La matriz extracelular de tallos, hojas e incluso frutos podría ser aprovechada para suplantar desde tendones hasta tejidos blandos del cuerpo. Si bien restan años de investigación para su aplicación clínica, las pruebas de laboratorio son promisorias. Por sus propiedades y biocompatibilidad, las estructuras vegetales son óptimas para su uso como alternativa a los tejidos de origen animal. El proyecto fue uno de los ganadores del certamen UNC Innova 2024. [11.07.2024]
La demanda de órganos y tejidos para trasplantes excede ampliamente su disponibilidad. Datos del Sistema Nacional de Información de Procuración y Trasplante de Argentina, dependiente del Incucai, indican que al 10 de julio de 2024 había 9.978 personas en lista de espera de donantes, de las cuales 2.865 necesitan específicamente tejidos.
Frente a ese cuadro, un equipo del Departamento de Química Orgánica y Biológica de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNC estudia desde hace tiempo el uso de tejidos vegetales para reemplazar tejidos humanos lesionados.
UNC Innova
El proyecto obtuvo el segundo lugar en la categoría “Investigación aplicada” del certamen UNC Innova 2024, que organizó la Secretaría de Innovación y Vinculación Tecnológica de la UNC.
La idea de trasfondo es simple. Mediante una combinación de agentes químicos, se extrae el “relleno” de las hojas –es decir, todas sus células vegetales internas–, hasta quedarse sólo con el “envase”: la membrana extracelular traslúcida que funciona como soporte natural.
Es un proceso que sigue un extenso protocolo y demanda varios días de trabajo, tras los cuales la matriz queda lista para ser “sembrada” con células humanas e implantada en la zona afectada para que inicie la regeneración del tejido afectado.
Todo esto es factible porque ambos tejidos –animal/humano y vegetal– poseen una red vascular ramificada similar y sus estructuras anatómicas comparten ciertas propiedades mecánicas. En las plantas, además, lo más abundante en las paredes de la matriz es la celulosa, un componente biocompatible que promueve la cicatrización de heridas, así como la proliferación celular.
Esas características posibilitan que tallos, hojas o frutos puedan ser usados para suplantar desde componentes rígidos y resistentes, como tendones y tejido óseo, hasta otros más flexibles y maleables, como los tejidos blandos del cuerpo humano.
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Fuente: UNCiencia.
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