pueden ser usadas porque están en trámites de subdivisión.