Trece ciudades del Hemisferio Sur, incluida la de Buenos Aires, firmaron hoy, en la Cumbre de Cambio Climático del C40, un “compromiso” ambiental vinculado a mejorar el sistema de tratamiento de la basura al 2030 a partir de un eficiente servicio de la recolección de los residuos, la reducción en un 30% de la generación de los desechos orgánicos y la disminución también en un 30% de las emisiones del gas metano.
El acuerdo busca “reducir drásticamente las emisiones de residuos y encaminar a las ciudades hacia un futuro más limpio, saludable, resiliente e inclusivo” ya que “cada kilo de desechos alimentarios que se deposita en los rellenos no sólo contamina el suelo y las aguas subterráneas, sino que tiene el mismo impacto climático que quemar un litro de gasolina”.
Además, en las ciudades del Hemisferio Sur, como es el caso del distrito porteño, la basura urbana representa entre un 20% y un 30% del total de las emisiones de gases del efecto invernadero, principalmente del metano, causal del calentamiento global en un grado muy superior al dióxido de carbono.
Acuerdo en Buenos Aires
El compromiso fue firmado por los alcaldes de las ciudades de Accra, Amman, Bengaluru, Buenos Aires, Curitiba, Dar es Salaam, Durban, Ekurhuleni, Freetown, Nairobi, Quito, Río de Janeiro y Tshwane, que participaron del foro internacional que se desarrolla en el Centro de Convenciones del barrio porteño de Recoleta.
Puntualmente, las ciudades deberán trabajar para alcanzar al 2030 los objetivos de “una prestación de servicios de recogida de residuos en toda la ciudad a tiempo, el tratamiento de al menos el 30% de los residuos orgánicos y la reducción de las emisiones de residuos en al menos un 30%.
Para lograr las metas, tendrán que promover políticas públicas como “el desarrollo de basureros y contenedores sanitarios (con captura de gases de vertedero), la mejora de las condiciones de trabajo del sector informal, la introducción de un sistema integral de reciclaje y una estructura de segregación de residuos, la eliminación progresiva de los residuos orgánicos, la restricción de los artículos de un solo uso y la eliminación progresiva de los materiales no reciclables”.
“Al reducir el desecho de alimentos y mejorar las operaciones e infraestructuras de residuos, las ciudades pueden trabajar para evitar los peores impactos del cambio climático para esta generación y ofrecer beneficios locales a nuestras comunidades”, señalaron los organizadores de la cumbre en un comunicado difundido tras el anuncio del acuerdo.