El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, recibió un cachetazo parlamentario y constitucional, ayer, 12 de junio, cuando el Congreso de ese país, rechazó un intento de “designación provisoria de rectores de universidades e institutos federales”, según fue publicado en el Diario Oficial de la Unión (Boletín Oficial).
Fue el miércoles, por decisión del presidente Jair Bolsonaro, que fue publicada una disposición para designar de manera provisoria al rector y vice rector de las universidades federales, de los rectores de los institutos federales y del Colegio Pedro II “en una de las atribuciones que le otorga el artículo 62 de la Constitución”.
El Ejecutivo planteó como fundamento de la decisión que la situación de pandemia que mantiene al país en vilo, y que ya se cobró 40 mil muertes a lo largo del territorio, impide que se lleve a cabo la elección de autoridades universitarias cuyo mandato vence este año, por lo que el Ejecutivo se arrogaría la potestad de hacerlo “provisoriamente”.
Frente a ello, determinaba que el ministro de Educación, Abraham Weintraub, tendría la potestad de nombrar a los nuevos rectores, lo que fue rechazado por todos los consejos universitarios, profesores, alumnos y la enorme mayoría de los partidos políticos.
Es más, el jueves el titular de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia (DEM), salió al cruce y consideró “inconstitucional” y de “intento de interferir en la autonomía universitaria” a la decisión del presidente de cambiar durante la pandemia a las autoridades de las universidades federales.
El procedimiento legal establece que el texto en vigencia debe ser aprobado por el Congreso dentro de los 120 días para no perder su validez, pero, en menos de 72 horas el parlamento de ese país rechazó el intento del Ejecutivo de avanzar sobre las universidades.
Intento de avance sobre la autonomía universitaria
La iniciativa, que había generado amplio rechazo en la comunidad educativa en general, suspendía las elecciones de rectores de universidades por el coronavirus y arrogaba al ministro de Educación la potestad de elegirlos.
El presidente del Congreso brasileño anuló, entonces, la polémica medida dictada por el gobierno de Jair Bolsonaro, que suspendía las elecciones de rectores de universidades por el coronavirus y arrogaba al ministro de Educación la potestad de elegir a las autoridades universitarias.
La iniciativa de esta semana, que había generado amplio rechazo en la comunidad educativa en general, había sido plasmada en una “medida provisional”, una suerte de decreto que requiere de la aprobación del Parlamento.
Pero el presidente del Congreso, Davi Alcolumbre (un ex aliado de Bolsonaro), rechazó tramitarla bajo el argumento de que “violaba la Constitución Federal”, que garantiza a las universidades públicas una libertad plena para la elección de sus autoridades, informó la agencia de noticias EFE.
“Un área controlada por el comunismo”
Con la decisión del presidente del Congreso, la medida queda de hecho anulada, lo cual pudiera suponer una vuelta de tuerca en el ya largo conflicto del gobierno del líder de la ultraderecha brasileña con las cámaras legislativas.
En los últimos meses, ese pulso llegó a las calles en forma de manifestaciones convocadas por seguidores de Bolsonaro, a las que llegó a asistir el mandatario y en las que se exigió “cerrar” el Parlamento y la Corte Suprema y promover una “intervención militar” contra esos dos poderes.
La anulación de la medida también es otro golpe a Weintraub, responsable desde ese cargo de una especie de “cruzada ideológica” que Bolsonaro libra en esa área, la cual afirma que está “controlada por el comunismo”. Weintraub representa a los sectores más ultraconservadores del gobierno y ya enfrenta otros problemas, pero ante la Justicia.
De hecho, el ministro, junto a otros “bolsonaristas”, está bajo investigación en la Corte Suprema por su supuesta participación en grupos dedicados a la difusión de mentiras y noticias falsas en las redes sociales, en las que mantiene una febril actividad.
También responde a acusaciones de racismo, por comentarios que hizo precisamente en las redes sociales y en los que se burló de los chinos y sus dificultades para pronunciar la letra erre, e insinuó que la pandemia de Covid-19 sería parte de unos supuestos planes de la potencia asiática para “dominar el mundo”.