Una reciente fuga de petróleo causó el derrame de 6.300 barriles en la Amazonia ecuatoriana, afectando una reserva natural y un río, según los datos aportados hoy por la empresa que opera el oleoducto averiado.
La compañía privada Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) señaló en un comunicado que ya se “ha recolectado y reinyectado al sistema 5.300 barriles de crudo” y precisó que esa cantidad representa el 84,13% del derrame, informó la agencia AFP.
Emergencia ambiental
La emergencia se desató el viernes pasado, cuando una caída de rocas perforó el oleoducto en Piedra Fina, una cadena montañosa ubicada unos 80 km al este de Quito y en los límites entre las provincias amazónicas de Napo y Sucumbíos.
Tras la rotura, la empresa activó un dispositivo de emergencia para mitigar el daño mediante la apertura de huecos o piscinas donde, según OCP, se depositó gran parte del crudo derramado.
“La acción oportuna del equipo consiguió recolectar el 84,13% del crudo”, manifestó el presidente de OCP Ecuador, Jorge Vugdelija, en el mismo comunicado.
Ríos en peligro
Empero, el crudo cayó al río Quijos y avanzó hasta el Coca, que abastece a comunidades indígenas.
Ya nadie se puede “bañar normalmente en el río, ni tomar agua de aquí, ya no hay peces, ya no hay nada”, dijo a la AFP Bolivia Buenaño, una comerciante de 40 años contratada para recolectar el crudo en Puerto Maderos, a orillas del Coca y unos 120 km más al este de Piedra Fina.
El lunes, el Ministerio de Ambiente indicó que el derrame ocurrió dentro del Parque Nacional Cayambe-Coca, que alberga gran variedad de fauna y una reserva de agua.
Una reserva en riesgo
El crudo contaminó dos de las 403.000 hectáreas del parque ubicado en el noreste de Ecuador y que se extiende por las provincias andinas de Pichincha (cuya capital es Quito) e Imbabura, además de Sucumbíos y Napo.
La Fundación Alejandro Labaka, que defiende los derechos de los pueblos originarios, estima que unos 27.000 indígenas de la comunidades kichwas pueden sufrir algún tipo de afectación con los derrames petroleros, que cada tanto afectan a la Amazonia.
“Sentimos bastante indignación porque esto lo vivimos cada dos o tres años”, manifestó a la AFP Romel Buenaño, un agricultor de 35 años que vive en Puerto Maderos.
Conflicto con poblaciones indígenas
La Confederación de Nacionalidades Indígenas exigió a la empresa que abastezca de agua y víveres a las poblaciones perjudicadas. “Es evidente que el agua del río no se puede usar ni consumir”, aseguró la organización en redes sociales.
La petrolera aseguró que ha llevado agua y alimentos a las comunidades amazónicas como Toyuca, Sardinas y Guayusa.
“El petróleo sale de aquí y nosotros como comunas no hemos tenido un beneficio. Con lo que siempre nos han apoyado es con botellón de agua, unos tanques de agua”, sostuvo Rosa Capinoa, líder de la organización de comunas indígenas Fecunae que acompañó a AFP en un recorrido por zonas afectadas.
La respuesta de la empresa
El presidente de OCP reconoció el impacto de la fuga: “Somos conscientes de los efectos del evento de fuerza mayor y actuamos responsablemente en su manejo, por lo que no escatimaremos recursos para cumplir con la limpieza, remediación y compensación”.
El OCP transporta 160.000 barriles por día (bd) por su tubería, con capacidad para 450.000 bd. Junto al estatal Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE) sirve para llevar el petróleo desde los campos en la selva amazónica hasta puertos en el Pacífico del noroeste del país.
En mayo de 2020 en la zona de Piedra Fina se produjo un hundimiento que destruyó tramos del SOTE, el OCP y un ducto para combustibles también estatal.
Entonces, se vertieron unos 15.000 barriles y las autoridades no precisaron cuántos fueron recuperados.
El crudo alcanzó a tres ríos amazónicos, hasta el caudaloso Napo, afluente del Amazonas, y afectó a poblaciones ribereñas, concluyó AFP.