Según investigaciones del INTA, mejoran la germinación y el desarrollo de las plantas. Este enfoque promueve el cambio en la agricultura de la región, a la que Misiones ya se sumó con una ley de promoción de bioinsumos.
La producción tabacalera en las provincias del norte del país no solo es una gran fuente de movilidad social, sino también un pilar rentable. En búsqueda de un enfoque más sostenible, investigadores del Instituto de Microbiología y Zoología Agrícola (IMyZA) del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) realizan ensayos con bioinsumos para disminuir la dependencia de la fertilización química en los cultivos.
Estos insumos orgánicos son estimulantes, como hongos y rizobacterias promotoras del crecimiento vegetal. Demostraron la capacidad de mejorar la germinación, el desarrollo y el rendimiento de los cultivos, así como su resistencia a condiciones adversas. Este enfoque, que además conforma uno de los principales temas en la agenda del Gobierno misionero, no sólo busca incrementar la producción sino también reducir el impacto ambiental.
La investigadora Mariana Puente resaltó la importancia de fortalecer las economías regionales a través de modelos agrícolas más sostenibles. En este contexto, buscan corroborar la eficacia de los bioinsumos en el crecimiento de las plantas de tabaco.
Este proyecto, respaldado por un convenio de colaboración técnica entre diversas entidades, incluido el Fondo Especial del Tabaco, destaca la sinergia entre el sector público y privado para promover prácticas agrícolas más sostenibles. En tanto, en Misiones existe una ley de promoción de bioinsumos que respalda este tipo de innovaciones.
Los bioinsumos son eficaces para múltiples producciones
Los primeros resultados del ensayo del IMyZA son alentadores, ya que muestran mejoras significativas en la germinación y el desarrollo de las plantas de tabaco, especialmente en la variedad criollo correntino. Además, la aplicación de bioinsumos demostró ser eficaz en la mitigación del estrés hídrico, un factor clave en la región.
Además de transformar la producción tabacalera, estos avances abrieron las puertas hacia la aplicación en distintos tipos de cultivos. Así, genera beneficios para la economía regional, los productores y el entorno. Con la exitosa implementación de bioinsumos en la tierra colorada, la agricultura sostenible se erige como un modelo a seguir para el resto del país.
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