Investigadores de la UBA trabajan en un tratamiento más eficiente y menos invasivo para combatir la deficiencia de la hormona del crecimiento, una dolencia cuya prevalencia se estima en uno entre cuatro mil niños, siendo Lionel Messi el caso más emblemático que tuvo que inyectarse todos los días durante años para corregir su déficit de desarrollo.
El nuevo método en investigación se basa en la nanotecnología -es decir, utiliza componentes casi tan diminutos como los átomos, las células o los virus- y su principal ventaja es que ya no hará necesaria la inoculación diaria, volviéndolo más eficiente y menos intrusivo gracias a la liberación controlada de la hormona en lapsos de tiempo más largos.
Nanotecnología
En el mismo se aplica la nanotecnología, utilizando componentes casi tan diminutos como los átomos, las células o los virus.
La hormona del crecimiento es una sustancia corporal vital para la salud de niñas y niños, pero cuando la glándula pituitaria no fabrica cantidades suficientes se ve afectado el desarrollo presente y futuro de las personas por lo cual se hace necesario el tratamiento médico para corregirlo.
Actualmente existen diversos tratamientos, pero en los últimos años la administración de medicamentos ha planteado numerosos desafíos a la hora de optimizar la concentración, su liberación en el momento adecuado, y todo esto de la forma menos invasiva.
Más eficaz
Existen medicamentos que deben ser administrados en momentos muy específicos con dosificaciones complejas, combinadas con otras terapias, y demás requerimientos, que con la ayuda de la nanotecnología pueden hacerse de forma más sencilla y eficaz.
“Mediante la utilización de partículas nanométricas de un material denominado silica, junto con otro material denominado colágeno, ambos biocompatibles, buscamos desarrollar un sistema que permita alojar a la hormona de crecimiento, protegerla y liberarla de manera paulatina”, explicó Paolo Catalano, docente e investigador de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad Nacional de Buenos Aires.
“Proponemos un sistema basado en biomateriales nanoestructurados que permitan una liberación controlada y continua de la hormona y que evite su administración de manera diaria. Esto conllevaría a un mayor cumplimiento del tratamiento por parte de los pacientes mejorando radicalmente la eficiencia del mismo”, agregó.
El caso Messi
Sin dudas, el caso más emblemático fue el de Lionel Messi, quien padeció de niño este problema: con 10 años de edad, su estatura apenas rondaba los 1,25 metros.
El tratamiento al que debió someterse consistía en inyecciones subcutáneas diarias que se suministró al menos durante tres años.
La crisis que atravesó Argentina en 2001 dificultó a la familia Messi poder seguir costeando este tratamiento en el país y fue entonces cuando surgió la posibilidad de ir a Barcelona.
Messi aterrizó en Barcelona a los 13 años con una estatura de 1,43 centímetros y con una proyección de crecimiento de 7 a 15 centímetros como máximo. Pero la idea del club era conseguir 27 centímetros en solo tres años, ya que a los dieciséis tendrían que detener las inyecciones. Quedó muy cerca del objetivo: Messi mide hoy 1,69 centímetros.
El proyecto recibió recientemente un subsidio, otorgado por la Human Growth Foundation (Fundación de Crecimiento Humano), lo que significa un reconocimiento al trabajo de un equipo de científicos, así como una ayuda económica para los costosos insumos que necesita este tipo de investigación.
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