Periferia

30 de Mayo de 2019

CONICET, tras los pasos de los dinosaurios

Investigadores de CONICET y de la Universidad Nacional de La Plata determinaron las transformaciones en la cinética de dinosaurios existentes hace 200 millones de años en la Patagonia.

Investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata (FCNyM, UNLP) desarrollaron un trabajo que analizó los cambios en el andar de los dinosaurios.  

La especie en estudio es el Mussaurus patagonicus, que vivió hace 200 millones de años en la región sur de nuestro país. La reconstrucción se realizó mediante imágenes 3Dse para evidenciar la forma en que gateaban los dinosaurios patagónicos “bebés”.  

De esta manera determinaron que esta especie nació como un individuo que se desplazaba en cuatro patas y alcanzó la adultez caminando solamente sobre las dos traseras y utilizando los miembros superiores como brazos.  

La conclusión se alcanzó gracias al escaneo de esqueletos casi completos de ejemplares recién nacidos, juveniles y adultos que permitió simular la postura que habrían tenido en cada etapa, y que resulta similar a lo que experimentan los seres humanos durante el crecimiento. Los investigadores consiguieron publicar el hallazgo en la revista Scientific Reports. 

“La evidencia más contundente fue obtenida a partir del centro de masa, que es el lugar del cuerpo en que se concentra la mayor parte del peso, algo así como un punto de equilibrio”, explica Alejandro Otero. 
 

De cuadrúpedos a bípedos
“Lo que vimos es que en los bebés se encuentra a mitad del tórax, forzando su peso hacia adelante. En los jóvenes de un año de edad, el centro de masa se ubica un poco más atrás, mientras que en los adultos está prácticamente en la cadera, y esto nos permite deducir que de pequeños eran cuadrúpedos y paulatinamente se iban enderezando hasta convertirse definitivamente en bípedos”, explicó el investigador que lideró el proyecto. 

Con restos fósiles correspondientes a esas tres etapas ontogénicas, es decir relativas al desarrollo morfológico del organismo, Otero y colegas del Colegio Veterinario Real de Londres, Reino Unido (RVC, por sus siglas en inglés) reconstruyeron las formas y estructuras de este dinosaurio a lo largo de su vida.  

Este logro fue alcanzado a través de una técnica llamada Micro Tomografía Computarizada que les mostró los huesos sin la roca en la que fueron hallados ?algunos estaban adheridos y es imposible separarlos sin destruirlos?, y les permitió articular los esqueletos y agregarles tejido y volumen. Así, calcularon en qué punto del cuerpo estaba el centro de masa y por ende pudieron determinar cuál era su postura.  

Otro dato importante que arrojó el análisis fue el crecimiento de los miembros. “Al nacer, tenían una extensión similar en las cuatro patas, pero a medida que pasaba el tiempo las delanteras se iban acortando en proporción a las traseras, hasta llegar a la adultez con patas considerablemente más largas que los brazos”, explicó Otero.  

“Las garras eran muy potentes, especialmente la del que sería el dedo pulgar, que a su vez estaba inclinado hacia adentro. Esto nos hace pensar que, si bien le era posible apoyarse con ellas, es probable que le sirvieran para otras funciones relacionadas a sus hábitos de vida”, manifestó Otero.  

Finalmente, un punto a destacar es la influencia que tuvo el desarrollo relativo de la cola y el cuello a lo largo de la ontogenia del animal, que resultó determinante para que ocurrieran los cambios en la postura mencionados. 
 

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