Periferia

18 de Marzo de 2021

Santa Fe: avance para el desarrollo de cultivos “climáticamente inteligentes”

Científicos del Conicet y del Instituto Leloir, identificaron mecanismos moleculares de las plantas para absorber agua y nutrientes del suelo en condiciones de bajas temperaturas.

Un equipo de científicos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), de Santa Fe y el Instituto Leloir logró identificar mecanismos que aumentan la capacidad de las raíces de las plantas para absorber agua y nutrientes del suelo en condiciones de bajas temperaturas. 

El proyecto tuvo interés internacional porque crea las bases para el desarrollo de cultivos que se adapten al cambio climático y garanticen la seguridad alimentaria mundial. 

“Para cuidar algo necesitamos conocerlo, si queremos cuidar a las plantas e idear estrategias de agricultura sustentable tenemos que conocer cómo responden al ambiente, eso es fundamental sobre todo en un contexto de cambio climático, en la que el promedio de las temperaturas van aumentando”, afirmó Federico Ariel, investigador del Conicet Santa Fe y uno de los responsables del estudio junto a José Manuel Estévez, del Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Buenos Aires (IIBA, CONICET-Fundación Instituto Leloir). 

El proyecto alcanzó trascendencia tras ser publicado en la revista “Molecular Plant”, una de los dos mejores magazines de plantas a nivel mundial. “Tiene un fuerte impacto internacional”, explicó Ariel al mismo tiempo que destacó que en la investigación colaboraron investigadores de Buenos Aires, Río Cuarto y Francia. 

“Lo que estudiamos en laboratorio es como el ambiente impacta en la regulación de los genes y cómo esto implica un desarrollo adaptativo de la planta al ambiente”, señaló el científico.  

En este caso se trabajó con la especie Arabidopsis thaliana, una planta chica pero genéticamente relacionada con especies de interés agronómico. En el trabajo se detectaron los mecanismos moleculares por los cuales la planta reacciona e intenta adaptarse a las bajas temperaturas, las cuales son consideradas como un problema grave por la afectación que estas pueden generar en las cosechas.  

Tras combinar el uso de herramientas genéticas y bioquímicas, junto con técnicas de microscopía avanzada, biología molecular y celular, los científicos lograron identificar los mecanismos moleculares que regulan el crecimiento de los pelos radicales de las plantas a bajas temperaturas. Comprobaron que una molécula llamada APOLO es la que controla el crecimiento de esas estructuras de las raíces: interactúa con proteínas reguladoras llamadas “factores de transcripción”, en este caso con una denominada WRKY42, que a su vez “enciende” un gen llamado RHD6 que regula la expresión de los genes que disparan el crecimiento de los pelos radicales.  

“Se espera que el cambio climático global traiga recurrentes picos de temperatura, precipitaciones y aumento de aridez en los suelos. Es clave que los biólogos moleculares vegetales y los agrónomos tengamos un rol fundamental para generar a futuro nuevos cultivos que se ajusten a esa crisis, en especial cuando existe una demanda creciente de alimentos”, destaca Estévez. 

El objetivo del trabajo es cuidar los cultivos de tomate tanto de los pico de calor como de los patógenos, usando sustancias orgánicas para reemplazar agroquímicos en los cinturones periurbanos de producción de hortalizas. “El impacto económico que podrían generar en el país es importante, ya que se podrían reemplazar importaciones con productos propios y bajar el consumo de agroquímicos. Contamos con las herramientas y el conocimiento pero falta el financiamiento”, sostuvo Ariel. 

¡Sumate a la Comunidad de Periferia!

Periferia Ciencia se sostiene fundamentalmente gracias a una comunidad de lectores que todos los meses, de acuerdo a sus posibilidades, hacen su aporte. ¿Querés que exista un medio como Periferia?