Un equipo de profesionales del Instituto Nacional de Prevención Sísmica y del CONICET estudian evalúan desde hoy si la explotación del yacimiento de gas está induciendo temblores de la tierra.
Científicos del INPRES y del CONICET comenzarán a realizar un estudio de sismicidad en la zona del yacimiento de gas no convencional “Vaca Muerta”.
Sismos con mayor frecuencia
La investigación se producirá en el marco de un convenio que firmaron con el Gobierno de Neuquén y empresas petroleras congregadas en el Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IPAG), debido a una serie de sismos -mayores a los 3 grados- que comenzaron a percibirse con mayor frecuencia desde fines del año pasado en Añelo y Sauzal Bonito, dos localidades cercanas al yacimiento.
El 16 de noviembre pasado, un sismo de 3,4 grados afectó a 8 viviendas de Sauzal Bonito. El método de explotación en el yacimiento es el conocido como “fracking” (se inyecta a presión algún material en el suelo, de modo que las fracturas que ya existen en las rocas del interior de la tierra aumenten y liberen el gas o el petróleo).
El director del Inpres, Alejandro Giuliano, afirmó que “si bien hay antecedentes en el mundo que el fracking induce al sismo, no siempre es así. El caso más importante fue el de Oklahoma -en EEUU-, que fue de 5,8. Produjo daños importantes en una zona de muy poca actividad sísmica”.
El monitoreo de la zona se realizará con 22 estaciones y 3 acelerógrafos de última generación, equipo valuado en 700.000 dólares. Estos instrumentos enviarán la información en tiempo real, vía satelital, al Inpres, donde se procesará la información.
El equipo de trabajo lo componen Marcelo Moreno, Luis Andujar, Miguel Gaitan y Luis Castro. Por parte del Conicet se encuentran Mauro Saez y Gustavo Ortiz.
Todos ellos instalarán la primera estación (eventualmente 2) en este primer viaje y así comenzará el monitoreo para que en un plazo de 3 meses brinden el primer informe y aproximadamente en un año elaboren las primeras conclusiones preliminares.
Vaca Muerta no se detiene
Giuliano añadió que más allá que se dirima si los sismos son inducidos o no por la explotación del yacimiento es necesario aplicar un programa de concientización para que la población se acostumbre a percibir sismos e incluso realizar construcciones sismorresistentes.
“La gente cree que no es zona sísmica y en realidad está en la zona 1 del territorio nacional. San Juan está en la zona 4, la más activa”, comparó. Concluido el trabajo, el Inpres utilizará las estaciones para continuar monitoreando la Patagonia.