A pesar del brutal ajuste que el gobierno de Javier Milei le está imponiendo a las universidades nacionales de Argentina, derrumbando salarios de investigadores, programas de investigación y deprimiendo los gastos de funcionamiento para desmantelar todo el sistema de producción de conocimiento del país, las universidades nacionales dan muestra del altísimo capital científico acumulado y sus resultantes.
Aunque parezca parte de una narrativa futurista, es hoy, y es las universidades públicas que el gobierno libertario denosta a diario, sembrando sospechas de corrupción por el uso de los fondos. Pues bien, muy a pesar de la actual administración nacional, la Universidad Nacional de San Martín (UNSaM), de Buenos Aires (UBA) y de La Plata (UNLP) participarán de la misión Artemis II de la NASA con sus propios nanosatélites desarrollados por ingenieros nacionales.
Se trata de la histórica misión hacia la Luna que llevará tripulación por primera vez en 50 años. En esta ocasión ArgentinaLa UNSAM será parte de la próxima misión tripulada a la Luna, Artemis II, impulsada por la NASA.
Lo harán a través de su participación en el desarrollo del satélite “Atenea” desarrollado por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) junto con la UNSAM, la UNLP, la FIUBA (UBA), el IAR (Instituto Argentino de Radioastronomía), la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y VENG S.A (la empresa en la que, por decisión de Milei hubo 30 despidos el 31 de mayo).
Pues bien, en una semana en la que proliferaron los despidos en el sector aeroespacial (justamente en VENG) por decisión del gobierno de Javier Milei, y en la que las universidades nacionales salieron a las calles a protestar por la escasez de fondos para gastos de funcionamiento y para salarios, la NASA seleccionó el nanosatélite argentino “Atenea” para integrarse a la misión “Artemis II”, que irá a la Luna con tripulación humana y que está prevista para abril de 2026.

ATENEA
Atenea es un CubeSat de clase 12U (30 x 20 x 20 cm) que viajará a bordo del poderoso cohete SLS desde el Centro Espacial Kennedy como parte del despliegue de cargas útiles que acompañarán a la nave Orion en su vuelo alrededor de la Luna. Se trata de una misión clave: será la primera vez desde la misión del Apolo 17 (1972), que astronautas orbitarán nuestro satélite natural.
El satélite tendrá la misión de validar tecnologías críticas para futuras misiones espaciales: medirá dosis de radiación en distintas órbitas, pondrá a prueba nuevos sensores fotomultiplicadores de silicio (SiPMs), recopilará datos GPS por encima de la constelación y testeará enlaces de comunicación de largo alcance. Estos ensayos permitirán elevar el Nivel de Madurez Tecnológica (TRL) de los componentes desarrollados en Argentina.
En una semana en la que proliferaron los despidos en el sector aeroespacial (justamente en VENG, una de las empresas estatales que desarrolló Atenea) por decisión del gobierno de Javier Milei, y en la que las universidades nacionales salieron a las calles a protestar por la escasez de fondos para gastos de funcionamiento y para salarios, la NASA seleccionó el nanosatélite argentino “Atenea” para integrarse a la misión “Artemis II”, que irá a la Luna con tripulación humana y que está prevista para abril de 2026.
Infraestructura UNSAM: ensayo, testeo y formación de equipos
Para el equipo de la UNSAM, contar con infraestructura propia fue clave para poder participar del proyecto y realizar pruebas en condiciones simuladas de vuelo. En ese marco, se utilizaron dos herramientas desarrolladas recientemente por la Escuela de Ciencia y Tecnología (ECyT):
Shaker: Mesa vibratoria ubicada en el Laboratorio de Integración Nanoelectrónica (LINE) que simula las vibraciones y sacudidas del lanzamiento. Permite ensayar componentes electrónicos y estructurales en condiciones similares a las del despegue. Fue adquirida en 2023 gracias al Programa Equipar Ciencia 3, tiene una capacidad de hasta 500 kg y es marca ETS Solutions, modelo IPA60L.
Cámara de termo vacío: Simula las condiciones térmicas extremas del espacio y tiene una capacidad de testeo para satélites de hasta 12U (~30x20x20 cm). Permite mejorar los procesos de fabricación de subsistemas y enfocar los ensayos en satélites pequeños sin necesidad de trasladar los desarrollos a otras instalaciones.

“Hito tecnológico” (a pesar de Milei)
Si bien estas herramientas no fueron fundamentales para el desarrollo completo del satélite Atenea, sí resultaron claves para que la UNSAM pudiera hacer pruebas de forma autónoma, fortalecer sus capacidades tecnológicas y formar parte de una misión espacial internacional de primer nivel.
“Esta misión es un hito para nuestro país por dos motivos: poder formar parte de una misión tripulada a la Luna y trabajar de manera conjunta con otras universidades nacionales bajo la coordinación de la CONAE”, señaló Gabriel Sanca, investigador de la UNSAM, director de la carrera de Ingeniería Electrónica y parte del equipo que trabajó en Atenea.

De Artemis I a Artemis II: un nuevo capítulo en la exploración lunar
La misión Artemis I, sin tripulación, fue lanzada con éxito en 2022. Sirvió como prueba integral del cohete SLS y de la nave Orion, orbitando la Luna durante 25 días antes de regresar a la Tierra. Con esa validación completada, la NASA aprobó la siguiente etapa: Artemis II, que llevará astronautas en un viaje de ida y vuelta alrededor de la Luna. Será el preludio del aterrizaje lunar que se concretará en Artemis III.
La novedad del aporte colaborativo de tres universidades nacionales y de tres organismos científicos claves para nuestro país, habla a las claras del irreemplazable aporte de la producción de conocimiento que hoy juega a niveles de elite internacional. Los científicos, a los que Milei llama “casta” y “canallas” están probando tecnología para ser usada en entornos a los que llegaron apenas un puñado de países.
“Desde la UNSAM celebramos este logro como parte de una política científica soberana que apuesta por el futuro. Que nuestras investigadoras e investigadores estén presentes en una misión lunar no solo es un orgullo: es una muestra concreta de lo que puede lograr la universidad pública cuando trabaja en red”, sostienen desde la UNSAM.

La UNLP, también deja su sello tecnológico en Artemis II
La Facultad de Ingeniería (FI) de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) también participa de la misión Artemis II de la NASA, que en abril de 2026 llevará astronautas a sobrevolar la Luna por primera vez desde 1972. El aporte argentino en la histórica expedición llegará de la mano de un satélite desarrollado por estudiantes e investigadores de la casa de estudios.
Todo comenzó con la experiencia adquirida en la construcción del USAT 1, el satélite universitario creado por el Centro Tecnológico Aeroespacial (CTA) y el grupo Sistemas Electrónicos de Navegación y Telecomunicaciones (SENyT) de la UNLP. El antecedente fue clave para que la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) eligiera a la institución para participar en el desarrollo del CubeSat ATENEA, que formará parte de Artemis II junto a satélites de Alemania, Corea del Sur y Arabia Saudita.

“Hablar de igual a igual con la NASA”
El proyecto se desarrolla con un equipo interdisciplinario. En el CTA, la ingeniera Sonia Botta lidera la ingeniería de sistemas, Frida Alfaro trabaja en requerimientos e ingeniería orbital, Gaspar Ramírez en fabricación, Aldana Guilera en térmica e integración y Joaquín Brohme y Eric Molina en estructuras, mientras que, por parte del SENyT, el ingeniero Ramón López La Valle coordina los subsistemas electrónicos, incluyendo comunicaciones, la computadora de a bordo y el receptor GPS. El equipo se completa con Agustín Catellani, Elián Hanisch, Santiago Rodríguez, Gabriel Vega Leañez, Francisco Núñez y Julián Encinas.
“Es increíble formar parte de una misión histórica”, sostuvo Guilera en medio de los arduos trabajos que llevan adelante y Alfaro celebró el reconocimiento internacional. Rodríguez, por su parte, destacó que el mayor valor fue demostrar ante la NASA la idoneidad técnica del grupo: “Hablar de igual a igual con ellos fue lo más destacable“, aseguró al respecto.

Con el “know how” de tres universidades argentinas
Actualmente, partes del satélite están siendo sometidas a pruebas ambientales en el Centro Espacial Teófilo Tabanera de Córdoba. Luego, ATENEA será ensamblado en la FI y volverá a esa provincia para pruebas finales antes de su envío a Cabo Cañaveral.
La complejidad del proyecto radica en cumplir con los exigentes estándares de la NASA, ya que se trata de una misión tripulada. “Tenemos que entregar documentación detallada, realizar análisis estructurales rigurosos y cumplir normas internacionales”, explicó Brohme.
Teléfono para Milei
La novedad del aporte colaborativo de tres universidades nacionales y de tres organismos científicos claves de nuestro país, habla a las claras del irreemplazable aporte de la producción de conocimiento que hoy juega a niveles de elite internacional. Los científicos, a los que Milei llama “casta” y “canallas” están probando tecnología para ser usada en entornos a los que llegaron apenas un puñado de países.
En una época en la que el sistema científico se encuentra sometido a la asfixia presupuestaria y a la descalificación constante de parte del gobierno y de los funcionarios (como Daniel Salamone y Darío Genua), las universidades nacionales y los organismos de ciencia le marcaron el teléfono a un Javier Milei que desde que asumió atenta sin pausa contra la producción de conocimiento.