Los investigadores del instituto ubicado en Hurligham dan cuenta que, a partir de la secuenciación de ADN, pudieron determinar que tiene la capacidad para descomponer xilano y celulosa, dos componentes de la pared celular vegetal usados en la producción de bioetanol.
Desde el INTA, aseguraron que “el hallazgo de esta bacteria que crece en distintas fuentes de carbono, pero especialmente en xilano y en residuos de biomasa lignocelulósica, como la paja de trigo y la paja de caña de azúcar, representa una oportunidad para la investigación”.
En este contexto, los investigadores aseguraron que podrán estudiar cómo mejorar y replicar el procedimiento biológico para la degradación de la biomasa vegetal.
“Tras estudiar su genoma y las características bioquímicas, vimos que era parecida a otras, pero tenía particularidades que la distinguían del resto, tanto en la pared celular como en algunas de las proteínas que secretaba”, indicó Eleonora Campos, quien junto a Silvina Ghio lograron aislar la de bacteria en 2014.
“Este estudio nos permitió conocer en detalle los procesos de deconstrucción de los polisacáridos”, explicó Campos.
Investigadores aseguraron que “en el laboratorio y a partir del estudio del genoma y del conjunto de proteínas secretadas (secretoma) de aislamientos bacterianos celulolíticos nativos de la Argentina, lograron reconocer las enzimas activas sobre carbohidratos”. Además, “desarrollar y caracterizar una biblioteca de enzimas recombinantes”, afirmaron.