Periferia

26 de Agosto de 2025

Advierten que Brasil frenó la vigilancia satelital contra la tala ilegal en la Amazonía

El gobierno de Lula paralizó el monitoreo a rtavés del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales y despertó críticas de científicos y ambientalistas.

El gobierno de Brasil decidió suspender temporalmente el sistema de monitoreo Deter, herramienta crucial para vigilar la deforestación en la Amazonía. La medida fue anunciada bajo el argumento de que el sistema necesita una revisión técnica y actualización, pero la decisión ya despertó inquietud tanto dentro como fuera del país. Ambientalistas y expertos advierten que interrumpir el monitoreo en tiempo real deja un vacío en el control de actividades ilegales en la selva más grande del mundo.

Desde su creación en 2004, el Deter, operado por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), permitió detectar rápidamente tala ilegal, minería y expansión de la frontera agrícola, lo que facilitó la acción inmediata de las autoridades. Junto al sistema Prodes, que ofrece datos anuales más detallados, el Deter fue uno de los pilares que llevaron a Brasil a ser considerado un ejemplo internacional en la lucha contra la deforestación.

Repercusiones ambientales y políticas

Organizaciones ambientales recordaron que la Amazonía atraviesa un momento crítico, con un repunte reciente de los incendios y de la tala indiscriminada. Para muchos especialistas, desactivar el Deter incluso por unos meses significa enviar una señal de debilidad en un frente que requiere vigilancia permanente. La selva amazónica es considerada clave para el equilibrio climático global, y su degradación tendría efectos irreversibles en la biodiversidad y en la regulación del carbono.

En el plano político, la medida genera un fuerte contraste con el discurso del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien busca proyectar a Brasil como líder en la agenda climática internacional. El país se prepara para organizar la COP30 en Belém en 2025, y la suspensión de un sistema tan valorado internacionalmente parece minar la credibilidad de ese liderazgo ambiental.

Un vacío en la vigilancia territorial

La ausencia del Deter deja a las autoridades con menor capacidad de reacción ante delitos ambientales que suelen ocurrir en zonas remotas de difícil acceso. Sin las alertas casi inmediatas que proveía el sistema, se teme que aumenten las actividades de tala y minería ilegal, alentadas por la falta de control en tiempo real. Este escenario pone en riesgo los avances logrados durante más de una década en la reducción de la deforestación.

Algunos analistas consideran que esta decisión podría tener un trasfondo político y económico, al abrir espacio para sectores interesados en la explotación intensiva de recursos naturales. La falta de transparencia en el proceso de suspensión alimenta sospechas de que la medida pueda favorecer a grupos vinculados al agronegocio y la minería, dos de los principales motores de presión sobre la selva.

El futuro del Deter

Desde el gobierno, se insiste en que la pausa será breve y que se aprovechará para introducir mejoras tecnológicas que hagan al sistema más preciso y eficiente. Sin embargo, la falta de un cronograma claro y la ausencia de alternativas inmediatas refuerzan la incertidumbre. Científicos y ambientalistas piden que el monitoreo se mantenga operativo mientras se implementan las actualizaciones, a fin de no perder información crítica.

El debate también se ha trasladado al escenario internacional. Diversos organismos y gobiernos que financian proyectos ambientales en Brasil han expresado su preocupación y han exigido explicaciones. Para muchos, el Deter no solo es una herramienta nacional, sino un instrumento estratégico para toda la comunidad global en la lucha contra el cambio climático.

Dados do sistema DETER, do Instituto Nacional de Pesquisas Espaciais (INPE), foram apresentados ontem (7/8), em Brasília, durante evento realizado pelos ministérios do Meio Ambiente e Mudança do Clima (MMA) e da Ciência, Tecnologia e Inovação (MCTI) https://t.co/C1rLO23BU7 pic.twitter.com/9QoIomebx8

Contra el ambiente

La suspensión del sistema Deter constituye un retroceso preocupante en la política ambiental brasileña. Aunque la modernización tecnológica pueda ser necesaria, hacerlo a costa de interrumpir el monitoreo genera vulnerabilidades difíciles de justificar. En un contexto de creciente presión sobre la Amazonía, detener la vigilancia equivale a dejar la puerta abierta a los delitos ambientales.

De cara a la COP30, Brasil enfrenta el desafío de demostrar que su liderazgo climático no es solo retórico. El desenlace de esta decisión será clave para medir la coherencia entre el discurso internacional del gobierno de Lula y las acciones concretas en defensa del mayor pulmón verde del planeta.

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