La Amazonía brasileña registró 4.977 incendios en julio pasado, una caída del 26,8 % frente al mismo período de 2020 (6.803) tras dos meses de aumento, informó este lunes el Gobierno que admitió que no ha conseguido cumplir su objetivo de reducir la deforestación en el último año.
Según los datos divulgados por el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE), los fuegos en la mayor selva tropical del mundo dieron una tregua en julio, al caer a su menor nivel para ese mes desde 2018 (4.788).
La buena noticia se produce tras dos meses alza: el INPE contabilizó 2.308 incendios en la Amazonía en junio, con un aumento del 2,6 % frente al mismo mes de 2020 y el mayor número para ese período desde 2007.
En mayo se registraron 1.166 fuegos, un 40,6 % más que en el mismo mes de 2020 y el mayor número para ese período desde 2007.
Como la temporada de incendios comienza en junio, cuando la sequía favorece la expansión de los focos, los ambientalistas temían que Brasil registrase un récord de fuegos en 2021, ya que el año anterior, con 103.161, se anotó la peor cifra desde 2017 (107.439).
Pero la desaceleración en julio terminó reduciendo el número de incendios acumulado en el año.
De acuerdo con el INPE, la Amazonía sufrió 11.862 fuegos entre enero y julio de este año, con una reducción del 25 % frente a los siete primeros meses de 2020 (15.981) y el menor número para ese período desde 2015 (9.166).
El vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourao, admitió este lunes a la prensa que el Gobierno no cumplirá la meta que se había impuesto para reducir la deforestación en un 10 % y consideró que se situará entre el 4 % y el 5 %, “algo muy pequeño, irrisorio, pero ya es un avance”.
Conforme a daros del INPE, la Amazonía perdió 10.861 kilómetros cuadrados de cobertura vegetal entre el 1 de agosto de 2019 y el 31 de julio de 2020, una extensión un 7,13 % superior a la del año inmediatamente anterior y la mayor desde 2008.
Y la tendencia es que la tala crezca en 2021: según los cálculos preliminares del INPE, en el primer semestre de este año, la deforestación afectó 3.609 kilómetros cuadrados de la Amazonía, un 17,1 % más que entre enero y junio de 2020 y la mayor devastación para ese período en los últimos seis años.
Para las organizaciones ecologistas, al actual ritmo la deforestación en la Amazonía crecerá en 2021, por tercer año consecutivo, y alcanzará más de 10.900 kilómetros cuadrados.
Las ONG atribuyen estas alarmantes cifras a las omisiones del presidente brasileño, el líder ultraderechista Jair Bolsonaro, defensor de la explotación de los recursos naturales en la Amazonía, incluso en reservas indígenas, y que flexibilizó la fiscalización de actividades que amenazan el medioambiente, como minería y comercio de madera, en su mayoría practicado de forma ilegal en esa región. EFE
