En 2008 Ecuador inició un proceso de reforma de su sistema educativo incorporando la idea de “Derecho” a la Educación, lo que en pocos años se tradujo en incremento de las matrículas, ingreso de sectores populares a la vida académica y aumento de las becas de investigación e investigadores.
Ese proceso auguraba que, de continuarse, iría en la dirección de incrementar los niveles de inversión en investigación y desarrollo y alcanzar la etapa de transferencia de conocimiento científico a los sectores productivos locales.
Sin embargo el giro en las políticas hacia el área, por parte de la actual gestión de gobierno, a cargo de Lenin Moreno, cristalizó ese impulso y volvió a estancar sus posibilidades de involucrar al gobierno, la producción y la ciencia en una fase de innovación.
“En Ecuador está volviendo a discutirse el arancelamiento de las universidades”, explicaba el ex ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación productiva de Ecuador, René Ramírez Gallegos, a Periferia, en enero, en una entrevista con Radio Caput.
Ecuador mas lejos de la innovación
En la actualidad las señales del gobierno de Lenin Moreno son poco alentadoras en ese sentido. Y así lo señalaron los expertos que participaron, en Quito, en el Simposio de Parques Científicos.
Los especialistas nacionales e internacionales debatieron sobre la necesidad de que Ecuador avance en materia de innovación tecnológica. “El país se encuentra a 20 años de distancia de los países de su entorno”, afirmaron.
El simposio se desarrolló entre el lunes 27 y martes 28 de mayo, en la Escuela Politécnica Nacional (EPN), en donde también se ha destacado que “el país tiene que desarrollarse en la construcción de sinergias y estrategias mancomunadas entre los distintos actores”.
Ecuador, cuya Constitución de 2008 introdujo la necesidad de crear un sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación que fomente la investigación y el desarrollo tecnológico en articulación con el sector productivo, todavía no ha dado el “salto”, según los expertos, hacia la tercera fase del desarrollo científico-tecnológico.
Esta es lograr que la investigación que se genera en las universidades se convierta en transferencia de conocimiento, por lo que dé respuesta a problemas sociales con una mirada hacia la comunidad que demanda esos conocimientos.
Un triángulo conocido
Según la coordinadora del Grupo de Investigación Multidisciplinar en Sistemas de Información, Gestión de la Tecnología e Innovación, Valentina Ramos, “Ecuador ha llegado tarde a la definición de estrategias mancomunadas para el crecimiento regional” en lo que a ciencia se refiere.
Es algo en lo que convinieron representantes de los tres actores del desarrollo científico: academia, Estado y sector productivo.
Como indicó el director del Centro de Apoyo al Desenvolvimiento Científico y Tecnológico de la Pontificia Universidad Católica de Río Grande do Sul (Brasil), Eduardo Giugliani, es necesario articular “una estrategia de innovación en conjunto”, ya que es lo que buscan las propias empresas.
Esto es así porque tachó al país de ser “muy débil” en cuanto a cuestiones políticas, económicas y sociales, por lo que problemas graves que ya son una realidad -como la migración o el cambio climático- no encontrarán una respuesta de Ecuador para hacerles frente.
Los expertos también comentaron que Ecuador tiene un problema en cuanto a la inversión: solo se dedica a investigación y desarrollo el 0,4 % del PIB.
Igualmente, existe un problema en cuanto al porcentaje de esa inversión que recae sobre el Estado: el 63%, por el 33% que viene de las Universidades, lo que tampoco se refleja entre los países de la OCDE -de media, los Estados financian el 35 % de esas inversiones-.
