La provincia de San Juan anunció el inicio de los trabajos para tener dos laboratorios propios para la producción y para el control de calidad del aceite de cannabis con fines medicinales, en un proyecto que incluye a la empresa estatal CANME y al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
Es justamente en el predio del INTA, en Pocito, donde la Provincia inició la puesta a punto del laboratorio de control de calidad del aceite de cannabis.
El otro actor es la empresa estatal Cannabis Medicinal Origen San Juan (Canme), que está a cargo del laboratorio de producción de aceite de cannabis medicinal, y lo quieren tener listo en el segundo semestre del año próximo. La producción será destinada a atender las necesidades de la salud pública en la provincia y, de acuerdo a los volúmenes de producción, se podrá vender el resto en el país.
Usos
El aceite de cannabis se utiliza, por ejemplo, para casos de epilepsia refractaria, que son los cuadros más complicados, y también en el tratamiento de pacientes con dolor crónico en adultos, vómitos asociados a la quimioterapia y la espasticidad en la esclerosis múltiple.
El primero de los centros está actualmente en etapa de diseño con los más altos estándares de calidad para certificar normas GMP (en castellano se llaman buenas prácticas de manufactura), que exige la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), explicaron desde la provincia.
También están gestionando la compra de los equipos necesarios para la producción, que incluyen un extractor de fluido supercrítico, destiladores, equipos de filtración específicos, descarboxilador, evaporador rotatorio, reactor mezclador dosificador, equipo de spray dryer, entre otros materiales y equipos más pequeños necesarios para cualquier laboratorio.
El objetivo será producir, a partir de la flor desecada de la planta de cannabis, un producto terminado con los más altos estándares de calidad a nivel mundial con fines medicinales. “Se producirán todos los productos posibles, habilitados por la legislación y por la Anmat y que sean una herramienta terapéutica para la mayor cantidad de patologías posibles, reconocidas por investigaciones científicas de calidad”, sostuvo el profesional.
Dos laboratorios, en camino
Además, del laboratorio para el control de calidad, el otro laboratorio, que es el más próximo a ponerse en marcha, servirá para brindar el servicio de determinación de cannabinoides (compuestos con actividad farmacológica que posee la planta de cannabis), a las personas que tengan certificado vigente emitido por Reprocann, que es el registro sobre el autocultivo controlado bajo supervisión médica para algunas patologías, y a las empresas instaladas en el predio de Canme en Sarmiento.
También servirá para cuantificar la cantidad y proporción de cannabinoides que posee el extracto, aceite o la planta que está consumiendo, por ejemplo un paciente, o que está cultivando la empresa para sus investigaciones.
“Es fundamental esta información porque, en la terapéutica con derivados de cannabis, existen diversas combinaciones de estos compuestos activos que se utilizan para distintas patologías específicas. Este análisis es muy importante también para dar sustento científico a las investigaciones y ampliar el conocimiento de la aplicación de esta herramienta terapéutica que ya es un auge en gran parte del mundo”, dijo Juan Dolab, doctor en Farmacia y responsable de ambos laboratorios, al Diario de Cuyo.
Las determinaciones que haga el laboratorio tendrán un costo accesible para las empresas y los ciudadanos, según explicó Dolab, porque “sería imposible realizar los exámenes gratuitamente debido a los altos costos de solventes de máxima pureza, gases especiales, elementos y consumibles propios de los equipos y los patrones necesarios para calibrar los métodos, que son de alto costo e importados”.
La intención es tener habilitado el laboratorio para fin de año y a disposición de la comunidad sanjuanina y de las empresas que requieran el servicio.
Los casos de Jujuy y Santa Fe
Hoy, en Argentina, existen dos laboratorios que cuentan con certificación de la ANMAT para producir aceite de cannabis con fines medicinales. Se trata del Laboratorio Industrial Farmacéutico (LIF) de la provincia de Santa Fe, y un laboratorio privado.
La otra experiencia es la de Jujuy, con Cannava S.E, que incluye un laboratorio de investigación, desarrollo e innovación en un edificio que tiene una superficie de 218 metros cuadrados y fue construido sobre una estructura existente. Sus instalaciones cuentan con dos cámaras de secado, una de germinación, una sala de análisis y otra de extracción.
A través de un proceso que se inicia con la selección de las semillas, y continúa con el cultivo en invernaderos y en campo, donde crecen bajos diversos controles de bioseguridad, la planta de cannabis produce una flor de la cual se extraen sus componentes (cannabinoides).