Las provincias del Noroeste Argentino (NOA) tienen los ojos puestos en la provincia de San Juan, que el año pasado inauguró un Laboratorio equipado con tecnología de última generación para el análisis en cannabis, una industria que está en auge en las provincias de la región.
El Laboratorio, un proyecto entre la estatal CANME y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), permite certificar y validar la calidad del cannabis con fines medicinales y, en una coyuntura nacional en la que proliferan los proyectos en esta área por la Ley aprobada en el Congreso para regular su producción, la naciente industria hace foco en la validación científica de los productos.
La industria del cannabis está experimentando un crecimiento, además, a nivel global, impulsada principalmente por los cambios legislativos que contemplan las oportunidades medicinales e industriales, buscan regular la producción de derivados de la planta.
La nueva Ley 27.669 prevé la apertura definitiva del mercado interno y externo de la cadena del cannabis, como así la posibilidad de comercialización legal de los productos. Esto brinda a los ciudadanos la capacidad de tomar iniciativas sobre elecciones de tratamiento con mayor autonomía. Sin embargo, con el objetivo de preservar la salud, la decisión sobre el tipo de producto derivado como así su concentración y dosificación debe estar completamente indicada y seguida por un profesional de la medicina especializado en tratamiento con cannabis, ya que cada paciente es único.
Tecnología para validar la producción industrial
El desarrollo tecnológico acompaña estos procesos legales y permite echar luz sobre oportunidades de nuevos tratamientos a partir del cannabis. La tarea de análisis de concentración y tipos de cannabinoides y terpenos es intrínseca a la concepción del producto medicinal, ya que los resultados que arrojan los análisis deciden la terapéutica a seguir, es decir, la dosis recomendada. A partir de los informes de resultados, un profesional médico puede realizar la propuesta de dosificación correcta en cada patología.
El Laboratorio de Control de Calidad CanMe-INTA está equipado con tecnología de punta para dar respuesta a las necesidades de pacientes y organismos públicos y privados en el control y análisis exhaustivo de los productos derivados. En total, la empresa y el Gobierno de San Juan llevan invertidos US$ 550.000.
Conocimiento científico de San Juan para la región
Un equipo de profesionales especializados en tratamiento de aceites y cannabis son los encargados de trabajar con los equipos, entre los que se encuentran dos cromatógrafos, uno líquido y otro gaseoso. El primero, identificado bajo la sigla HPLC sirve para determinar la potencia de cannabinoides en una muestra, o sea, la concentración que tiene de los distintos cannabinoides (CBD, THC y sus formas acidas, CBG, CBC, CBN). Por su parte, el cromatógrafo gaseoso se emplea para determinar el perfil de terpenos que tiene una muestra, es decir, identifica y cuantifica los terpenos en ella.
Además, está disponible un extractor EDGE, que se usa para extraer los cannabinoides y terpenos en una muestra de matriz más compleja (por ejemplo, en flores), utiliza solventes y presiones para hacer una limpieza del resto de los componentes y dejar estas dos familias de compuestos (terpenos y cannabinoides) listos para poder medir en los cromatógrafos.
Tecnología de última generación
Asimismo, el Laboratorio cuenta con un equipo Rancimat, adquirido por INTA, que mide la estabilidad oxidativa en aceites. Brinda una estimación de la fecha de vencimiento; esta medida hace referencia al vehículo (aceite de oliva, sésamo, coco, etc) que contenga un aceite con cannabinoides. El paciente puede traer su aceite y se informa si esta oxidado o cuánto tiempo le queda en buen estado.
Por último, la empresa adquirió la tecnología Gemmacert que devuelve una estimación del contenido en % de THC, CBD y CBG que tiene una muestra de material, es decir, trabaja solo con la flor. Utiliza un espectrofotómetro IR y un algoritmo que se referencia en una amplia base de datos a nivel mundial.
Entre los equipos de soporte para las tareas, se cuenta con estufas de secado para determinar la humedad en distintas muestras y equipamiento general, como balanzas de precisión para los pesos exactos, rotavapor, equipo de filtración a vacío, ultrasonido para extracción de compuestos activos, entre otros.
La disponibilidad de esta tecnología está concebida desde la convicción de convertir a San Juan en un polo científico-tecnológico de la industria del cannabis, brindar oportunidades genuinas de crecimiento en el mercado farmacéutico y cosmético de agentes que quieran comprometerse con el sector y a pacientes que buscan en la planta mejorar su calidad de vida.
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