Un equipo de científicas del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) anunció que, en los primeros ensayos de laboratorio, consiguieron neutralizar el virus del SARS-CoV-2 con nanoanticuerpos VHH derivados de llama y anticuerpos IgY derivados de la yema de los huevos de la gallina.
De acuerdo con los primeros resultados de las pruebas in vitro, “estas moléculas inhiben la infección viral provocada por el SARS-CoV-2”, destacó el equipo. Los ensayos llevados a cabo tanto con pseudovirus.
El desarrollo científico pone en carrera a Argentina entre un grupo de países que se lanzaron a investigar este tipo de terapia de generación de nanoanticuerpos, junto a Suecia, Bélgica, Estados Unidos y China, aunque el avance de las pruebas recién comienza a testearse de manera clínica, en algunos casos.
De todos modos, Argentina se convierte en el único país de la región que avanza en el camino de poder convertirlo en un producto terapéutico, si los resultados de las pruebas preclínicas y de seguridad en animales permiten iniciar los ensayos clínicos, para la posterior fase de escalado y producción, y su validación en la ANMAT.
Rápidamente, los ministros de Agricultura y de Ciencia, Tecnología e Innovación, Luis Basterra y Roberto Salvarezza, junto con la presidenta del INTA, Susana Mirassou, acompañaron el anuncio conseguido en 7 meses, tras reunir distintas especialistas en biotecnología, bioquímica y veterinaria que venían trabajando sobre nanoanticuerpos y distintas especies de virus.
Es que la iniciativa es financiada por la “Unidad Coronavirus”, del Ministerio de Ciencia y Tecnología, entre otras 72 iniciativas presentadas a la convocatoria “Ideas Proyecto IP Covid”, para aportar soluciones científicas y tecnológicas, de corto plazo, contra el avance de la pandemia.
Covid, estás liquidado (en tubo de ensayo)
Los ensayos “in vitro” son el primer paso de tres instancias para conseguir generar resultados que se conviertan en un tratamiento al alcance de las personas, y si bien el anuncio es muy relevante, debe atravesar las pruebas en humanos y las pruebas en grupos masivos de personas, instancias que la gran mayoría de los desarrollos de laboratorio no consiguen atravesar.
El resultado del INTA y el CONICET es como un partido jugado “de local” contra el virus, donde la ciencia consiguió neutralizar la acción del SARS-CoV-2, pero en las condiciones propias de aislamiento y asepsia de un laboratorio, despojando factores.
Pero, cuando se prueba en personas, se suman factores que en las pruebas de laboratorio no aparecen, porque el entorno del virus es otro y las posiblidades de manipular su acción cambian. De alguna manera, la ciencia juega ahí su partido “de visitante”.
Ahora te jugamos de visitante
Por eso, la prueba de fuego de la práctica científica es manipular al virus donde se siente más cómodo, en su entorno, y bajo sus leyes de propagación, muy distintas de las del laboratorio.
Las responsables del proyecto Viviana Parreño, coordinadora científica de Incuinta del INTA, e Itatí Ibañez, investigadora del Conicet, junto con las investigadoras Marina Bok y Florencia Paván, explicaron que “ya hemos probado in vitro los anticuerpos que pueden bloquear al virus. El anticuerpo se va a unir a la proteína, en este caso al espícula viral, y va a evitar que el virus enlace al receptor celular, entonces no puede iniciar la infección”, explicó Ibañez.
Los ensayos de neutralización llevados a cabo tanto con pseudovirus como con el virus salvaje confirmaron que estas moléculas inhiben la infección viral provocada por el SARS-CoV-2, resultando tratamientos innovadores contra la enfermedad del Covid-19 y complementarios a las vacunas y otros métodos disponibles.
“Esto es una inmunidad pasiva, es como el suero hiperinmune de plasma que se está utilizando o el de equinos. Es algo parecido, pero es un anticuerpo monoclonal”, aclaró Paván, y aseguró que “se puede hacer de forma sintética, se puede producir en biorreactores en gran cantidad y bajo costo, como una proteína recombinante”.
“Esperamos empezar ya mismo con voluntarios sanos para hacer ensayos clínicos”, aseguraron las investigadoras.
