Una investigación entre científicos de CONICET e investigadores de la Universidad de Barcelona trabaja en la auto-depuración de los ríos de la zona metropolitana de Buenos Aires y sus alrededores, utilizando desechos industriales de la producción cervecera.
El trabajo busca aprovechar el subproducto de la industria cervecera y su descarte descarte de la industria cervecera. “Buscamos acelerar la autodepuracion de los ríos, sobre todo en Capital y Gran Buenos Aires, donde hay ríos muy contaminados”.
El equipo de investigación está conformado por científicos del área ambiental, pertenecientes al Instituto de Limnología “Dr. Raúl Ringuelet”, del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), y trabajan en el área de ambiente, conservación sustentabilidad de los ríos y los recursos hídricos, desde la bioecología.
Uno de los referentes del equipo de investigación, Joaquín Cochero, dialogó con el programa “Ecomedios”, y contó que “buscamos que los desechos de la cerveza aceleren la depuración de los ríos”.
Cochero es experto universitario en Consultoría Ambiental, Licenciado en Biología con orientación Ecología y pertenece al Instituto platense de Limnología del CONICET.
El especialista contó que la investigación busca acelerar la limpieza natural de los ríos con desechos de la producción cervecera. “Buscamos acelerar los procesos de depuración que naturalmente ocurren en los ríos, sobre todo en los ambientes más contaminados como Capital Federal o La Plata”, aseguró Cochero.
“Queremos utilizar los residuos de la empresa de producción de cerveza como insumo para que el río se autodepure más rápido. Lo que hacemos con esto es darle de comer a las bacterias y eso hace que su metabolismo se acelere y capturen más rápidos los agentes contaminantes”, complementó.
Sin embargo advirtió que “el residuo no hay que dejarlo siempre en el río porque produciría una cantidad de bacterias que ya no se pueden controlar. Lo que estamos analizando ahora es ver hasta dónde potenciamos. Sabemos que en las primeras 48 horas tenemos una significativa reducción de la contaminación y ahora tenemos que ver qué hacemos después”.
El investigador del CONICET contó en “Aquí el Planeta” que se puede actuar junto a las plantas: “todo lo que sean metales pesados son capturados por las plantas y comidos por estas bacterias”.