La sociedad argentina se debe un debate profundo respecto de cómo alcanzar la meta de producir riqueza a través del conocimiento. Nuestro país ha logrado producirlo y formar recursos humanos al más alto nivel. Sin embargo aún no se ha afianzado un camino para la transformación de este conocimiento en riqueza para la sociedad. Uno de los actores centrales en este proceso son las empresas de base tecnológica (EEBT). En ellas se consuma la metamorfosis del conocimiento y su transformación en riqueza.
Un nexo, tres componentes
Estas empresas tienen la particularidad de unir los desafíos que plantea el sistema socio-productivo con soluciones innovadoras. Son el nexo entre la academia y la sociedad y funcionan en ambas direcciones llevando y trayendo problemas y soluciones en uno y otro sentido. En general estas empresas surgen en el ámbito académico que es donde pueden elaborarse las soluciones innovadoras.
El ecosistema innovador requiere de un sistema socio-productivo dinámico, de un sistema científico capaz de generar recursos humanos y conocimiento y de un mecanismo eficiente de transferencia de problemas y soluciones. La capacidad de generar riqueza depende del desarrollo equilibrado de estos tres componentes. Más allá de concepciones ideológicas, en la práctica, es evidente el rol del Estado en la formación de recursos humanos y en la generación de conocimiento básico. Por otro lado, teniendo en cuenta el alto riesgo y el hecho de que se trata de una industria estratégica, el Estado cumple un rol fundamental en la financiación de las EEBT sobre todo en los comienzos.
El rol del Estado, y la importancia del CONICET
Los instrumentos que se han puesto en práctica van desde ANR (aportes no retornables), AR (aportes retornables) con tasas subsidiadas hasta el aporte de RRHH altamente calificados. En la última década han proliferado varias EEBT fundadas por agentes del principal organismo de ciencia y tecnología que es el CONICET. Esto representa un avance sin precedentes en nuestro país porque aporta la pieza fundamental para el éxito de las EEBT: los recursos humanos. Las/os investigadoras/es son quienes generan en primera persona las soluciones a nivel de laboratorio y quienes aseguran el proceso de incorporación de ese conocimiento en el sistema productivo mediante la creación de EEBT. Estos recursos son los que permiten cerrar el círculo virtuoso por el que el sistema de ciencia y tecnología se retroalimenta con la sociedad mediante el agregado de valor, soberanía, la creación de empleo calificado y la creación de riqueza.
Metamorfosis
Este proceso de generación de riqueza consume conocimiento en forma intensiva en toda su extensión comenzando por el laboratorio y llegando hasta el proceso productivo mismo en el que se implementa. El descubrimiento inicial por más trascendente que sea, requiere un proceso de elaboración muy complejo hasta que se transforma en un bien o servicio consumible por la sociedad. En todo ese proceso se emplea conocimiento existente, se genera nuevo, se va hacia adelante y hacia atrás hasta que se puede elaborar un prototipo que pueda funcionar fuera del laboratorio. Luego se presentan los desafíos del escalado que nuevamente demandan generación de conocimiento y finalmente se debe optimizar todo el proceso siendo necesario en muchos casos volver al laboratorio.
Para poner un orden de magnitud, en los países con cierto grado de organización y previsibilidad esto lleva no menos de 10 años [1]. Aún cuando se tenga éxito desde el punto de vista técnico, en este período de tiempo puede aparecer una tecnología nueva que aborta toda el proceso, pueden cambiar las condiciones macro que generaron la necesidad original; el riesgo es muy alto y por ello la tasa de fracaso también. Esto explica en parte que en nuestro país recién pueda comenzar a verse una pequeña llama en palabras de la Dra. Martiarena[2].
Abrirse a las Empresas de Base Tecnológica
Las políticas para estos desafíos son las que pueden avivar esta llama. Para ello es necesario que nuestro sistema de CyT se abra a la incorporación plena de las EEBT como un nuevo componente que amplía las fronteras incorporando una nueva vía de interacción con la sociedad. Se plantean desafíos y cambios de paradigmas porque hasta ahora el trabajo de las/os investigadoras/es se concibe como la labor de generación de conocimiento restringida al ámbito académico. Esta idea anacrónica del sistema de CyT enfrenta lo básico con lo aplicado, la labor en el laboratorio con la desarrollada en EEBT cuando en realidad lo que está pasando es que el sistema está tratando de abrirse para poder aportar una respuesta nada más ni nada menos que a la generación de riqueza para nuestra sociedad. En el CONICET por ejemplo, en la actualidad una o un investigador/a sólo puede participar un tiempo limitado (muy corto en relación a los tiempos característicos de este proceso) en una EBT, pasado el cual debe decidir entre irse del CONICET o de la EBT. No se reconoce como una incumbencia más el trabajo en las EEBT aún cuando el ingrediente principal del trabajo de las/os investigadoras/es es la creación e implementación de conocimiento, no el ámbito de aplicación. Nuestra sociedad no puede seguir perdiendo tiempo y oportunidades, postergando el crecimiento y la generación de riqueza. Es necesario desarrollar políticas de mediano y largo plazo que revisen y actualicen las condiciones para la generación de riqueza en base al conocimiento.
[1] https://www.startups.com/library/expert-advice/how-long-will-it-take-for-my-startup-to-be-successful
[2]
https://www.perfil.com/noticias/opinion/avivar-la-llama-del-conocimiento-y-desarrollo.phtml
