Un desarrollo de investigadores de la Universidad Nacional de La Plata y del CONICET consiguió avanzar en el control de tumores por radiofrecuencia, utilizando nanotecnología.
Se trata de un trabajo desarrollado con nanoclústers, “paquetes de partículas organizadas” que se alojan en el tumor y se activan externamente por radiofrecuencia disipando calor contra las células malignas.
La nanotecnología es el trabajo que se desarrolla a escala nanométrica, donde un nanómetro equivale a la millonésima parte de un milímetro.
Allí se abre un universo de posibilidades para conseguir soluciones a problemas biomédicos, tanto a los fines de mejorar las técnicas de diagnóstico por imágenes como para el diseño de nuevas terapias.
En esta última línea viene trabajando un equipo multidisciplinario de investigadores del CONICET que acaba de publicar prometedores resultados en la revista Nanoscale con relación a una posible terapia para el tratamiento de tumores cancerígenos sólidos.
Nanoclústers
Los expertos desarrollaron nanoclústers, es decir paquetes de nanopartículas organizadas que podrían ser alojados en el interior de esos tumores y, al ser activados externamente por medio de un campo de radiofrecuencia, nutrirse de su energía para luego disipar calor ?elevando la temperatura a 43 grados? y generar así la muerte de las células malignas.
Los nanoclústers fueron diseñados por parte del Grupo de Magnetismo y Materiales Magnéticos (G3M) del Instituto de Física La Plata (IFLP, CONICET-UNLP), especializado en el estudio de las propiedades y el comportamiento de distintos objetos a escala nano al ser sometidos a campos magnéticos.
“Nosotros nos dedicamos desde hace muchos años a temas relacionados al desarrollo de esta técnica que se denomina hipertermia magnética, y en este trabajo en particular utilizamos nanopartículas de magnetita, es decir óxido de hierro”, comenta la investigadora del CONICET en el IFLP Marcela Fernández van Raap, autora responsable del artículo.
Van Raap agrega: “Si bien hay otros materiales que ofrecen una mayor prestación, también son más tóxicos, y lo que buscamos son terapias localizadas y selectivas que agredan sólo al tumor y las células enfermas, pero no al tejido sano. Para ello necesitamos nanopartículas inteligentes y eficientes, que bajen el nivel de toxicidad y los daños colaterales”.
Prueba con ratones
Hasta el momento, las experimentaciones que venía realizando el equipo del G3M se hacían en modelos que simulaban las condiciones de un tumor de verdad.
“El problema de eso es que, si bien se mimetizan en parte sus características, esos modelos no son el tumor. Entonces la manera en que las nanopartículas interactúan con su entorno, los niveles de toxicidad de los procedimientos y el tipo de campo magnético a aplicar son distintos a los que deberían tomarse en cuenta en situaciones reales”, contó Van Raap, en diálogo con CONICET
Por eso el grupo de trabajo requirió comenzar los trabajos en de pruebas en ratones, se llevaron a cabo en el Instituto de Química y Fisicoquímica Biológicas (IQUIFIB, CONICET-UBA) usando como modelo un tipo de cáncer de piel, el melanoma.
Para hacerlas fue necesario diseñar un aplicador de campos de radiofrecuencia ad hoc, porque el del IFLP es imposible de trasladar por sus dimensiones. El desarrollo patentado en 2016 fue obra de un equipo de profesionales del Instituto de Investigaciones en Electrónica, Control y Procesamiento de Señales (LEICI, CONICET-UNLP).