Periferia

22 de Junio de 2023

La UBA proyecta una planta de tratamiento de aguas residuales en la Antártida

Es una iniciativa de la Facultad de Agronomía junto a una empresa de base tecnológica que se suma a una planta de potabilización en la Base Petrel. La generación de biogás y las energías renovables, en foco.

La Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA) proyecta una planta de tratamiento de aguas residuales y otra de potabilización de agua de consumo en la base antártica Petrel.

“El mayor desafío es que esta planta debe tener una serie de características muy precisas, como su robustez y la temperatura a la que debe estar, debido a las características extremas del lugar en el que va a funcionar. Si se rompe, por ejemplo, pueden pasar varios meses hasta que vuelva a estar operativa”, detalló Roberto Serafini, docente de la cátedra de Química Inorgánica y Analítica de FAUBA, y uno de los responsables del emprendimiento.

El proyecto pudo concretarse gracias al acuerdo firmado con el Comando Conjunto Antártico y el Grupo IFES (Innovaciones para un Futuro Energético Sustentable), empresa surgida de la incubadora de proyectos de la facultad; y asesorado por el Instituto Nacional del Agua (INA).

Energía renovable

Las partes intervinientes le están dando el formato definitivo para presentar en la reunión consultiva del Tratado Antártico en septiembre de 2023, ya que, este proyecto, como cualquier otro que un país quiera ejecutar en la Antártida, antes deberá conciliarse con el resto de los países que tienen bases en dicho continente.

Si el proyecto es aprobado se asignarán las partidas presupuestarias y se pasará a la fase de construcción, informaron desde la UBA.

La FAUBA también buscará complementar el sistema de tratamiento de agua con un biodigestor para el tratamiento de residuos orgánicos y que la energía de dicha planta sea 100% renovable a través de paneles solares y aerogeneradores.

“La idea que tenemos es que se pueda monitorear a distancia la temperatura, el pH, la conductividad y otras variables que requieren análisis específicos. Este monitoreo de manera remota permitiría, además, compartir datos con las bases de otros países y así enriquecer el sistema. En este sentido el proyecto está presentado y hay fondos presupuestados”, indicó Serafini.

Planta en la Antártida

Además, el Licenciado en Ciencias Biológicas expiró que “los efluentes de la planta, que generalmente se vuelcan en aguas superficiales, en este caso se van a trasladar a una especie de laguna que se va a armar y luego se va a canalizar hacia el mar”.

La planta de tratamiento de aguas va a estar directamente ligada a la nueva casa principal que se va a construir en la Base Petrel y que, en verano, contará con una dotación máxima de 150 personas.

A su vez, esta planta de tratamiento contaría con un módulo de paneles solares aerogeneradores y termotanques solares, para proveer de energía y calor a los reactores que llevarían a cabo el proceso secundario, que es el de abatimiento de materia orgánica.

Biogás

El último paso de este proceso es la generación de biogás a partir de los diferentes residuos, tanto de las aguas residuales, de otros residuos orgánicos como podrían ser los de la cocina.

“En el proceso biológico se generan unos lodos, que cada determinado tiempo hay que removerlos ya que si no se acumulan y disminuyen la eficiencia del mecanismo. Esos lodos se pueden mezclar con los residuos sólidos para alcanzar la biodigestión anaeróbica. De ese proceso se puede obtener biogás, el cual se combustiona y se le podrá dar diferentes usos dentro de la misma Base”, relató el especialista.

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