Periferia

20 de Abril de 2020

Usan plasma de pacientes recuperados de coronavirus en enfermos críticos

El proyecto es realizado por un equipo interdisciplinario de científicos de CONICET "ad honorem". La estrategia terapéutica ya fue utilizada para otras pandemias en el mundo.

Investigadores del CONICET forman parte de un proyecto que estudia la utilización de plasma de pacientes recuperados de la infección por el coronavirus para un tratamiento terapéutico sobre infectados.  

La iniciativa busca utilizarlos en casos severos de COVID-19, que no respondan a las terapias aprobadas por el Ministerio de Salud de la República Argentina. Trabajan actualmente ad honorem, bajo la coordinación de la investigadora Laura Bover. 

Según el sitio web oficial del CONICET, esta estrategia terapéutica ya fue usada en la Argentina y en el mundo frente a otras pandemias. Además, ya está siendo utilizada en países como China, Estados Unidos e Italia para tratar casos de COVID-19.  

Del grupo participan expertos en diversas áreas de la ciencia y la medicina como bioquímicos, hemoterapeutas, infectólogos, virólogos, epidemiólogos e inmunólogos.  

Desde el 13 de abril quedó abierta la posibilidad de descarga a través de la página web del grupo, tanto el protocolo de donación de plasma de convaleciente como el de transfusión.  

Así, deberán firmar los pacientes que recibirán tratamiento. Fueron enviados el martes 14 de abril, a la Dirección de Sangre y Hemoderivados. “Para ese trabajo tomamos como punto de partida los protocolos que hizo públicos el doctor Arturo Casadevall, médico e investigador de la Johns Hopkins University”, señala Bover. 

El protocolo de donación establece que ésta se haga a través de lo que se conoce como plasmaféresis. Es una tecnología que permite extraer sangre y aislar el plasma (parte soluble de la sangre) de las células, para devolver estas últimas al donante. De esta forma, el paciente convaleciente no ve disminuida la cantidad de glóbulos blancos y glóbulos rojos presentes en su organismo. 

La voz de Gabriel Rabinovich

“Alrededor de una semana, o un poco más, después de haberse infectado con el SARS-CoV-2, el sistema inmunológico de una persona empieza a desarrollar anticuerpos. Tienen la función, entre otras, de bloquear el ingreso del virus a las células y, finalmente, eliminarlo. Pese a ya no tener más el patógeno en su organismo, esa persona puede continuar teniendo en la sangre los anticuerpos específicos para neutralizarlo. Ese plasma puede ser usado para hacer transfusiones a pacientes que se encuentran en estado crítico y que no responden a otros tratamientos”. Así lo explica Gabriel Rabinovich, investigador del CONICET. 
 

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